En medio del proceso que se adelanta contra los implicados por la desaparición y asesinato de Brayan Montaña Pulido, de 17 años, Mauricio Castillo (de 16) y Juan Esteban Moreno (de 14), en Usaquén, el 27 de febrero de 2017, se dieron a conocer nuevos detalles tras la imputación de cargos a un nuevo implicado que habría tenido un papel determinante el crimen.
El juez 20 penal municipal, en la audiencia de imputación de cargos, envió a la cárcel a Andrés Garzón Hilarión, por los delitos de desaparición forzada, homicidio agravado, hurto calificado y agravado, y porte ilegal de armas de fuego, tras escuchar los argumentos de la Fiscalía, que lo señala como uno de los hombres que habría llevado a los menores hasta una montaña del barrio Cerro Norte donde los amedrentaron. Momentos después, les pidieron que se quitaran los cordones de los zapatos y fue en ese instante en que los habrían asesinado con tiros de gracia.
La fiscal encargada del caso informó que “los bajan violentamente, Fabián y otra persona tenían armas de fuego y así los despojaron del vehículo, allí los dominó los mantuvo privados de su libertad, posteriormente llegaron otros dos coautores”.
Garzón Hilarión fue capurado el 30 de octubre en el barrio Cerro Norte, en medio de un operativo en el que participaron miembros del CTI de la Fiscalía y el Ejército.Durante la legalización de la captura, el implicado no aceptó los cargos.
Los tres jóvenes, que trabajaban como domiciliarios frente a un supermercado del barrio San Cristóbal Norte, en Usaquén, desaparecieron a las 6:45 de la tarde, de 22 de febrero de 2017, a bordo de una camioneta Land Cruiser Vinotinto, por la calle 163.
Lo último que se conoce de ellos, es la grabación de una cámara de seguridad en la que se ve cómo uno de ellos iba al volante, otro de copiloto y el último, colgado de una de las puertas. Semanas después de su desaparición, el vehículo fue encontrado en la calle octava sur con carrera 29 (barrio Santa Isabel, en el sur de Bogotá), sin radio ni parlantes, con el sistema de gas desconectado, sin el sistema de rastreo satelital y las placas cambiadas.
Casi desde que se reportó la desaparición, surgieron rumores alrededor de la muerte de los jóvenes. Incluso, en agosto de 2017, personal de la Fiscalía y el Ejército llegaron hasta una zona boscosa, en inmediaciones de la calle 153 con carrera séptima. Un informante había señalado que en esa zona estaban los cuerpos. En esa oportunidad, la búsqueda fue infructuosa.
En mayo de este año, Medicina Legal confirmó que restos encontrados en el barrio Cerro Norte eran los de los tres menores. A ellos se llegaron gracias a un informante, quien indicó que las labores de identificación se dificultaron porque los restos estaban revueltos. “Entre los restos había tres cráneos”, dijo en su momento Germán Montaña, padre de uno de los desaparecidos.
Por ahora, se espera que avancen las investigaciones y las familias piden que haya justicia, pues por la firma de un preacuerdo, uno de los cinco procesados, solo pagaría cuatro años de prisión.