Casi tan engorroso y lento como lo es salir y entrar en hora pico a Bogotá ha sido el camino del RegioTram de Occidente. El medio de transporte, con el que se espera mejorar la calidad de vida de los habitantes de la sabana que a diario viajan a la capital, ha tenido que sortear una serie de inconvenientes burocráticos y técnicos, que han aplazado este sueño regional. Han trascurrido cinco años, desde que se firmó el acta de inicio y ha sido poco lo que han podido avanzar. No obstante, el panorama parece que pronto cambiará.
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Y es que el camino no ha sido fácil. Desde los primeros años, el traslado de redes de servicios públicos representó un reto significativo para la Empresa Férrea Regional (EFR) y el consorcio chino (encargados de la obra). Para avanzar tuvieron que articular el trabajo con las empresas, de cuatro municipios y Bogotá. Recientemente se sumaron dos retos más: uno burocrático, alrededor del trámite de la licencia ambiental (que al final lo eliminaron), y uno técnico, como la presencia en el trazado de dos tubos que llevan combustible al Aeropuerto El Dorado.
De momento, lo que se puede catalogar como avance, de las primeras fases del proyecto, tienen relación con la construcción del patio taller El Corzo y el patio taller ANI, los cuales han podido acumular avances del 27 % de avance y del 100 % respectivamente. Del mismo modo, los estudios y diseños principales tienen un avance del 84 %. Aunque el avance en El Corzo parece tímido (tras dos años de ejecución), Orlando Cely, gerente de la EFR dice que lo ejecutado es casi la totalidad de la infraestructura física, quedando pendiente “el proceso de circuitos y mecanismos eléctricos de los trenes, trabajos que revierten mayor complejidad”.
Sueño aplazado
Si bien los obstáculos se han ido solventando a lo largo de los años, lo cierto es que el cronograma se ha visto afectado. De ahí, que la fecha para el comienzo de la operación pasó de 2026 (que se fijó en el acta con) a 2028, de acuerdo con la gerencia de la EFR. Pese a los aplazamientos, retos y entresijos burocráticos, tanto la Gobernación como el propio Gobierno Nacional permanecen entusiastas sobre el futuro del tren y repiten, casi al unísono, el mantra de que: el RegioTram avanza y será una realidad.
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De momento, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Rey, anunció la semana pasada que las obras sobre el trazado férreo finalmente comenzarán en abril. Aunque el mandatario hizo un anuncio similar el año pasado, cuando dijo que se iniciarían en diciembre (lo cual no ocurrió), tal parece que en esta oportunidad sí habrá luz verde. De acuerdo con los pormenores que dio Cely, ya existen las condiciones en terreno para comenzar con labores de campo y ganarle tiempo al nuevo cronograma.
Licencia Ambiental
El 20 de mayo de 2023, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) archivó el trámite de la licencia ambiental, que radicó la EFR, al advertir falencias en la descripción del proyecto; en la identificación de intersecciones viales; en el análisis del componente hidrológico; en el impacto ambiental de los puentes férreos, que pasaban por los ríos Bogotá, Subachoque, Botello y Bojacá), e incertidumbre del impacto de la obra sobre los humedales Capellanía (Humedal Ramsar) y Gualí, de Bogotá y Funza, respectivamente.
Pero este contratiempo se solucionó gracias al diálogo entre la Nación y el Departamento. De hecho, a diferencia del escenario de conflicto entre la Nación y Bogotá, la relación de Cundinamarca y el gobierno Petro ha sido la fórmula para sortear los obstáculos del RegioTram. De esta manera, el 2 de mayo pasado, se expidió el decreto 510, que declaró la exención de licencias ambientales para proyectos férreos, basados en energías limpia, como el RegioTram de occidente. En consecuencia, el proyecto sorteó el bache, a veces inquebrantable, de la burocracia, y continuó su marcha.
Redes de servicios públicos
Tras vencer el conflicto con la licencia ambiental, el proyecto se topó con otro desafío: a lo largo de los 40 kilómetros de trazado había 890 puntos por donde cruzaban redes de servicios públicos. Para salir adelante en su traslado, se requirió la articulación con 19 operadores de servicios ubicados en Bogotá, Facatativá, Madrid, Funza y Mosquera. Esto, en palabras del gerente de la EFR, fue todo un “trabajo de filigrana”, pues requería una ejecución con sumo cuidado. Hoy dice Cely que el avance va al 60 % y que los tramos en la Sabana ya están prácticamente despejados.
“Faltan partes que ya son más del trazado urbano del Regiotram que ya estamos resolviendo”, explicó. Sin embargo, apostilló que, en las zonas de la Sabana, donde fue más fácil la tarea, hay tramos listos para instalar redes y traviesas del futuro corredor. De hecho, allí comenzarán los trabajos en abril. Aunado a lo anterior, vale resaltar que el proceso requerirá de un itinerario dividido en dos tiempos. El primero, que consiste en retirar la infraestructura ferroviaria que existe: y, el segundo, en la instalación del nuevo equipamiento.
Ductos de combustible
Con casi todo resuelto, hace poco se hizo público un desafío mucho más complejo que los anteriores y que se tuvo que resolver sobre la marcha: el hallazgo de dos tubos de Ecopetrol, que llevan gasolina al aeropuerto El Dorado. Dicho equipamiento cuenta con un ducto soterrado, que transporta combustible desde Facatativá hasta la localidad de Puente Aranda, en Bogotá. y de ahí, otro que lo lleva al aeropuerto, para abastecer a los aviones. El problema es que una parte se encuentra a escasos metros del trazado del RegioTram, puntualmente, en la carrilera que conectaría las estaciones de Fontibón y Av. Ciudad de Cali.
Desde el punto de vista de la mitigación de riesgos, los ingenieros de la EFR le explicaron a este diario que no resulta conveniente que una infraestructura semejante se encuentre tan cerca de la aérea de influencia del tren. Lo anterior, dado que, al ser un medio de transporte eléctrico, genera descargas que podrían ocasionar una emergencia. En este punto, la maniobra no es tan sencilla como con las redes de servicios públicos, pues el corredor que colinda con el poliducto, en el tramo entre la Av. Ciudad de Cali con Avenida Ferrocarril y la calle 116, es sumamente estrecho, lo que dificultaría el traslado del tubo, hacia afuera, como se ha hecho con la otra infraestructura.
En vista de lo anterior, una solución consistía en comprar predios a tres kilómetros a la redonda, para demolerlos y realizar el traslado de los tubos, algo inviable financiera y socialmente. No obstante, de la inventiva de los ingenieros de Ecopetrol y del RegioTram salió otra alternativa viable: enterrar los tubos a más metros de profundidad, usando una tecnología conocida como perforación hidráulica dirigida (PHD), que permite la perforación de suelos sin adelantar una excavación a cielo abierto. Mediante este procedimiento se instalarían los nuevos compuestos del tubo. Aunque el plan está en diseño, los ingenieros estiman que la hondura tras la excavación sería casi equiparable a construir un edificio de seis pisos hacia abajo.
Esta obra costará casi $290.000 millones, que asumirá Cenit de Ecopetrol, conforme a una resolución que expidió el Gobierno Nacional en febrero pasado, por orden del presidente Gustavo Petro. La idea es que estos recursos se utilicen en los estudios de suelo, la contratación de las maquinarias PHD y el posterior traslado. De acuerdo con el cronograma planteado, el proceso comenzaría a finales de 2025 y estaría listo, a más tardar, el primer trimestre de 2026.
¿Y los recursos de la Nación?
La última preocupación surgió tras el anuncio del Gobierno Nacional de aplazar la transferencia de recursos a varios proyectos de infraestructura, entre ellos el RetrioTram. Se trata de $380.000 millones que se esperaban para la vigencia 2025. Si bien, dicha maniobra presupuestaria no afecta el comienzo de las obras, ya que el proyecto tiene en la caja los giros de vigencias pasadas, El Espectador conoció que se hay diálogos entre la Gobernación y Presidencia, para que estos recursos sí lleguen este año.
Dicho lo anterior, el mandatario departamental anunció el comienzo de una serie de reuniones con el Ministerio de Hacienda, para llegar a un entendimiento y ajuste presupuestal, que no afecte esta transferencia. La idea, según informó el gobernador Rey, es que se levante este aplazamiento para finales de 2025 y, por tarde, el giro llegue a comienzos de 2026. De hecho, la forma en la cual se han venido haciendo los giros facilita todavía más esta negociación, ya que las transferencias que aporta la Nación desde 2021 se han efectuado entre noviembre y diciembre. Por lo tanto, todavía hay margen de maniobra para concretar la negociación.
Por el sendero baldío que más adelante recibirá al RegioTram de occidente, no solo transcurren cálculos técnicos y voluntades políticos. Allí también confluyen el espectro de sueños y esperanzas de los cerca de tres millones de personas que recorren a diario la sabana de occidente rumbo a Bogotá. En las sillas del futuro tren azul reposa la ilusión de evitar tres horas de trancón y de estar a solo 45 minutos de su destino. Los lazos metropolitanos entre los municipios de occidente y la capital así lo reclaman.
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