Son varias las ciudades alrededor del mundo que cuentan con oficinas de catastro a nivel nacional o municipal. En Perú, Chile y Ecuador, en Bolivia, Paraguay y Brasil, desde México hasta Argentina, se destinan presupuestos y funcionarios a entidades que se encargan de la gestión catastral. En Colombia cada vez es más probable escuchar acerca del catastro multipropósito. En algunos municipios su sola mención suscita temor, pues se asocia directamente al impuesto predial; en otros simplemente no se sabe qué significa, y algunos ya lo están aprovechando para tomar mejores decisiones.
El catastro en Colombia tiene una misión fundamental: registrar en una base de datos la situación inmobiliaria de los territorios. Esto quiere decir que la gestión catastral abarca desde la identificación de los predios (en desarrollos formales o informales, nuevos, demolidos o en obra), hasta el registro de sus características más relevantes como sus áreas, su edad, su dueño o poseedor y claro, también su valor comercial.
Esta tarea impone retos importantes. En primer lugar, debe existir una base cartográfica de calidad que permita identificar la posición y forma de cada predio en el espacio. Sobre esta base se toman decisiones de ciudad como aquellas que tienen que ver con los Planes de Ordenamiento Territorial, pero también, sobre estos datos, un domiciliario puede encontrar la mejor ruta para llegar a su destino.
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En segundo lugar, es necesario realizar un seguimiento permanente de los cambios físicos que pueden tener los predios a través del tiempo. Dónde se construyen nuevos predios, dónde se realizan nuevas construcciones o demoliciones sobre la propiedad ya existente, qué predios cambian su uso o su área, o su propietario. En una ciudad del tamaño de Bogotá, las respuestas a estas preguntas se cuentan en decenas de miles.
Finalmente, un catastro debe ser experto conocedor del mercado inmobiliario en su territorio. La determinación del valor catastral debe recurrir, en todos los casos, a un estudio minucioso del mercado. Para ello hay que entender dónde se compra, dónde se vende, qué variables determinan el valor de un predio, qué mueve al mercado.
El catastro de un territorio no es más que una fotografía en alta definición de su situación inmobiliaria. Los registros que almacena deben ser capaces de responder distintas preguntas: ¿Cuál es el colegio más cercano a un predio?, ¿Cuál es la mejor ruta entre dos puntos? ¿Dónde se concentran los predios con actividad económica comercial? ¿Cuáles son los predios con más alta valorización en el mercado? ¿Qué zonas de la ciudad tienen mayor disposición de zonas verdes? ¿Cuál es el inventario de bienes públicos? ¿Qué área está definida como reserva forestal? ¿Cuál es la relación entre el uso normativo y el uso real? La lista es casi interminable.
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Bogotá es la única ciudad en Colombia que actualiza su base de datos todos los años. Lo hace para la totalidad de los 2,8 millones de predios; lo hace gracias al conocimiento adquirido a través de los años, al manejo inteligente de fuentes secundarias de información, al diseño de procesos eficientes y al cumplimiento de altos estándares de calidad. Esto le permite ser referente nacional y regional y garantizar a los bogotanos información de calidad que sirva de sustento a decisiones objetivas.
El desarrollo permanente de la tecnología y las nuevas necesidades de información imponen los retos del futuro para el Catastro de Bogotá y para todos los catastros del país. Desarrollar el catastro municipal es generar mejores herramientas para tomar decisiones y facilitar su administración, es brindarle al ciudadano la información que requiere para entender su territorio.
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La labor del catastro, aunque silenciosa, está presente en el quehacer de la administración pública y en su relación con los ciudadanos. Nuestro compromiso no es otro que mantener un registro actualizado de los predios de la ciudad, brindar información de calidad y generar en la ciudadanía un interés creciente por el uso de esta información. El catastro es la base de datos que refleja la ciudad en la que nos movemos todos los días.
* Olga Lucía López, Directora de Catastro Bogotá