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Seamos honestos y dejemos de decirnos mentiras: Bogotá no está caminando segura.
No voy a citar cifras, porque ya se han analizado lo suficiente y, para seguir siendo honestos, no reflejan lo que realmente ocurre en calles y avenidas, donde los bogotanos se ven expuestos a hurtos y, en ocasiones, a que algún delincuente los asesine por robarlos.
Lo ocurrido con el adolescente Harold Aroca pone en evidencia, una vez más, lo expuestos que viven los niños, niñas y adolescentes en los sectores de estratos 1, 2 y 3, además de la tardía respuesta que tiene la Policía Metropolitana —y la misma institución en general— al atender estos casos.
No se entiende qué pudo haber ocurrido para que la Alcaldía de Bogotá no atendiera el caso oportunamente, ni activara las alarmas. Para colmo, los policías adscritos al CAI Los Laches, de acuerdo con lo descrito por Carolina García, madre del menor, no prestaron atención a la denuncia.
No es posible que la señora deba ir al Concejo de Bogotá a quejarse públicamente por la negligencia de quienes aseguran que “Bogotá camina segura”, y poner en evidencia un hecho tan grave que pone en duda la capacidad de respuesta de las autoridades en la ciudad.
No quisiera pensar que tienen razón quienes, en tono de burla, dibujan memes del alcalde Carlos Fernando Galán dormido para, con humor y sarcasmo, denunciar lo que ocurre en la capital del país, que no solo huele a inseguridad, sino que además está llena de basuras, y tanto el burgomaestre como la directora de la UAESP parecen no darse cuenta.
Duele bastante tener que escribir estas palabras, porque confío en la capacidad de Carlos Fernando Galán para administrar esta ciudad. Pero tengo que decir que hay muchísimas fallas a las que, al parecer, no se les está prestando atención. Una de ellas es la seguridad, y no es suficiente con salir en ruedas de prensa todas las semanas a mostrar delincuentes capturados si esto no se traduce en una verdadera sensación de seguridad para los bogotanos.
Para que Bogotá camine segura, se necesita que las respuestas sean oportunas y dejen de llegar tarde, como está ocurriendo en muchas localidades, especialmente en aquellas conformadas por barrios de estratos 1, 2 y 3. En estos sectores, además, se están denunciando casos de violación de menores de edad en colegios públicos. Y en las respuestas de la Secretaría de Educación, se perciben más las preocupaciones de la doctora Isabel Segovia por los vidrios rotos y las puertas destruidas por la comunidad —que, con justa razón, acude a las vías de hecho— que por la dignidad y la integridad física de los niños, niñas y adolescentes en la capital del país.
Señor alcalde, por favor reaccione, vaya dos pasos adelante y exija a su gabinete resultados y victorias tempranas. De lo contrario, todos en Bogotá terminaremos creyendo que es cierto lo que dicen sus opositores… incluso lo que pintan los memes que lo retratan dormido.
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