
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En mi experiencia personal, llevo vinculado al sector animalista desde el año 2012, cuando se iniciaron procesos piloto en tres localidades de Bogotá: Kennedy, Antonio Nariño y Engativá. En ese momento se inició un proceso de gestión que, un año después, dio lugar a la conformación de la Mesa Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá, que en el año 2014 comenzó a estructurarse bajo el Decreto 081 de 2014, debido a la creación del Consejo Consultivo de Ambiente, del cual hacen parte cinco mesas, incluyendo la Mesa Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá.
En contexto: La sabana de Bogotá en disputa: entre la protección ambiental y el desarrollo
Este fue un espacio inclusivo donde nos encontramos diversos líderes de cada una de las localidades de Bogotá y comenzamos a trabajar en equipo, cada uno dando un aporte a la gestión distrital. Cada sábado nos reuníamos de manera constante y nos unimos, más allá del activismo, por la lucha en favor de los animales, para ser escuchados, para trabajar por ellos, para comprender las realidades territoriales y cómo las diferencias entre localidades se podían abordar de manera incidente y articulada con las entidades distritales, avanzando así en los temas de protección y bienestar animal.
En el año 2016 se iniciaron muchas gestiones, se mantuvo viva la participación en la Mesa Distrital, al mismo tiempo que, bajo el Acuerdo 524 de 2013, se activó el Consejo Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá. En este espacio compartimos con directores y secretarios de entidades del distrito, como la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Ambiente, la Secretaría de Desarrollo Económico y el Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (IDPAC). Se iniciaron entonces los procesos para la creación del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), que previamente contó con un espacio denominado Gerencia de Protección Animal en Bogotá. El IDPYBA comenzó sus acciones a finales del año 2017 y, desde ese momento hasta el año 2019, me vinculé a la institución, trabajando en las áreas de participación y cultura, conociendo de primera mano la metodología y gestión interna, y fortaleciendo los procesos con la comunidad. En conjunto con los activistas animalistas y los profesionales encargados de cada área, trabajamos de manera articulada.
Desde el año 2019 se iniciaron varios procesos a nivel departamental y regional y termine mi gestión con el IDPYBA, y se comenzaron a gestionar iniciativas a nivel regional en varios municipios de Cundinamarca a través del Grupo SARA Social Ambiental Rural Animal. Sin embargo, a pesar de que se estaba ampliando la gestión a favor los animales en temas regionales, nunca se dejaron de lado los procesos del Distrito, al punto de que en el año 2022 se creó la comisión accidental de protección y bienestar animal en el Concejo de Bogotá. Se han realizado seguimiento a los diversos temas de protección y bienestar animal, y en este momento, debido a los recientes hechos, es fundamental definir planes de acción para mejorar las condiciones actuales del instituto y enfrentar los retos que deberá asumir la persona que dirija el IDPYBA.
Le puede interesar: En libertad, más de 1.000 aves rescatadas en Bogotá, en su mayoría tinguas azules
A lo largo de los años, hemos reconocido desde el sector animalista, que el instituto es un referente a seguir. Es el primero de su tipo en toda Latinoamérica, y es un orgullo haber hecho parte del proceso de su creación para avanzar en la protección y el bienestar animal en la región. En este sentido, es fundamental seguir trabajando de manera conjunta y proactiva en favor de los animales en Bogotá, máxime cuando, tras la renuncia de la exdirectora Mariana Martín, no se ha definido quién será su reemplazo.
La persona que dirija el instituto debe tener un conocimiento claro en contratación pública, gestión administrativa, y reflejar una verdadera pasión por la protección y bienestar animal. Los animales requieren de alguien que entienda que como seres sintientes, y como lo ordena la norma, no se pueden definir acciones para que se cumplan días después, requieren una atención constante e inmediata. La persona que asuma debe manejar muy bien la normatividad y acciones asertivas para la atención de los animales; se requiere de alguien con verdadera pasión por su bienestar y no alguien que los vea únicamente como cifras o metas a alcanzar en un plan de gestión.
También es necesario un conocimiento en relaciones públicas para establecer convenios interadministrativos, teniendo en cuenta la crisis presupuestal actual del Distrito. Es crucial realizar alianzas estratégicas y gestionar convenios con diversas entidades como la Secretaría Distrital de Ambiente, la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Salud, el IDPAC, las inspecciones de Policía, las alcaldías locales, la Secretaría de Cultura y la Secretaría de la Mujer, que puede fortalecer muchos procesos, considerando que aproximadamente el 75% de la comunidad animalista en Bogotá está conformada por mujeres.
En esta administración se ha logrado que el sector animalista sea catalogado como un sector social, y en ese sentido, muchas personas en Bogotá que ahora hacemos parte de los Consejos Locales de Planeacion Local, tenemos incidencia en los temas de planeación a nivel distrital y de localidades. Por ello, la persona que dirija el instituto debe tener claridad en cómo articularse con la comunidad animalista, que si bien está dividida en diversos sectores, ha ido adquiriendo mayor conocimiento en planificación, gestión y contratación pública.
Uno de los principales logros en Bogotá ha sido la asignación de apoyos a través de las alcaldías locales para programas de esterilización, vacunación, adopción, educación y brigadas de atención animal. Anteriormente, estas acciones recaían exclusivamente en el Instituto, pero gracias al trabajo de los líderes en protección animal dentro de los Consejos de Planeación Local, hemos logrado que las localidades asuman una mayor responsabilidad.
Lea además: Accidente minero en Cucunubá dejó 4 heridos y 5 mineros atrapados
Sin embargo, se deben fortalecer los convenios para atender animales de granja, sinantrópicos, (abejas y palomas) y revisar en profundidad el programa de esterilizaciones, así como el de identificación animal mediante microchip, un proceso que ha sido descuidado. En este sentido, se debe revisar la contratación mediante la plataforma Colombia Compra Eficiente, ya que muchas veces genera sobrecostos. Se deben analizar, además, opciones dentro del marco normativo de la Ley 80 de 1993, modificada por la Ley 1150 de 2007, junto con el Decreto 4170 de 2011 y mirar los temas de contratación.
Otro aspecto clave es el fortalecimiento de la Subdirección de Cultura Ciudadana y Gestión del Conocimiento, cuyo presupuesto fue drásticamente reducido en la administración anterior, afectando gravemente la atención a los animales en Bogotá. La protección y el bienestar animal no se basan únicamente en la atención directa a los animales, sino también en la educación y sensibilización de la comunidad, ya que la responsabilidad del cuidado de los animales no recae solo en las entidades, sino en la sociedad en su conjunto, iniciando con el área de participación ciudadana, teniendo una interacción clara con la comunidad animalista y con la sociedad bogotana. El área de cultura debe retomar las jornadas en calle y gestión continua. Por otro lado, no podemos olvidar la investigación para fomentar la gestión desde la academia y la valoración de tantas especies animales que tenemos en la capital del país.
En este punto es importante hacer claridad en que el sector animalista no es homogéneo. Lo conforman amantes de los animales, proteccionistas y defensores, cada uno con un enfoque distinto, pero todos compartimos una misma pasión y compromiso por la causa. La persona que dirija el IDPYBA debe comprender esto y no percibirlo como una gestión de ataques a las instituciones, sino como la razón por la cual actuamos con determinación y compromiso. Sería recomendable que el Instituto cuente con la participación de activistas en su estructura para fortalecer su gestión, evitando que se vuelva una entidad meramente técnica, desconectada de la realidad territorial.
El bienestar animal no debe tratarse solo desde una perspectiva veterinaria o normativa, ni reducirse a cifras y metas de cumplimiento. Nuestra lucha no se trata solo de números; se trata de garantizar un bienestar real, bajo el concepto internacional de “Una sola salud, un solo bienestar”. El bienestar de los animales está directamente relacionado con el bienestar humano y el equilibrio ambiental. Bajo este enfoque debemos seguir trabajando y exigiendo el fortalecimiento del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal y lograr una Bogotá que siga siendo una inspiración en este tema a nivel nacional y regional. Son retos que, insisto, la persona que asuma la dirección de esta entidad debe entender claramente y debe estar dispuesta a asumir, con el apoyo y colaboración de cientos de personas interesadas en el bienestar y el respeto por los animales.
Lea además: Bogotá y Banco Mundial sellan acuerdo para diversificar el abastecimiento de agua
Por Julio César Piedra
