Algunos dicen que es imposible contener el homicidio porque el sicariato ya casi ocupa la mitad de los casos y que controlar el ajuste de cuentas entre delincuentes es imposible; sin embargo, en administraciones de Mockus, Petro, Peñalosa y López, sí se logró a pesar de tener mercados criminales tan o más fuertes que los actuales, estaban el Bronx o los de Alias Camilo (que llegó a tener ganancias mensuales de 2.800 millones entre venta de dosis de droga, extorsión y venta de armas).
¿Cómo administraciones pasadas y distintas ideológicamente lograron la contención o disminución? La respuesta es clara: había estrategias que no dejaban el problema como un asunto solo de Policía y Fiscalía, sino que entendieron que hay dinámicas sociales, familiares y barriales que no dependen de los uniformados.
Solo para mencionar, en la Bogotá Humana se habló de territorios de paz, en la Bogotá Mejor para Todos, se concentraron esfuerzos en intervenir el Bronx y a la par llegar a los TAC (Territorios de alta complejidad) y en la administración de Claudia apareció el “Plan Bogotá 60” en suma a programas de tejido social como redes CUIDAdanas. Lo común de los planes es que fueron de gran aliento, no se cambiaban cada mes, pero además dieron intervenciones integrales a los barrios.
En “Bogotá 60”, se encontró que de 1.171 barrios de la ciudad, el 30% de homicidios se concentraban en 60, es decir, en el 5%, una focalización viable y posible. Se hizo énfasis en identificar a tiempo las violencias intrafamiliares que podrían escalar en feminicidios, en las riñas entre vecinos que pudieran convertirse muertes y en horas/formas en que asesinaban habitantes de calle o personas con actividades sexuales pagas para lograr protegerles.
Se entendió que se requieren atenciones de todas las entidades de la Alcaldía y no solo de Policía.
Al liberar a la Policía de situaciones que deben atender otras entidades, los uniformados podían focalizarse para determinar dónde estaban las bandas, cuáles estaban en disputa y cuáles podrían a llegar a matarse entre sí. El asunto tuvo tres logros: bajaron homicidios, desarticularon bandas completas y recuperaron zonas.
Bogotá 60, logró, en el segundo semestre de 2023, desacelerar el aumento de homicidios en la capital y quebrar la tendencia. El asunto es que, en estadística, tener una reducción en un periodo como el segundo semestre del año (2023), lleva a que el siguiente semestre (2024) las cifras suban y por ende en el siguiente año nuevamente bajen (2025). Si esa ventaja estadística que viene en el semestre que entra la sumaran a una estrategia continua y sobre todo que no deje todo a la Policía, seguramente podrían tener grandes resultados en el cuidado de la vida que urgen en Bogotá.