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Opinión: La Séptima a la vanguardia del paisaje urbano

La Séptima ya no sera un simple eje vial sino un verdadero conector ambiental y social. Un cambio de paradigma en el diseño urbano

Lamine Sow y Diego Sanchez
17 de noviembre de 2022 - 11:12 p. m.
El Corredor Verde de la carrera Séptima costará unos $2,1 billones, que ya fueron aprobados por el Concejo.
El Corredor Verde de la carrera Séptima costará unos $2,1 billones, que ya fueron aprobados por el Concejo.
Foto: Alcaldía de Bogotá

Eje central e histórico de Bogotá, la Séptima podría convertirse en un espacio emblemático del nuevo diseño urbano en Colombia, haciendo del paisaje y la naturaleza el centro de su proyecto. Volverla un lugar encantador, reverdecer los espacios, acercar a los ciudadanos son las palabras claves de este nuevo proyecto. La obra será ambiciosa. La transformación del ecotono de la Séptima en Bogotá, de 21 km de largo y utilizado por 3 millones de usuarios al día, se terminará en el año 2025.

Este proyecto - que marca un verdadero cambio de paradigma en el ordenamiento urbano - se basa en un estudio urbano y paisajístico realizado por la agencia TER, agencia francesa de paisaje y urbanismo y el estudio español con oficina en Colombia, Idom. Se inscribe en el marco de una cooperación entre la ciudad de Bogotá, el IDU y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), que reafirma su posicionamiento en materia de desarrollo de ciudades sostenibles en Colombia.

Este proyecto se añade al apoyo de la AFD sobre otros grandes proyectos a favor de la movilidad baja en carbono y de la biodiversidad urbana entre los cuales, el financiamiento de las líneas de Metrocable en Medellín, el estudio para la construcción de una nueva línea de cable en Ciudad Bolívar, capacitaciones de mujeres para la conducción de autobuses eléctricos en Bogotá, pero también en otras ciudades como Barranquilla sobre temas de ordenamiento sostenible del territorio a través de la recuperación de la Ciénaga Mallorquín.

Esta transformación de una avenida cargada de historia y de simbolismo representa un desafío importante desde hace varios años. La avenida es el emblema de Bogotá porque tiene un valor histórico y patrimonial de primer orden: fue una ruta importante para los muiscas antes de ser el teatro de la independencia del país y su corazón político: la Presidencia, el Congreso, la catedral Primada, los juzgados de primera instancia y la Alcaldía marcan este eje que serpentea del sur a norte la ciudad, al pie de los cerros orientales de Bogotá.

La transformación de la Séptima, llevada a cabo por la alcaldesa Claudia López, marca un hito importante en las políticas de ordenamiento urbano y transporte. Este rumbo ya había sido esbozado por el lanzamiento efectivo del proyecto de la primera línea de metro después de 20 años de desarrollo de transportes urbanos masivos - encarnados por la figura del TransMilenio.

En adelante, la promoción de la movilidad sostenible y el desarrollo de infraestructuras urbanas de transporte con bajas emisiones son prioritarios (buses eléctricos, metro, metrocables, bicis), pero también una nueva postura basada en la construcción conjunta y la instauración de un diálogo más estrecho con los ciudadanos.

En este contexto y conforme a sus promesas, al inicio de su mandato en enero de 2020, la alcaldesa propuso -de la mano con la comunidad- el reenfoque del proyecto de la Séptima. Luego de un diálogo que convocó a más de 50.000 ciudadanos, la programación prevista es un corredor ecológico.

El proyecto consiste, en particular, en la reducción de las vías transitables a favor de zonas verdes, de espacios públicos (345.000 m² por construir), de una vía reservada a los transportes públicos y de ciclorrutas. La inversión, estimada en 2 billones de pesos -unos 200 millones de euros- permitirá crear 16 nuevas plazas públicas, reducir en un 50 % los tiempos de desplazamiento y mejorar la calidad del aire mediante una oferta de transporte 100 % eléctrico y la creación de 23 nuevas estaciones integradas en el medio ambiente.

El estudio pone de manifiesto secuencias paisajísticas por características sociales, urbanas, vegetales e hídricas diferenciadas. Varios nodos de circulación caracterizados por la presencia de jardines, parques, fuentes o equipamientos culturales y deportivos se articularán a través de elementos «unificadores», entre los cuales está la arborización con especies nativas, espacio público para habitar y disfrutar el corredor, infraestructura complementaria (equipamentos), árboles tótem como el yarumo plateado, la palma de cera y el nogal, entre otros.

Por último, el corredor ecológico dará prioridad a las energías renovables -explotando el potencial de producción de energía hidroeléctrica y solar del espacio público- así como a la movilidad sostenible adaptando la red vial en función de la vocación y de las características de cada espacio.

Así, la Séptima estará marcada por tres secciones distintas: la primera (calle 26-32) favorecerá la experiencia del peatón con una atención particular al espacio público y la pacificación de parte del tráfico particular. La segunda sección (calle 32-93A) busca promover la articulación de diferentes modos de transporte, como la bicicleta, los desplazamientos peatonales, los transportes públicos de baja emisión y los vehículos particulares.

Por último, el objetivo de la tercera sección (calle 93A-200) será fortalecer la oferta de transportes públicos de energía limpia, contribuyendo a mejorar la calidad del aire y la protección del medio ambiente. Se trata de crear nuevas ciclovías, así como, instalaciones deportivas y franjas peatonales con vegetación para convivir con la naturaleza y no contra ella. Con la transformación de su eje más emblemático, la capital contempla una nueva relación entre los ciudadanos y una ciudad más sostenible.

Zoom – Parque Nacional

Esta intervención específica consistirá integrar el espacio público patrimonial del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera a la carrera Séptima. Las estaciones laterales y transparentes son un nuevo hito urbano que se incorpora a un espacio donde prevalecen los peatones, los ciclistas y los usuarios de transporte. Mobiliario especial, integración con el Río Arzobispo y nuevos materiales harán de este espacio la puerta de entrada al centro de Bogotá.

Por Lamine Sow

Por Diego Sanchez

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