Según la Dirección Nacional de Bomberos de Colombia, hoy más de la mitad de los municipios del país (53%) tienen amenaza eminente (amenaza roja) por incendios de cobertura vegetal, y si sumamos la alerta roja y amarilla llegamos a una amenaza del 88% ¡La situación es crítica! ¡La vida, no sólo humana, está en juego! La vida animal, la vida vegetal y la vida que nos da vida - el aire y el oxígeno - están en juego.
Este momento límite nos ha sacado lo mejor: la capacidad de cooperar, la reciprocidad y el cuidado. Celebro esta actitud. Sin embargo, son estas situaciones las que nos deben llevar a reflexionar sobre la prioridad de la vida en términos éticos, culturales y políticos. Estos incendios, en gran parte, son producto de nuestro egoísmo y nuestros comportamientos (ética), de normas sociales que llevan a ser corto placitas (cultura) y de nuestras decisiones políticas (política).
Estamos en un entorno colectivo con intereses que nos llevan a dejar a un lado el agua, nuestros cerros, páramos, y aquel sustento vital que posibilita la vida. Existe una red de intereses que
- Prioriza el contrato amañado que amenaza la vida, el agua y el ambiente (política).
- Prioriza desde las normas sociales el sálvese quien pueda: obtener beneficios particulares sin importar si acabas con el entorno vital (cultura).
- Prioriza nuestras prácticas y emociones alrededor de nuestro diámetro inmediato (ética).
La vida no nos importa tanto, las decisiones individuales y colectivas: los POT, las cementadas de los humedales y los páramos, las agresiones a las cuencas, las deforestaciones, la explotación irracional de hidrocarburos, los monocultivos, etc. La vida debe ser una prioridad. Hoy estamos pagando esas elecciones, pero podemos actuar y esta columna es una invitación a hacerlo.
Nuestra cotidianidad puede cambiar, en pequeñas decisiones que generen una acción colectiva por la vida. Las normas sociales, y es la fantasía de las normas sociales, pueden modificarse: la agencia cultural ahí es fundamental ¡Bienvenido el arte para convocarnos por la vida! La política puede cambiar, desde nuestro voto, desde los gobernantes, desde las organizaciones varios pintas, ciudadanas y sociales que le pongan un tatequieto a la muerte.
En momentos de crisis es que surgen las reflexiones subjetivas, colectivas o políticas. Cuando se está en el límite es que debe salir lo mejor de ti. Tú puedes jugártela por la vida y tú, quien está tomando decisiones políticas, puedes sacar lo mejor. Valoro enormemente que el gobierno nacional y el gobierno de Bogotá estén cooperando abajo del Cerro del Cable ¡Así es que es! Es necesaria esa sinergia, pero no es suficiente.
Presidente Petro, alcalde Galán, Gobernadora de Chocó, Gobernador de Amazonas y demás gobernantes es momento de priorizar nuestras decisiones políticas, culturales y éticas a favor de la vida. La naturaleza está protestando y gritando ¡Basta Ya! Escuchémosla y actuemos en consecuencia. Se vienen los planes de desarrollo, se vendrán presupuestos y sí, pueden modificar los POT: Mockus lo hizo. Juguémonosla por la vida, por el bien público y la sostenibilidad y no por los contratos amañados y corruptos.
Presidente, lo elegimos por un Cambio por la Vida, es momento de convocar a todas las personas que gobiernan el país (gobernadores y alcaldes) a construir un acuerdo ético, cultural y político por la vida y que eso se refleje en las decisiones de política que se vienen.
Desde mi raíz mockusiana convoco a una transformación pedagógica, en nuestras decisiones, en nuestras emociones y en nuestras prácticas cotidianas ¡Montémonos, ciudadanía y gobernantes, en decisiones por la vida! ¡Vamó a hacerlo!
Por Diego Cancino
