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Opinión: El metro, un paso adelante y dos atrás

De cara a las elecciones de octubre puede estarse cocinando un acuerdo político entre la alcaldesa Claudia López y el presidente Gustavo Petro, alrededor del futuro de la primera línea del Metro. Son estas erradas acciones gubernamentales nacionales y distritales, las que en el futuro deben evitarse por quienes los sucedan para no seguir estancando el desarrollo de la ciudad.

Ricardo Felipe Herrera Carrillo
16 de mayo de 2023 - 02:00 a. m.
La demolición de la infraestructura se realiza con el objetivo de construir dos nuevos puentes que servirán de ruta alimentadora de la primera línea del Metro de Bogotá.
La demolición de la infraestructura se realiza con el objetivo de construir dos nuevos puentes que servirán de ruta alimentadora de la primera línea del Metro de Bogotá.
Foto: Alcaldía de Bogotá

La licitación y contratación de la primera línea del Metro no admite modificaciones como las pretendidas por el presidente. Cambiar de manera radical lo contratado en la búsqueda de que aquella sea diseñada y construida de manera soterrada no es serio, ni jurídica y técnicamente responsable.

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Para gustos los colores y para posturas jurídicas hay abogados de diferentes gamas. La última palabra la tendrá la rama Judicial y los órganos de control, quienes deberán pronunciarse en su momento, de actuarse así.

El entonces ministro de Transporte anunció elevar consulta sobre el tema a la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado. A la fecha, no se ha radicado ninguna. Siguen apoyados en las opiniones de abogados pagos por la nación y el Distrito.

La trasnochada discusión sobre las bases de un proceso contractual estatal adelantado, culminado y en ejecución, el que además cuenta con los exigentes avales técnicos y las debidas garantías de la banca multilateral, se encuentra viva y activa gracias a la exótica pretensión y poder presidencial.

Esta inoportuna situación pareciera más ser el resultado de la minúscula intención de echar al traste la contratación que exitosamente y después de muchas décadas de esfuerzos infructuosos lograra la administración de Enrique Peñalosa, sucesor de Gustavo Petro en la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Es verdad que el entonces alcalde Petro tenía la idea de un metro muy diferente pero que claramente no fue capaz de concretarla. Precisamente, la que si lograra contratar el alcalde Peñalosa y su equipo dirigido por Andrés Escobar, difiere porque aquella no superó los rigurosos análisis técnicos, financieros y económicos que la hicieran viable.

La primera línea contratada por Peñalosa, a diferencia del esbozo de Petro, no solo superó esas exigencias sino las propias -entre ellas los estrictos requerimientos ambientales- de la banca multilateral que dio vía libre al proyecto.

La contratación adelantada y adjudicada de la primera línea del metro no ha sido objeto de la primera tacha que muestre con rigor y seriedad un argumento que haga dudar de su contenido y procedimiento. Hasta ahora, solo hay superficiales narrativas de algunos progresistas en campaña electoral.

Lo que en su mandato distrital Gustavo Petro no pudo hacer, lo quiere hacer tardíamente ahora como presidente. Pareciera que pesa más su animadversión por Peñalosa que la sensatez de respetar un contrato legalmente confeccionado, adjudicado y en ejecución. Si a la nación le sobra recursos para el metro de Bogotá que los aplique a la segunda o tercera línea.

La alcaldesa López al respecto ha tenido posturas disímiles. Primero, con firmeza y vehemencia ha señalado que la autonomía de Bogotá “se respeta”, pero luego con docilidad les dio paso a unas “mesas técnicas” que siguen inexplicablemente dándole vueltas al asunto. Pueda ser que no sea buscando la manera de forzar una salida que permita cumplir un absurdo capricho más del presidente.

Los integrantes de las “mesas técnicas” la tienen difícil -en realidad imposible- para acceder al pedido presidencial sin que con ello no resulten sugiriendo a la gerencia de la Empresa Metro a violentar el ordenamiento jurídico. Pueda ser que las voces que advierten que la alcaldesa ya accedió al pedido del presidente y lo que están preparando es la manera de anunciarlo a la opinión pública, no tengan razón.

El gerente de la Empresa Metro tiene la última palabra, por encima de la del presidente y la alcaldesa. No son los mandatarios quienes pueden suscribir semejante exabrupto jurídico sino el gerente y quién además deberá responder por ello.

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Alejandro(56028)23 de mayo de 2023 - 02:51 p. m.
Este articulo parece un "publireportaje" promocionando a Peñaloza, cuanto le habra pagado al Espectador? o a este "periodista"? Desarrollo no es proponer babosadas, desarrollo es invertir correcta, eficiente e inteligentemente el dinero publico. Dinero que es de todos... pero que se lo gastan y disfrutan los politicos y funcionarios publicos corruptos. Petro esta ejerciendo su papel, esta velando que los recursos se inviertan para el desarrollo y bienestar de los Bogotanos.
JUAN(37240)16 de mayo de 2023 - 07:27 p. m.
El cambio de subterráneo a elevado que Peñaloza supo vender muy bien en campaña y que funcionarios del metro de Medellín vinieron a ayudarlo exitosamente en esa tarea, hoy tenemos claro que solo tuvo motivaciones políticas. En ese momento no dimensionamos el perjuicio de un viaducto en una vía que resulta estrecha para meterle un viaducto por todo el centro y que además solo hará las veces de alimentador de transmilenio, y semejante inversion tan grande.
JR(ys1nh)16 de mayo de 2023 - 03:22 p. m.
Este articulo es tan básico y sesgado. La mayoría somos consientes de la salvajada que hizo Peñalosa con la aprobación de un metro elevado en la ciudad, y sobre todo en un sector tan complejo como lo es el centro. Bogotá, una ciudad de más de 8 millones de habitantes, la más importante de Colombia y sin metro; mientras que una ciudad del tamaño de Medellín este ya trabajando por la segunda línea. Afortunadamente, se esta reevaluando ese diseño y planteamiento inutíl y poco funcional.
H. Callejas(4167)16 de mayo de 2023 - 02:13 p. m.
Petro por su ineptitud no dejo contratado el metro y luego Peñalosa con su arrogancia desecho el trabajo realizado y solamente por llevar la contraria lo diseñaron elevado. Con semejantes gobernantes no vamos para ningun lado.
ISMAEL(31700)16 de mayo de 2023 - 12:42 p. m.
Y si todavía no hay estudios tampoco se sabe cuanto costará. El cuento que es mas barato no tiene soporte. Solamente queda el cuestionable "razonamiento" de Peñaloza, que afirma el que los pasajeros del subterráneo sufrirán claustrofobia y eso afectará la demanda...El colectivo ciudadano de Bogotá tiene genes diferentes a los de otras ciudades del mundo, que no se enferman por usar Metro Subterráneo.
  • RAMON(31031)16 de mayo de 2023 - 01:53 p. m.
    Sinceramente ,veo BODEGUEROS PETRISTAS opinando en todas partes de lo divino y de lo humano , no tienen idea alguna de los aspectos técnicos y jurídicos de muchas situaciones , pero dele a las críticas , cuando no se apoyan las VENDETTAS DEL TRAMPOSO , de verdad es irracional lo que pasa , con el grado ya conocido de improvisación , que tienen casi todas las cosas de PETRO ,quién en su sano juicio puede estar tranquilo , con decisiones importantes en sus manos? SÓLO LOS FANÁTICOS.
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