Publicidad

Opinión: Una resolución centralista que pone en peligro a Bogotá y la Sabana

Una propuesta del Ministerio de Ambiente, impuesta desde un escritorio y sin verdadera concertación, pone en peligro el desarrollo de la Sabana de Bogotá. Un golpe centralista que amerita un debate urgente.

Felipe Jiménez Ángel
05 de marzo de 2025 - 03:58 p. m.
Autopista Norte
Autopista Norte
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

El Ministerio de Ambiente abrió recientemente una consulta pública, supuestamente para recibir observaciones y comentarios sobre un nuevo lineamiento ambiental para la Sabana de Bogotá y para Bogotá. La iniciativa, que estará abierta hasta el 14 de marzo, se presenta como un avance para proteger áreas de especial importancia ambiental y guiar el ordenamiento territorial frente al cambio climático. Sin embargo, en lugar de fomentar un desarrollo sostenible y concertado, esta resolución es un claro ejemplo de centralismo y contradice los principios concurrencia, desarrollo armónico y participación ciudadana. Es un atropello contra Bogotá y Cundinamarca.

La propuesta nace en un escritorio, sin diálogo real con los gobiernos locales ni con la ciudadanía, sin la discusión profunda que exigiría una regulación tan importante para el futuro de la región. El Gobierno Nacional pretende imponer determinantes de superior jerarquía en Bogotá y los municipios de Cundinamarca. Pese a que la Constitución confiere a las entidades territoriales el derecho de definir los usos del suelo, el Ministerio de Ambiente (amparado en su resolución) pretende trazar límites y condicionar proyectos estratégicos de infraestructura y vivienda.

El resultado es que, desde la nación, se intente delimitar el suelo de la Sabana, como si un técnico del Ministerio de Ambiente pudiera definir en un mapa, con precisión casi mágica, hasta dónde termina y empieza Guasca o donde puede ir o no un determinado proyecto.

Limitar el posible crecimiento urbano en ciertas zonas no necesariamente es perjudicial, pero imponerlo desde la distancia, sin concertación, sí lo es. En la práctica, esta resolución desconoce las capacidades de los municipios para decidir qué proyectos deben priorizarse, dónde se requiere desarrollar vivienda, cómo expandir la infraestructura vial o de energía y qué áreas se deben conservar de manera estricta.

Hay puntos de la norma que causan honda preocupación. Por ejemplo, la obligación de adoptar lineamientos con una escala cartográfica imprecisa de 1:100.000, que no distingue con claridad las zonas en disputa y que pone en riesgo proyectos cruciales.

Esta visión miope centralista pone en riesgo proyectos estratégicos como la ampliación de la Autopista Norte, la ALO Norte, la ampliación de la Calle 13, la extensión de la Calle 63, la vía Suba-Cota y otros desarrollos viales que requieren criterios técnicos más rigurosos. La misma inseguridad jurídica amenaza los planes parciales de vivienda, por ejemplo en Torca y Bosa, que llevan años de planeación e inversión y ahora podrían enfrentarse a la incertidumbre de una norma que les impone nuevas restricciones sin un estudio local detallado.

El artículo 15 y el artículo 11 de la resolución ejemplifican este atropello, al establecer que sus lineamientos serán de aplicación inmediata y superior a cualquier reglamentación municipal. No queda claro en qué consiste exactamente la cartografía que se adoptará, pero todo apunta a que, bajo el rótulo de “superior jerarquía”, se impondrán limitaciones que torpedearán gran parte de los planes pensados para Bogotá y la Sabana. Este tipo de disposiciones, más que proteger el ambiente, generan inseguridad jurídica y abren la puerta a conflictos permanentes entre el Gobierno Nacional y los gobiernos locales.

Este escenario es incoherente con el discurso oficial que promete diálogo y concertación. Se asume una postura impositiva en la que el Ministerio decide, sin escuchar a alcaldías y gobernaciones, y sin atender debidamente a la comunidad, cómo deben ordenarse los territorios. El resultado es una sensación de atropello que va más allá de una simple diferencia de criterios: denota una falta de respeto por la institucionalidad local y por los procesos de participación que, en teoría, tanto defiende el gobierno nacional.

Resulta aún más contradictorio que el Pacto Histórico, que criticó la creación de la Región Metropolitana por considerar que no garantizaba suficiente participación, sea ahora el que valide un procedimiento con nula concertación. Es absurdo que desde el gobierno nacional crean que la publicación para comentarios de una resolución, que por ley se debe hacer, sea ahora el mecanismo de concertación predilecto. Que no crean boba a la comunidad. Publicar un decreto no tiene nada de innovador, no hacerlo es cometer prevaricato.

La Sabana de Bogotá no se gobierna desde un despacho aislado o desde dogmas y frustraciones del pasado. Se construye con la participación de quienes habitan el territorio, la experiencia de los funcionarios que lo administran día a día y el acompañamiento responsable de las autoridades nacionales. Imponer por imponer solo genera desconfianza y obstruye procesos vitales para el progreso de la región. La institución donde tienen asiento, voz y voto las alcaldías, la gobernación y la nación se llama Región Metropolitana. Allí puede darse este debate.

Espero que las voces de alerta emitidas por alcaldes, gobernadores y diversos actores de la sociedad civil sean escuchadas y que el Ministerio de Ambiente comprenda que la verdadera protección ambiental y el desarrollo sostenible de la Sabana exigen planes construidos de manera conjunta.

Por el bien de Bogotá y Cundinamarca, ojalá se rectifique a tiempo.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

Felipe Jiménez Ángel

Por Felipe Jiménez Ángel

Es profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales, especialista en Estadística Aplicada y Magíster en Políticas Públicas. Fue secretario de Gobierno, secretario de Planeación y jefe de Gabinete entre 2020 y 2023 en la Alcaldía de Bogotá. @felipeangellfelipeangel@gmail.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

Javier Salamanca Aldana(23292)07 de marzo de 2025 - 08:49 a. m.
Para cuál constructora trabajas?
Javier Salamanca Aldana(23292)07 de marzo de 2025 - 08:48 a. m.
Para qué constructora trabajas?
enriqueparra1978(84821)06 de marzo de 2025 - 09:02 a. m.
La sabana se va a convertir en centro de desarrollo urbanístico de mini apartamentos que no tendrán agua para las necesidades de sus habitantes. Si extraemos el agua subterránea que es la que soporta el peso de la tierra habitables esos terrenos se hundirán y los compradores de vivienda perderán su dinero. Defendamos el agua de la sabana y hablemos duro contra los inversionistas en viviendas para conejos. Si la sabana construye la naturaleza y el agua desaparecen. No más negocios.si más vida.!
Juan Slacker(jrrg7)05 de marzo de 2025 - 09:45 p. m.
En el IDU, en el departamento de Gestión Predial no les pagan a los propietarios que fueron sujetos a expropiación voluntaria por indemnización. La irresponsable directora Adriana Del Pilar Collazos Sáenz aduce por medio del oficial de ventanilla que no tienen contratado los funcionarios para resolver. Son año y tres meses donde decenas de expropietarios no reciben los cuantiosos saldos. Los funcionarios duran cuatro meses y los cambian.
jose orjuela(45144)05 de marzo de 2025 - 09:10 p. m.
Siento que este es un escrito más político que otra cosa, más de alguien que ha trabajado para un gobierno distrital, se nota por donde va, ademas los que ven el desarrollo sostenible con crear 1000 viviendas en zonas ecológicas y ponerle árboles a las avenidas para decir que son proyectos verdes, hasta cuando los gobiernos, sea cual sea, entenderán que no se pueden seguir dañando las estructuras ecológicas y ampliando las zonas urbanas que se vuelven territorios incontrolables e inabarcables…
Ver más comentarios
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar