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Justo cuando la constructora Pijao no sabe qué hacer para apagar el escándalo que se le vino encima la semana pasada, después de que se generara un hundimiento en un parque aledaño a una de sus obras, en la calle 98 con carrera 11, se conocen nuevas denuncias por afectaciones en otra de sus construcciones en el norte de la ciudad.
Se trata del edificio Santafé II, una torre residencial de 19 pisos que empezó a levantarse hace cuatro años en el barrio Nueva Zelandia, en la calle 178 con Autopista Norte. Gladys Ramos asegura ser una de las afectadas por la obra. Parada en lo poco que queda de una de las habitaciones de su casa, señala cómo se desplomaron los muros del cuarto después de que empezaron los trabajos a menos de una cuadra de su vivienda.
Su caso no es el único. En el barrio son al menos 20 las viviendas en las que hay grietas y humedades. Sumado a esto, un jardín infantil de la zona tuvo que cerrar sus puertas debido al riesgo que corría la estructura.
Allí, al igual que en la calle 98 con carrera 11, los vecinos coinciden en que los problemas de sus casas llegaron con las obras de Pijao. Sin embargo, Patricia Peñaloza, gerente general de la constructora, asegura que el tema está controlado y que a la fecha sólo les falta arreglar cuatro viviendas, cuyos propietarios se niegan a que la empresa proceda con las obras.
Polémica con la Alcaldía
Con respecto a lo ocurrido en la calle 98, Carlos Hernán Peñaloza, director ejecutivo de la constructora, asegura que la obra no causó el hundimiento, “el incidente se dio debido al exceso de agua ocasionado por las lluvias, el proyecto está completamente estable, como lo ha estado siempre”.
Sin embargo, la alcaldesa Clara López sigue esperando que la constructora le explique por qué adelantó, el pasado lunes en la noche, la reparación de la carrera 11 sin ninguna autorización, además de ordenar la apertura de la misma sin el visto bueno de la Secretaría de Movilidad.
El pasado miércoles, el Distrito ordenó el cierre de la vía hasta que se adelanten todas las obras de mitigación necesarias. Sin embargo, Pijao, en un comunicado, anunció el martes que la vía sería reabierta. Más tardó la constructora en hacer el anuncio que la alcaldesa en ordenar de nuevo el cierre.
Según Peñaloza, la Secretaría de Planeación expidió un permiso el pasado 16 de diciembre que lo habilitaba para adelantar la intervención. Pero Carmenza Orjuela, directora del Taller de Espacio Público de la Secretaría de Planeación, asegura que el contratista se extralimitó, pues el permiso sólo comprendía el parque y espacios públicos adyacentes.
“En ningún momento le dimos permiso para arreglar la vía, eso le corresponde a la Secretaría de Movilidad o a la Dirección de Vías de la Secretaría de Planeación”, señala. Por eso no se explica cómo un constructor con más de 30 años de experiencia pudo confundir un permiso para arreglar espacios como andenes y alamedas con uno para intervenir vías.
El asunto empieza a tomar dimensiones jurídicas para la constructora, a la que le siguen lloviendo críticas en las redes sociales por presuntos incumplimientos en otros proyectos. No obstante, Peñaloza asegura que su empresa actuó de buena fe y que su mayor interés era favorecer a la ciudadanía. Además, señaló que Pijao está a paz y salvo con todos sus clientes pese a que, según la Secretaría de Hábitat, son cinco los procesos instaurados en su contra.