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Otras religiones

Carnaval judío

El Jueves Santo, mientras los fieles católicos recorrerán el camino de las siete iglesias, los judíos, cubiertos con máscaras y disfraces, celebrarán el Purim: carnaval judío en el que se conmemora la salvación de más de un millón de israelíes, quienes iban a ser aniquilados por mandato del rey persa Azuero.

El Espectador

14 de marzo de 2008 - 09:45 a. m.
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comunidad judía celebra la Pascua —el Séder de Péjad—, para evocar la salida de Egipto.

Las noches del lunes y el martes nos sentamos alrededor de la mesa. Antes de la comida, el papá y el abuelo de la familia hablan sobre el éxodo de Egipto y otras historias del pueblo —cuenta Alfredo Goldschmidt, Gran Rabino del Centro Israelita de Bogotá—. Después cenamos con alimentos especiales como hierbas amargas, alimentos sin levadura y vino”. Este año la pascua judía se celebrará la tercera semana de abril.

Vigilia evangélica

Durante la cuaresma y el Viernes Santo, días de vigilia para la comunidad católica, la Iglesia Evangélica Interamericana permite comer carne y además autoriza  que los feligreses “cumplan con su deber conyugal”. “Nosotros interpretamos la vigilia como lo indica el nombre, vigilar. Permanecemos despiertos durante la noche, orando y cantando”, dice Diego Castaño, pastor de esta iglesia.

No hacen procesiones porque “conservamos el principio de que fuimos salvados por la gracia del señor, no por penitencias ni prácticas como la flagelación. Ese precio ya lo pagó Jesucristo”.

El Domingo de Pascua, mientras los fieles católicos recorren las calles, con Jesucristo resucitado, la iglesia evangélica celebra el culto de resurrección con una Santa Cena. El banquete es un pan del cuerpo de Cristo y un jugo de uva que “compartimos con los seguidores que aceptaron a Jesucristo como salvador”.

Santa cronología del drama y la pasión


Un evento dramatúrgico. Así es la Semana Santa en Bogotá, dice el antropólogo e historiador Germán Ferro Medina. “Hay un evento de iniciación, unos puntos de giro, unos momentos de tensión y un final”.

La verdadera historia de muerte y resurrección de Jesucristo comienza el Jueves Santo, explica monseñor Francisco Nieto, citando escritos de los siglos III y IV. Las otras celebraciones, como el Domingo de Ramos, “son tradiciones que fueron apareciendo para fortalecer la fe”.

Así, el primer capítulo de este acontecimiento dramatúrgico es el Jueves Santo, día del Lavatorio de los Pies, la Última Cena y el comienzo de la Pasión de Jesucristo.

La segunda escena es el vía crucis, el Viernes Santo. Ese día, temprano, más de 50 mil personas se reunirán en Ciudad Bolívar. El recorrido culminará en el “palo del ahorcado”, donde hace diez años se suicidó un joven de dicha comunidad. Hasta allí más de 20 hombres cargarán una enorme cruz. A la hora de nona de los antiguos romanos,  tres de la tarde, Jesús crucificado dirá las últimas palabras: “Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Al anochecer se congregarán  frente al sepulcro algunos fieles para seguir la tradición de los 33 credos. Después de cada credo harán un nudo en una rama seca, con la que adornarán el sepulcro simulando una corona de flores.

“La práctica religiosa salió de los templos para recorrer la ciudad —dice el antropólogo Ferro Medina—. Ahora la Semana Santa se vive en el espacio público y requiere de la participación ciudadana. Es un espacio para lo festivo, para salir a la calle, para disfrutar de los personajes como en una obra de teatro, en la que hay buenos y malos: la madre adolorida, Pilato el traicionero, Cristo crucificado”.

Último capítulo: Sábado Santo. Después de la caída del sol, los feligreses orarán hasta la medianoche. La liturgia de la luz, “la más hermosa para los cristianos”, según monseñor Nieto, marcará el final del drama: la resurrección. En el templo oscuro sólo brillará la luz del Cirio Pascual. Los fieles encenderán velas blancas que iluminarán toda la iglesia. “Cristo es la luz del mundo”, dirá una voz, y los asistentes responderán  a la plegaria: “Cristo está vivo y presente en la eucaristía”.

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Por El Espectador

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