Palmas silvestres, otras beneficiadas por la cuarentena

La cuarentena, que han aplicado diversos países del mundo como medida para contener la propagación del COVID-19 ha tenido un coletazo positivo en el medio ambiente. En Bogotá, esto se ha reflejado, por ejemplo, en la mejoría de la calidad del aire.

Para la Secretaría Distrital de Ambiente la celebración del Domingo de Ramos “dejó de ser un calvario” para las palmas silvestres. Por lo general, cada año la temporada de Semana Santa significa la incautación de decenas o cientos de bultos de este material que se comercializa ilegalmente.

Lea también: El Vaticano propone que procesiones de Semana Santa se hagan en septiembre

Solo para tener una dimensión de esto, en 2016 se incautaron 2.440 kilogramos, en 2017 700 kilogramos, en 2018 740 kilogramos y en 2019 880 kilogramos. 

“Durante la cuarentena no se ha registrado ningún tipo de incautación, por lo que la movilización o comercialización de palmas silvestres se ha disminuido radicalmente. Es importante que las personas se concienticen y acaben con estas prácticas que generan daños irreparables al ambiente”, destacó la secretaría.

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Este panorama significa un alivio para este tipo de plantas, pues la palma de cera, en la que habita el loro orejiamarillo se encuentra amenazado en la categoría de “Peligro”, según la Unidad Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
 
“La extracción y comercialización de especies silvestres ocasiona una afectación irreversible en los ecosistemas, desplazamiento y muerte de la fauna, extinción de especímenes y promueve la ilegalidad”, detalla la entidad.

*Esta semana, cuando estamos todos en casa para cuidar nuestra salud y la de nuestros familiares, puedes consultar los contenidos de las secciones Nacional y Bogotá sin restricción alguna. Y en medio de esta pandemia, que estamos cubriendo de manera responsable, también puedes ver el especial sobre Coronavirus en el que trabaja toda la redacción de El Espectador minuto a minuto.  

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Solo para tener una dimensión de esto, en 2016 se incautaron 2.440 kilogramos, en 2017 700 kilogramos, en 2018 740 kilogramos y en 2019 880 kilogramos. 

“Durante la cuarentena no se ha registrado ningún tipo de incautación, por lo que la movilización o comercialización de palmas silvestres se ha disminuido radicalmente. Es importante que las personas se concienticen y acaben con estas prácticas que generan daños irreparables al ambiente”, destacó la secretaría.

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Este panorama significa un alivio para este tipo de plantas, pues la palma de cera, en la que habita el loro orejiamarillo se encuentra amenazado en la categoría de “Peligro”, según la Unidad Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
 
“La extracción y comercialización de especies silvestres ocasiona una afectación irreversible en los ecosistemas, desplazamiento y muerte de la fauna, extinción de especímenes y promueve la ilegalidad”, detalla la entidad.

*Esta semana, cuando estamos todos en casa para cuidar nuestra salud y la de nuestros familiares, puedes consultar los contenidos de las secciones Nacional y Bogotá sin restricción alguna. Y en medio de esta pandemia, que estamos cubriendo de manera responsable, también puedes ver el especial sobre Coronavirus en el que trabaja toda la redacción de El Espectador minuto a minuto.  

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