“Pedimos paciencia, trabajamos en tener el mejor sistema posible”: gerente de TM

Transmilenio (TM) es una de las “papas calientes” del Distrito. La entidad gestiona casi cuatro millones de viajes diarios (2,5 millones en los articulados rojos y 1,4 millones en el SITP), pero la falta de renovación y expansión, el déficit, la inseguridad y los colados se convirtieron en problemas que en la última década demolieron la imagen del sistema. El gerente de TM, Felipe Ramírez, ascendió al cargo tras liderar por años el área técnica. Su gran compromiso es reconquistar a los usuarios con un mejor servicio, pero su primer gran reto será justificar un aumento de tarifa que inicia hoy y con el que se rompió una promesa de campaña. 

¿En qué contexto recibe la gerencia?

Recibí una entidad con proyectos andando y haremos un buen ejercicio de continuidad. Enfocamos el trabajo en el compromiso de esta administración, que es reconciliarnos con los usuarios, pues sabemos que no se está prestando el servicio como quisiéramos. 

¿Cómo lo harán, si apenas empiezan a ejecutar las mejoras?

No pediremos que se reconcilien con el sistema sin haber hecho algo. Queremos demostrar que hay acciones en pro de la seguridad, la lucha contra la evasión, la infraestructura y la capacidad.

En campaña dijeron que no subirían la tarifa hasta no ver mejoras. ¿Cómo justificar el aumento?

Es un tema crítico. Nos demoramos en tomar la decisión, porque hicimos análisis para no afectar a los más vulnerables y alargar el tiempo de transbordo. El aumento empieza hoy, que llegan 130 biarticulados a gas. Las mejoras se demoran y es algo transicional. Seguro habrá sectores que sientan más los cambios que otros, pero iremos sumando. 

¿Qué ajustes le hicieron a la tarifa?

No aumentó el pasaje de grupos poblacionales (Sisbén, adultos mayores y personas con discapacidad). Además aumentamos a cien minutos la ventana de tiempo que busca proteger a quienes tienen que viajar más lejos y muchas veces deben gastar hasta dos pasajes por trayecto.

¿Cómo va el déficit del sistema y qué tanto impactará el aumento?

El déficit está en $850.000 millones y este año va a superar el billón. Un mejor servicio implica más costos, así que el déficit aumentará, pero no tanto como cuando se toman malas decisiones.

¿Cuándo acabará el déficit?

En esta administración esperamos que se estabilice. Va a bajar cuando se tenga el metro o más troncales, porque habrá un sistema más eficiente. El transporte público en todas las ciudades cuesta y nosotros subsidiamos el 30 %. 

Si sigue aumentando el déficit, ¿no se debe aumentar más el pasaje?

Para que no pase hay que tomar decisiones sabiendo los siguientes  pasos. La Secretaría de Movilidad debe lograr fuentes de financiación para aliviar un poco el déficit.

¿Cuáles serán los primeros resultados del otrosí con el SITP?

El más importante, la llegada de buses eléctricos y a gas. Se verá en las calles una flota renovada y muchas más frecuencias, algo que notará el usuario en sus recorridos.

Cambian seguido las rutas. ¿Cómo programan esos cambios, que no siempre le sirven a todo el mundo?

Hay un equipo en vía para mirar qué cambios se necesitan, la cantidad de pasajeros y los orígenes-destinos. Es un trabajo minucioso para tomar las mejores decisiones. Aunque algunos usuarios ven el cambio solo en su contexto, los hacemos para la mayoría de personas. Sabemos que hay quienes se molestan, pero pedimos paciencia, porque estamos trabajando para tener el mejor sistema posible. 

A veces la paciencia se agota y hay bloqueo en las troncales. ¿Qué van a hacer para que eso no ocurra?

Hay quienes se desesperan por los retrasos y bloquean. Lo entendemos, pero el lío es que esa acción genera más retrasos. En otro punto, alguien más se desespera, bloquea, y hay un efecto dominó. 

¿Los colados empeoran la congestión?

No lo sabemos, porque la programación de los buses se hace según el número de veces que se mueven los torniquetes. Podemos ver las cámaras, pero un bus no se puede mandar solo por ver mucha gente. 

¿Cuándo llegarán todos los buses y cómo impactarán en la operación?

En agosto terminan de llegar los nuevos articulados. El impacto principal es el ambiental, porque reducirá 95 % las emisiones y también en la capacidad, porque aumentará 41 % el espacio. Reemplazamos 1.162 buses por 1.441, la mayoría biarticulados. A mediados de 2021 llegarán 486 eléctricos y 701 a gas del SITP, y licitaremos 2.000 para cubrir el provisional. 

¿Cuándo estará completa la renovación en infraestructura?

Este año concluye la ampliación de 21 estaciones y el próximo año de otras 24. En cuanto a las taquillas, no vamos a cambiarlas todas, pero vimos que ponerlas afuera facilita el ingreso a las estaciones.

Lideró un estudio que propone la expansión de TM, pero la alcaldesa quiere una red de metros. ¿Cómo concilian esas visiones?

Cada plan de gobierno tiene sus expectativas y hay que hacer modelos de transporte que respondan a ese plan de infraestructura. En este momento, lo importante es ir avanzando con lo que está contratado: la troncal en la av. 68, la expansión de la av. Caracas y hacia Soacha, el metro y el Regiotram.

La Séptima es un proceso avanzado, pero con problemas jurídicos. ¿Qué van a hacer con ese corredor?

Quien toma las decisiones es el IDU. Nos encargamos de las necesidades de transporte de las personas y hay que esperar cómo se pronuncian los jueces, pero la alcaldesa ha sido clara en cuanto a revisar ese proyecto en su integridad. 

¿No se quiebra la conectividad del sistema si no se hace la troncal?

Seguro allí habrá un transporte público de calidad, que tendrá algún tipo de conexión con el resto de troncales. Sea una conexión operacional o de transferencia.

¿Seguirán implementando la infraestructura anticolados?

Nuestra primera línea será la cultura ciudadana. La segunda, la infraestructura, y estamos haciendo pruebas para poner más barreras de piso a techo, en estaciones donde la situación es compleja. Y aunque han funcionado, no queremos poner más barreras perimetrales. Queremos creer en la gente.

La anterior administración le apostó mucho a campañas de cultura ciudadana. ¿Seguirán esa línea?

No queremos que haya tantas campañas, sino volvernos más creativos. Esperaremos qué lineamientos hay, porque el tema de cultura ciudadana será manejado por la Alcaldía, pues será una apuesta fuerte en el plan de la alcaldesa.

¿Qué hacer con la reventa de pasajes?

Teníamos pérdidas por $9.500 millones y las bajamos a $2.500 millones. Evaluamos cómo seguir reduciendo el número de personas que tienen acceso a este negocio. 

¿Y las ventas ambulantes?

Siempre lo primero será ofrecer una nueva oportunidad, por eso tenemos ferias laborales permanentes. Invitaremos al usuario a que no compre en el sistema y así desestimular esas ventas y, por último, habrá imposición de comparendos. 

¿Y los inamovibles de su gestión?

El primero es que el 31 de diciembre de 2021 salga todo el SITP provisional. El segundo, que la flota nueva opere sin problemas. El tercero, dar los pasos correctos frente a la evasión y, por último, implementar tecnología para informar en tiempo real sobre las rutas.

Transmilenio (TM) es una de las “papas calientes” del Distrito. La entidad gestiona casi cuatro millones de viajes diarios (2,5 millones en los articulados rojos y 1,4 millones en el SITP), pero la falta de renovación y expansión, el déficit, la inseguridad y los colados se convirtieron en problemas que en la última década demolieron la imagen del sistema. El gerente de TM, Felipe Ramírez, ascendió al cargo tras liderar por años el área técnica. Su gran compromiso es reconquistar a los usuarios con un mejor servicio, pero su primer gran reto será justificar un aumento de tarifa que inicia hoy y con el que se rompió una promesa de campaña. 

¿En qué contexto recibe la gerencia?

Recibí una entidad con proyectos andando y haremos un buen ejercicio de continuidad. Enfocamos el trabajo en el compromiso de esta administración, que es reconciliarnos con los usuarios, pues sabemos que no se está prestando el servicio como quisiéramos. 

¿Cómo lo harán, si apenas empiezan a ejecutar las mejoras?

No pediremos que se reconcilien con el sistema sin haber hecho algo. Queremos demostrar que hay acciones en pro de la seguridad, la lucha contra la evasión, la infraestructura y la capacidad.

En campaña dijeron que no subirían la tarifa hasta no ver mejoras. ¿Cómo justificar el aumento?

Es un tema crítico. Nos demoramos en tomar la decisión, porque hicimos análisis para no afectar a los más vulnerables y alargar el tiempo de transbordo. El aumento empieza hoy, que llegan 130 biarticulados a gas. Las mejoras se demoran y es algo transicional. Seguro habrá sectores que sientan más los cambios que otros, pero iremos sumando. 

¿Qué ajustes le hicieron a la tarifa?

No aumentó el pasaje de grupos poblacionales (Sisbén, adultos mayores y personas con discapacidad). Además aumentamos a cien minutos la ventana de tiempo que busca proteger a quienes tienen que viajar más lejos y muchas veces deben gastar hasta dos pasajes por trayecto.

¿Cómo va el déficit del sistema y qué tanto impactará el aumento?

El déficit está en $850.000 millones y este año va a superar el billón. Un mejor servicio implica más costos, así que el déficit aumentará, pero no tanto como cuando se toman malas decisiones.

¿Cuándo acabará el déficit?

En esta administración esperamos que se estabilice. Va a bajar cuando se tenga el metro o más troncales, porque habrá un sistema más eficiente. El transporte público en todas las ciudades cuesta y nosotros subsidiamos el 30 %. 

Si sigue aumentando el déficit, ¿no se debe aumentar más el pasaje?

Para que no pase hay que tomar decisiones sabiendo los siguientes  pasos. La Secretaría de Movilidad debe lograr fuentes de financiación para aliviar un poco el déficit.

¿Cuáles serán los primeros resultados del otrosí con el SITP?

El más importante, la llegada de buses eléctricos y a gas. Se verá en las calles una flota renovada y muchas más frecuencias, algo que notará el usuario en sus recorridos.

Cambian seguido las rutas. ¿Cómo programan esos cambios, que no siempre le sirven a todo el mundo?

Hay un equipo en vía para mirar qué cambios se necesitan, la cantidad de pasajeros y los orígenes-destinos. Es un trabajo minucioso para tomar las mejores decisiones. Aunque algunos usuarios ven el cambio solo en su contexto, los hacemos para la mayoría de personas. Sabemos que hay quienes se molestan, pero pedimos paciencia, porque estamos trabajando para tener el mejor sistema posible. 

A veces la paciencia se agota y hay bloqueo en las troncales. ¿Qué van a hacer para que eso no ocurra?

Hay quienes se desesperan por los retrasos y bloquean. Lo entendemos, pero el lío es que esa acción genera más retrasos. En otro punto, alguien más se desespera, bloquea, y hay un efecto dominó. 

¿Los colados empeoran la congestión?

No lo sabemos, porque la programación de los buses se hace según el número de veces que se mueven los torniquetes. Podemos ver las cámaras, pero un bus no se puede mandar solo por ver mucha gente. 

¿Cuándo llegarán todos los buses y cómo impactarán en la operación?

En agosto terminan de llegar los nuevos articulados. El impacto principal es el ambiental, porque reducirá 95 % las emisiones y también en la capacidad, porque aumentará 41 % el espacio. Reemplazamos 1.162 buses por 1.441, la mayoría biarticulados. A mediados de 2021 llegarán 486 eléctricos y 701 a gas del SITP, y licitaremos 2.000 para cubrir el provisional. 

¿Cuándo estará completa la renovación en infraestructura?

Este año concluye la ampliación de 21 estaciones y el próximo año de otras 24. En cuanto a las taquillas, no vamos a cambiarlas todas, pero vimos que ponerlas afuera facilita el ingreso a las estaciones.

Lideró un estudio que propone la expansión de TM, pero la alcaldesa quiere una red de metros. ¿Cómo concilian esas visiones?

Cada plan de gobierno tiene sus expectativas y hay que hacer modelos de transporte que respondan a ese plan de infraestructura. En este momento, lo importante es ir avanzando con lo que está contratado: la troncal en la av. 68, la expansión de la av. Caracas y hacia Soacha, el metro y el Regiotram.

La Séptima es un proceso avanzado, pero con problemas jurídicos. ¿Qué van a hacer con ese corredor?

Quien toma las decisiones es el IDU. Nos encargamos de las necesidades de transporte de las personas y hay que esperar cómo se pronuncian los jueces, pero la alcaldesa ha sido clara en cuanto a revisar ese proyecto en su integridad. 

¿No se quiebra la conectividad del sistema si no se hace la troncal?

Seguro allí habrá un transporte público de calidad, que tendrá algún tipo de conexión con el resto de troncales. Sea una conexión operacional o de transferencia.

¿Seguirán implementando la infraestructura anticolados?

Nuestra primera línea será la cultura ciudadana. La segunda, la infraestructura, y estamos haciendo pruebas para poner más barreras de piso a techo, en estaciones donde la situación es compleja. Y aunque han funcionado, no queremos poner más barreras perimetrales. Queremos creer en la gente.

La anterior administración le apostó mucho a campañas de cultura ciudadana. ¿Seguirán esa línea?

No queremos que haya tantas campañas, sino volvernos más creativos. Esperaremos qué lineamientos hay, porque el tema de cultura ciudadana será manejado por la Alcaldía, pues será una apuesta fuerte en el plan de la alcaldesa.

¿Qué hacer con la reventa de pasajes?

Teníamos pérdidas por $9.500 millones y las bajamos a $2.500 millones. Evaluamos cómo seguir reduciendo el número de personas que tienen acceso a este negocio. 

¿Y las ventas ambulantes?

Siempre lo primero será ofrecer una nueva oportunidad, por eso tenemos ferias laborales permanentes. Invitaremos al usuario a que no compre en el sistema y así desestimular esas ventas y, por último, habrá imposición de comparendos. 

¿Y los inamovibles de su gestión?

El primero es que el 31 de diciembre de 2021 salga todo el SITP provisional. El segundo, que la flota nueva opere sin problemas. El tercero, dar los pasos correctos frente a la evasión y, por último, implementar tecnología para informar en tiempo real sobre las rutas.