Se dieron a conocer los resultados de la Encuesta de Percepción y Victimización 2024, de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), la cual le mide el pulso a la seguridad de la capital. En resumen, si bien hay indicadores que mejoran levemente, como la denuncia, los indicadores señalan que queda mucho por mejorar. En esta oportunidad se aplicó a 19.354 personas, de 19 de las 20 localidades de Bogotá (menos Sumapaz), y por primera vez en 26 años incluyó a 6.710 hogares de 16 municipios de Cundinamarca: Fusagasugá, Silvania, Sibaté, Cáqueza, Fómeque, La Calera, Guasca, Cota, Tenjo, Chía, Sopó, Cajicá, Tocancipá, Zipaquirá, Chocontá y Ubaté.
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Disminuyó la percepción de inseguridad
La encuesta reveló que la percepción de inseguridad disminuyó 7 %, al pasar del 76,05 % en 2023 al 69,3 % el año pasado. El dato ratifica una mejora progresiva desde 2021, año en el cual el 87,7 % de los entrevistados manifestaron que la inseguridad había aumentado en la capital. Las localidades que mostraron los mejores resultados fueron Chapinero (55,7 %), Teusaquillo (59,8%) y La Candelaria (60,1 %). En la otra orilla estuvieron Barrios Unidos (75,2 %), Antonio Nariño (74,5 %) y Kennedy (73,4 %), donde se deterioró la percepción. Sin embargo, en contraposición con la mejoría en la percepción, la mayoría de los capitalinos continúan sintiéndose inseguros.
“Con la escalada de orden terrorista de grupos armados al margen de la ley, grupos delictivos organizados (GDO), grupos de delincuencia común organizados (GDSO) y, en general, estructuras criminales en todo el país, las noticias y la priorización del Gobierno ha estado fijada en Catatumbo, en el Bajo Cauca y en Putumayo. Esto hace que aquí en Bogotá pensemos que estamos mejor versus esas situaciones”, resalta Andrés Nieto, director del Observatorio de Seguridad de la Universidad Central.
Aumenta percepción de inseguridad en transporte público y casos de extorsión
Por otro lado, si bien los indicadores generales muestran una buena tendencia, hay un espacio que sigue generando miedo: el transporte público. Allí la sensación de inseguridad pasó del 67,5 al 70,6 %. Para el caso de las mujeres, el resultado mostró un deterioro del 71,1 al 74,5 %, pese a las constantes campañas y estrategias desarrolladas por las autoridades distritales, como la Policía, para hacerles frente a los tocamientos, piropos y demás expresiones de acoso sexual que agobian a una buena parte de las usuarias.
Esta situación coincide, según la CCB, con un aumento importante de casos de protestas y manifestaciones que han generado retrasos importantes del servicio en horas pico. “A causa de estas situaciones, las estaciones se llenan y los paraderos muestran una saturación importante. Este fenómeno de estaciones y paraderos llenos fue el más asociado a inseguridad, con el 53,2 % de los entrevistados”, añade la Secretaría de Seguridad.
Otro delito que sigue al alza, a pesar de las continuas capturas y operativos contra bandas organizadas, es la extorsión. Señala la encuesta que este delito aumentó 2,3 %, al pasar del 5 % en 2023 al 7,3 % en 2024. El medio más utilizado para realizar las intimidaciones sigue siendo el directo, es decir, a través de la intimidación persona a persona, con un 48,3 %, mientras que las víctimas que contactaron por teléfono fueron el 17 %; por redes sociales, un 16,4 %, y a través de cartas o panfletos, un 13 %.
Sobre este particular, en 2024, la fundación Pares identificó a 48 cabecillas de organizaciones delincuenciales, quienes estarían detrás de los casos de extorsión dinamizados desde las prisiones. En Bogotá identificaron a 11, donde se destacan nombres como el de Michael Brayan Retes, alias “Brayan 38”, cabecilla del Tren de Aragua, recluido en Barranquilla; José Manuel Verá, líder de los Satanás, preso en la cárcel La Tramacúa, de Valledupar, o Néstor Aguirre, líder de la banda los Camilos.
Los tres tienen algo en común: “Han sido señalados presuntamente de continuar coordinando y liderando actividades delictivas, en especial extorsión, desde la prisión. Esto lo realizan principalmente a través de llamadas telefónicas, así como con mensajes y audios a través de Whatsapp, burlando los controles y las medidas de seguridad en las cárceles”, según explica la fundación.
Aumentaron las denuncias
Llama la atención que la tasa promedio de denuncias en la ciudad aumentó 7,4 %, pasando del 44,6 % en 2023 al 52 % en 2024. Se destacan los delitos cibernéticos como los que tienen la tasa más alta de denuncias, con 60,9 %; seguido de la extorsión, con 60,2 %, y el hurto a residencias, con 59 %. En este último delito, así como en hurto a comercio, autopartes, robo de bicicletas y hurto a personas, se destacan incrementos considerables. Entre las personas que contestaron haber sido víctimas de algún delito, el porcentaje histórico de denuncia es: 2021, con 47,6 %; 2022, con 41,1 %; 2023, con 44,6 % y en 2024 la cifra llegó a 52 %. El dato señala que la confianza de una buena parte de la ciudadanía en la Policía y en la justicia viene en aumento.
Esto, según señala Nieto, se debe a que en el 2023 la Alcaldía creó un proyecto que se llama AID (Asistencia Integral a la Denuncia). “Esto nace del hecho de que, si bien en 2016 se creó la plataforma A Denunciar, donde cualquier ciudadano puede instaurar una denuncia, no es fácil acceder a la plataforma, ni es fácil entenderla y entender los conceptos que le piden seleccionar al ciudadano”, resalta.
La Alcaldía capacitó con la Policía y con la Fiscalía a un grupo de personas que pueden atender a la víctima en tiempo real por WhatsApp, por teléfono o, incluso, de forma personal acercándose a su casa o al trabajo. Estas personas capacitadas ayudan a diligenciar los datos en el sistema de información, para generar un número de noticia criminal en el mismo instante de la interacción. “Esto, lo que ha hecho, según los resultados, es que cada vez más personas puedan, no solo denunciar, sino tener un registro formal de denuncia, que se denomina NUC: número de noticia criminal”.
Además, señala que, el hecho de que obras claves para la ciudad como el Metro hace que muchas personas sientan que Bogotá va por buen camino. “Está estadísticamente comprobado que si la gente se siente orgullosa de su ciudad y siente que va avanzando sin actos de corrupción, la sensación de inseguridad disminuye”, asegura. Entre tanto, con la dicotomía de unas cifras que señalan que la percepción de inseguridad bajó versus un clima cotidiano de incertidumbre frente a lo que le depara a la ciudad en ese particular, urge que la confianza de los ciudadanos en las instituciones se siga elevando.
Entre las recomendaciones de la encuesta, además del hecho de que es indispensable implementar campañas de sensibilización y fortalecer el patrullaje con tecnología en zonas críticas, urge optimizar aún más los canales de denuncia y el posterior tratamiento judicial que se le da a los casos, de lo contrario, el círculo vicioso continúa: una gran parte de la ciudadanía no denuncia, porque siente que la justicia no actúa como debería y al final, en muchos casos, los culpables siguen libres aún con pruebas de sus conductas delictivas.
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