En un solo año, un ciudadano en Bogotá ha sido víctima de los ‘pinchallantas’, tres veces, en el mismo lugar: la Avenida Boyacá, entre calles 53 y 72. En este corredor, sufrir un pinchazo puede no ser casualidad, sino parte de un complejo entramado, en el que participan varios actores. Todo comienza cuando un motociclista, que adelanta vehículos en un semáforo, deja un trozo de “pitillo” de acero, con precisión, para perforar la llanta del carro de la víctima.
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Y mientras el motero se aleja como si nada, justo cuando la víctima advierte que su llanta se desinfla, como producto del azar, en el camino se encuentra a “un buen samaritano”, que se ofrece a guiar al confundido conductor hasta un montallantas, que surge como salvación. Lo que parece casualidad, realmente es un negocio que mueve millones y que se concentra en nueve corredores de en Bogotá.
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Ya en el negocio, es otra la historia. Al llegar al montallantas, los cómplices aplican otras tretas para sacar el mayor provecho. Como lo denunció la concejala Sandra Forero, en un descuido, aprovechan para hacerle más huecos a las llantas y, así, cobrar más. Por cada parche son $40.000. En un caso particular, a un cliente, pretendían cobrarle $240.000.
“Ante la negativa a pagar sumas absurdas, el trato cambia y terminan montando la llanta de repuesto con mala actitud”, dijo Forero, que, ante las reiteradas denuncias, conformó una mesa de gestión para hacerle frente al problema. Acá, un dato clave: es obligatorio que estos establecimientos tengan tener visible una lista de precios de productos y servicios.
Gracias a esta mesa y a la recopilación de más de 200 denuncias, la concejala y la secretaría de Seguridad lograron hacer un “mapa de calor”, en la que sobresalen nueve zonas, como foco de los ‘pinchallantas’. “El modus operandi es sencillo, en el que, debido a la angustia del conductor, asumen el control de decidir cómo le resuelve el problema y cuánto le cobran. Ante esto, decidimos estudiar los sitios con más denuncias, mirar los entornos y hacer control”, explica César Restrepo, secretario de Seguridad.
¿Dónde operan los ‘pinchallantas’?
- Entrada a Bogotá por la Autopista Norte entre calles 170 y 180.
- Carrera 9 con calle 161
- Calle 80 con carrera 30 (NQS)
- Calle 80 con carrera 68
- Calle 80 con Av. Boyacá
- Puente de Guadua en la entrada por la calle 80
- Avenida Boyacá entre calle 26 a la 63
- Calle 13 entre carrera 126 a 128
- Autopista sur en el límite con Soacha
¿Pinchar llantas no es un delito?
<b>Lo que hacen los ‘pinchallantas’ está entre un comportamiento que roza la incivilidad y el delito. Pinchar llantas no es un delito. Sin embargo, si uno hace una construcción probatoria importante, es una estafa.</b>
César Restrepo, secretario de Seguridad.
Solo en el primer trimestre de 2025 las autoridades sellaron 16 establecimientos en el sector de la Calle 80 con Avenida Boyacá, en Engativá. Allí, constantemente, se reporta presencia de ‘pinchallantas’. “Debido a las recurrentes quejas, se realizó la intervención a varios de estos lugares”, detalló la teniente Paula Andrea Güiza, comandante de la estación de Policía Engativá.
En estas operaciones, las autoridades lograron el cierre definitivo de un establecimiento, por reincidir, algo que no siempre pasa, pues demostrar un delito es complejo. “Esta actividad está entre un comportamiento que roza la incivilidad y el delito. Pinchar llantas no es delito, pero si uno hace una construcción probatoria importante, podría ser una estafa. De momento, hay reglas administrativas que nos permiten cerrar y multar esos locales. Eventualmente, denunciar delitos si los encontramos”, dice Restrepo.
Cabe resaltar que, en Colombia, la estafa es un delito que se castiga con una pena hasta de 144 meses y multas hasta de 1.500 salarios mínimos. No obstante, varía según la cuantía de la estafa: si no supera los 10 salarios mínimos (casi $14 millones), la pena se puede reducir a menos de 36 meses, que es excarcelable.
En lo que va de 2025 se han realizado 83 visitas de inspección, vigilancia y control tanto a montallantas reportados por sobrecostos como a los que están bajo la lupa por estar relacionados con ‘pinchallantas’. Los despliegues han permitido a las autoridades sellar 44 establecimientos en diferentes puntos, especialmente en Fontibón y Engativá.
Para lograrlo, ha sido clave un estudio preliminar que realizó la secretaría de Seguridad con la Oficina de Análisis de información y Estudios Estratégicos de la Línea de 123, en el que analizaron 140 llamadas de ciudadanos alertando sobre esta práctica. En solo mayo, las llamadas aumentaron 124 % en comparación con abril y concentraron más de la tercera parte del total de llamadas de 2025.
El análisis detallado permitió identificar los horarios con mayores reportes: el día en el que más llamadas se presentan es el viernes, con el 21%, seguido por el sábado (16 %). Además de martes, miércoles y jueves (14 % cada día). Las tres franjas horarias en las que más se llama a la Línea 123 para reportar incidentes de este tipo es entre la 1:00 p.m. y la 1:59 p.m., con el 15 % del total de las llamadas; entre las 9:00 a.m. a 9:59 a.m., con el 11 %, y entre las 12:00 del día a la 12:59 p.m., con el 10 %.
Forero agregó que: “con la información que logramos recopilar, solicité formalmente a la Fiscalía General de la Nación iniciar las investigaciones correspondientes con base en el material probatorio recopilado a través de las denuncias ciudadanas”.
Compromisos para frenar a los ‘pinchallantas’
La mesa que se estableció para diseñar estrategias para frenar esta actividad se fijó uina serie de compromisos. Para empezar, establecer una estación de vigilancia y control en los puntos críticos previamente identificados. Además, realizar visitas a los establecimientos de Montallantas cercanos, con el fin de promover la vinculación, entre los motorizados y los comercios que, aparentemente, se benefician de esta práctica.
También, denunciar ante la Casa de Protección al Consumidor de la Superintendencia de Industria y Comercio; ejecutar patrullajes en el sector y llevar a cabo controles con cámaras de seguridad, y reforzar la vigilancia en las localidades priorizadas como Usaquén, Barrios Unidos, Engativá, Fontibón, Bosa, Ciudad Bolívar y Usme.
Por su parte, cada secretaría que incide en el fenómeno se comprometió a:
- Secretaría de Movilidad: Programar más puestos de control en los diferentes sectores objetos de denuncia
- Secretaría de Gobierno: Priorizar las zonas denunciadas para realizar operativos de IVC a través de las alcaldías locales, articuladas con la Policía Nacional y Secretaría de Seguridad, con el fin de generar de manera inmediata las sanciones a que haya lugar.
- Secretaría de Seguridad:
- Priorizar las zonas de denuncia para que se haga presencia institucional por parte de los gestores de seguridad
- Articulación con la información obtenida a través de las cámaras de Movilidad y de Seguridad para ponerla al servicio de las autoridades competentes para dar inicio a las actuaciones judiciales.
- Articulación con la Secretaría de Movilidad y el RUNT para identificar a través de las placas los propietarios de las motos utilizadas para pinchar las llantas
- Policía Nacional
- Realizar acompañamiento a los operativos de IVC realizados por las alcaldías locales
- Aumentar las rondas de patrullaje en las zonas objeto de denuncia.
De momento, el fenómeno ya está identificado. Que se cumplan los compromisos y que la gente denuncia a tiempo, será clave para ponerle fin.
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Por Redacción Bogotá
