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¿Por qué el caso Gabriel Esteban González debe tener enfoque de género?

Expertas coinciden en que la investigación y el enjuiciamiento de Gabriel Enrique González Cubillos, quien aceptó ser el responsable del asesinato de su hijo, Gabriel Esteban González Rodríguez, debe hacerse reconociendo que el crimen se cometió en un contexto de violencias basadas en género contra su excompañera sentimental y madre del menor.

Camilo Acosta Villada
06 de octubre de 2022 - 11:00 p. m.
Gabriel Enrique González Cubillos, de 50 años, le avisó por un chat a su expareja que había asesinado a su hijo.
Gabriel Enrique González Cubillos, de 50 años, le avisó por un chat a su expareja que había asesinado a su hijo.
Foto: Cristian Garavito

El caso de Gabriel Esteban González Rodríguez es el más reciente y mediático de violencia de género en el país. Un fenómeno que, al igual que otro tipo de violencias vicarias, es endémico y silencioso.

Ese tipo de violencia basada en género tiene la finalidad de que el hombre que la ejerce quiere dañar a la mujer —generalmente su excompañera sentimental— a través de sus seres queridos, especialmente de sus hijos, para ejercer un poder sobre ella y una manipulación por haber terminado una relación de pareja, en donde, en la mayoría de veces, hubo violencia intrafamiliar.

Gabriel Enrique González Cubillos, hasta donde se conoce, tenía la custodia compartida del niño, aun cuando sobre él pesaba una denuncia por acoso. Así, pudo llevárselo a Melgar (Tolima) y, a juzgar por la forma en la que le avisó a la madre, presuntamente asesinarlo en una habitación del Hotel del Rey.

Una memoria USB que le dejó a la mamá del menor y un mensaje enviado a través de WhatsApp, muestran la premeditación con la que pudo planear y ejecutar el crimen contra su hijo. En la memoria, la madre encontró un video donde González le reclamaba por situaciones que habían vivido durante su relación y otro video en el que le anunciaba que el niño perdería la vida. Y así fue: a las 04:07 a. m. del pasado 2 de octubre le escribió que había asesinado al niño doce minutos antes mediante asfixia y que se suicidaría.

En contexto: Liberan y recapturan a padre de Gabriel Esteban González, niño asesinado en Melgar.

El contexto en el que se dio este hecho, según expertas en género, muestra que, además de dejar a una víctima directa —el niño asesinado—, dejó una víctima indirecta —su mamá, Consuelo Rodríguez— que ahora tendrá que enfrentar las secuelas psicológicas que el suceso le dejará, debido a la manera explícita de causarle daño que González hizo.

“Debe haber un enfoque de género”

Dos abogadas feministas y expertas en género, consultadas por El Espectador, concluyeron que desde la Fiscalía y el sistema judicial debe investigar y judicializar el caso con lentes de género, pues es claro que la intención de González Cubillos fue la de causar un dolor a su excompañera sentimental por haber terminado su relación. Un comportamiento típico, dicen, de la violencia vicaria.

Sin embargo, no es la única. Esta violencia se ve reflejada desde las custodias de los hijos, el régimen de visitas, las demandas de alimentos y contradenuncias por violencia intrafamiliar y van hasta escenarios dantescos como el abuso o violación sexual hacia los hijos o hijas de la mujer, el asesinato de ellos y el feminicidio.

“Estos actos están en el marco de exacerbar y enfocar la violencia hacia las niñas, pues es un medio instrumentalizado para hacerle daño a la madre porque escapa del control del padre y lo dirige a ella por dos razones: el castigo al género y una forma de disciplinar a las mujeres”, anota la abogada feminista, magíster en estudios de género y docente de derecho de protección de menores, María Alejandra López.

Lea: Gabriel Esteban, Sara Sofía y otros casos de menores que no se pueden olvidar.

Al respecto, Adriana Alquichides, también abogada feminista y experta en derecho de familia, anota que estos comportamientos también se pueden enmarcar dentro de la violencia en sustitución, que se ejerce contra los hijos o también para usarlos como “un aliado más de esta guerra que se emprende contra las mujeres”.

“Todo eso, reiterado y sistemático, en la psiquis de los niños genera unos procesos de resistencia frente a las madres”, dice.

¿Cómo lograrlo?

A pesar de que Colombia cuenta con leyes y jurisprudencia que brindan elementos a los jueces para que, con sus decisiones, protejan la vida e integridad de las mujeres y de los niños —como la ley 1257 de 2008 que habla sobre las formas de violencias contra las mujeres y la ley de infancia y adolescencia—, a veces las decisiones de los funcionarios dejan por fuera estas herramientas.

Como en el caso de la Comisaría de Familia que le concedió a Gabriel González Cubillos la custodia compartida del pequeño Gabriel Esteban González, a pesar de las denuncias por acoso en su contra y que allá mismo se le sugiriera que tomara citas psicológicas para controlar su tendencia de acoso y dependencia.

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“Son cosas que establece la jurisprudencia, lo que se necesita es poder avanzar en que los jueces entiendan que es necesario incorporar enfoques y perspectivas de género en las decisiones y en los análisis que se hacen de los casos, porque eso es lo que nos permite llegar a una decisión con esa perspectiva. Si una mujer está en un contexto de violencias de género, sus hijos también la están viviendo”, expresó Adriana Alquichides.

Mientras que María Alejandra López sostiene que en el caso de Consuelo Rodríguez, madre del menor, se evidencia “que el móvil es el castigo a ella como forma de resaltar la falta de control que deja de tener este hombre sobre ella. En términos generales, aún no se ha terminado de reconocer las distintas formas en que se materializa esta violencia”.

La judicialización

Según la Fiscalía, el padre del menor fue dejado a disposición de un fiscal del departamento del Tolima para llevar a cabo las audiencias preliminares (que se decretaron como reservadas), luego de ser capturado por el delito de homicidio agravado, momentos después de que quedara en libertad tras aceptar los cargos por cohecho que le imputaron por intentar sobornar a un policía que lo detuvo en un retén de tránsito en Nilo (Cundinamarca).

En las diligencias, un juez con función de control de garantías declaró legal la captura, luego el fiscal del caso le imputó cargos por el delito de homicidio agravado, los cuales aceptó, y, finalmente, solicitó medida de aseguramiento (prisión preventiva) contra González Cubillos.

Lea también: Cronología de la muerte de Gabriel Esteban González, el niño asesinado por su padre.

Entretanto, el cuerpo de Gabriel Esteban González Rodríguez fue trasladado de Melgar (Tolima) a Bogotá, en donde se llevará a cabo su velación en la capilla del Apogeo de la Avenida Primero de Mayo, sur de la capital.

Lo concreto es que el caso que terminó con el asesinato de un niño de cinco años —que pudo haberse evitado con un actuar más responsable de una comisaría— es el reflejo más cruel de un fenómeno de violencia silenciosa que aqueja a las mujeres en Colombia y que, según las expertas consultadas por este medio, son muchas más de los diez casos identificados por la Fundación Feminicidios Colombia en 2021.

La Fiscalía ahora debe investigar formalmente a González. Si encuentra más elementos incriminatorios, podría llamar a juicio al presunto victimario de Gabriel Esteban y su madre, quien impotente dice: “no maginaba que haría algo así, más porque se mostraba amoroso con él”.

Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.

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