¿Por qué sigue la demolición de predios en la carrera Séptima?
Aunque está suspendida la licitación para construir la troncal por el corredor oriental, hay dudas sobre los predios que se han adquirido. El Distrito dice que la compra se interrumpió cuando se congeló el proyecto, pero que siguen adelante con los procesos que quedaron en ejecución.
Felipe García Altamar - fgarcia@elespectador.com - @FelipeAltamar
Todo movimiento alrededor de la idea de construir una troncal de Transmilenio (TM) por la carrera Séptima es motivo de controversia. Desde hace dos años, cuando el Distrito aseguró los $2,4 billones para el proyecto, lo convirtió en una de sus banderas y, de paso, cazó una pelea con los movimientos ciudadanos y políticos que están en contra de la obra.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Todo movimiento alrededor de la idea de construir una troncal de Transmilenio (TM) por la carrera Séptima es motivo de controversia. Desde hace dos años, cuando el Distrito aseguró los $2,4 billones para el proyecto, lo convirtió en una de sus banderas y, de paso, cazó una pelea con los movimientos ciudadanos y políticos que están en contra de la obra.
Hoy, aunque la licitación sigue suspendida a pesar de que quedaron sin efecto las medidas cautelares decretadas por un juez, la polémica radica en que la compra y demolición de predios, al parecer, sigue adelante. La situación ya la había advertido la Personería (organismo que le pidió al Distrito detener estas tareas) y hoy la ratifican algunos vecinos, quienes aseguran que siguen viendo movimientos en algunas zonas.
Según los planes del Distrito, de los 27.675 predios que hay en ambos costados del futuro corredor (que va desde la calle 32 hasta la calle 200), se deben comprar 339 para la obra; es decir, el 1,2 % de todas las propiedades. Para su adquisición, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) destinó $292.000 millones. Sin embargo, hay una zona especial en la que se concentrará el grueso de la gestión predial: la comprendida entre las calles 110 y 200.
Después de la calle 180, lo que hay hoy es una calle deteriorada, con apenas un carril por sentido. Como el objetivo del proyecto es construir una vía con dos carriles, de 6,25 metros para los carros particulares, más la calzada exclusiva para los articulados, es la zona donde se deben adquirir grandes terrenos para ampliar la vía y para construir el patio-taller, en la calle 200 con Séptima.
Es justo en este importante sector para la troncal donde hoy los vecinos se preguntan si la obra se ejecutará en contravía de las órdenes judiciales, pues, según ellos, allí se han seguido ejecutando trabajos prediales como compra de terrenos y demoliciones.
“En estos días me di cuenta de que están tumbando varias casas por donde vivo”, afirma Cileni Flórez, habitante del barrio Buenavista, ubicado sobre la calle 190. En efecto, entre las carreras Séptima y Sexta, y las calles 190 y 200, se siguen demoliendo predios, a pesar de la petición de la Personería.
“A partir de la calle 190 he visto obras hace varios meses. Hoy, en la zona hay maquinaria y todavía están terminando de tumbar unos locales. Los trabajadores no tienen ningún logo de la Alcaldía, Al parecer, las obras son en las noches. En la mañana solo se ven los predios demolidos”, agrega.
Esta preocupación tuvo eco en el Concejo, donde algunos cabildantes alertan sobre expropiaciones, el propósito de continuar la adquisición de predios y el posible detrimento patrimonial que esto implicaría. La concejal María Fernanda Rojas (Alianza Verde) considera que el Distrito está desatendiendo una solicitud expresa de un organismo de control y que adelantar estas tareas es una forma de presionar el avance de la obra, a pesar de las solicitudes de suspensión.
Según la cabildante, hay sesenta propietarios que rechazaron la oferta de compra que les hizo el Distrito y a quienes pretenden expropiar. No obstante, dada la situación del proyecto, estos trámites se deben suspender, pues son ciudadanos que demostraron no tener voluntad de vender sus propiedades.
“El Distrito no está acatando los fallos judiciales ni las recomendaciones de los organismos de control. Esa es una actitud que desafía el papel de esas entidades de salvaguardar el interés general. La Séptima no necesita una solución que implique gastos desmedidos, porque podría acarrear un detrimento patrimonial”, agrega Rojas.
Sobre el proceso de adquisición de predios hay otras advertencias, estas hechas por la Personería Distrital: el supuesto incumplimiento del IDU y la firma consultora del proyecto, en cuanto a la socialización de los pormenores de la troncal y de los diseños finales del proyecto.
“Según el contrato entre el IDU y la consultora del proyecto, se tenían que realizar once reuniones de finalización, para informar a la comunidad sobre los resultados definitivos del proyecto, incluyendo los diseños finales. Estas no se realizaron, generando un escenario de vulneración para el acceso a la información de las personas interesadas”, remata la Personería, que abrió una indagación preliminar para determinar a los responsables de estos fallos.
“Adquisición está suspendida”
A pesar de las alertas, el Distrito tiene su versión. Según funcionarios del IDU, los trámites para adquisición de predios se adelantaron hasta finales de abril, cuando se ordenó la suspensión de la licitación. Si bien reconocen que los procesos que se iniciaron antes de esa fecha deben continuar, consideran que no se puede hacer ver este paso como algo irregular.
A la fecha, de los 339 predios que necesitan, dicen, ya tienen casi asegurados 217. De estos, 157 ya están en proceso de enajenación (155 con promesa suscrita y dos con entrega de manera anticipada) con contratos firmados, que deben cumplirse. Aseguran que en caso de no seguir, esto podría derivar en el pago de indemnizaciones a favor de particulares y otras contingencias jurídicas.
La cifra la complementan los sesenta predios que están en proceso de expropiación. Según el IDU, pese a la orden judicial de suspender la licitación, se les dio continuidad ya que comprometen la responsabilidad del Distrito. Si no siguen, eso sí podría representar una falta disciplinaria o un prevaricato por omisión. Sobre las viviendas que se han derribado en el extremo norte de la ciudad, la entidad indica que se trata de 28 predios que se tuvieron que demoler por amenaza de ruina o invasión, y de ninguna manera guarda relación con trabajos prediales relacionados con el proyecto de troncal que, reiteran, se suspendieron hace tres meses.
En resumen, aseguran que los jueces frenaron el proyecto, con lo que quedó suspendida la adquisición de 42 predios, que se encuentran en etapa de avalúo, y la negociación de 44 predios, por los cuales alcanzaron a presentar oferta a sus propietarios, que no han sido aceptadas.
Por último, sobre las reuniones de socialización, el IDU responde que no se realizaron once, sino tres encuentros, debido a que se congregaron varios grupos ciudadanos en dichas reuniones. Además, afirma que se estaba adelantando la campaña “100 Conversaciones por la Séptima”, donde llevaban los detalles de la obra a diferentes escenarios del corredor.
Hoy es una incertidumbre el futuro de la troncal de TM por la Séptima, un proyecto del que se viene hablando hace más de una década. La construcción depende de que el IDU realice los ajustes que permitan hacer un nuevo análisis de factibilidad técnica y económica del proyecto. Vale recordar que las observaciones de los jueces y los entes de control, que tienen detenido el proyecto, son el recorte al andén del Parque Nacional y la armonización de las obras con el proyecto que se construye en la calle 100. El otro aspecto que tenía en duda la obra eran los puentes vehiculares que se deben construir sobre la calle 85, pero el Tribunal Administrativo de Cundinamarca dejó sin efectos las medidas cautelares sobre este reparo. Por ahora, es claro que seguirá el tire y afloje por lo que pasa en la troncal, así el proyecto esté en veremos.