
La vereda Naranjal desapareció después de la tragedia.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada
Alrededor de las 10:00 de la noche del pasado 17 de agosto, la vereda Naranjal, del municipio de Quetame, en Cundinamarca, fue epicentro de una de las mayores tragedias invernales de los últimos años en el departamento. Las fuertes lluvias, que azotaron ese día la región, provocaron un represamiento en los afluentes aledaños, que luego desató una avenida torrencial, que arrasó todo a su paso: el caserío, la escuela, dos puentes, camiones y carros. Y así fue como la vereda prácticamente desapareció por cuenta de la naturaleza, que...

Por Sara Caicedo
Periodista de la universidad Politécnico Grancolombiano. Escribe para El Espectador sobre planeación, hábitat, comercio informal, espacio púbico, desarrollo económico, hacienda y ambiente.@sara_caicedoscaicedo@elespectador.com

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