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Rafael Pardo, oficialmente en la puja para llegar a Alcaldía de Bogotá

Se inscribió como candidato por la Alcaldía, respaldado por el partido Liberal, La U y el Mira. Arranca con amplia trayectoria política y con la ventaja de estar en los primeros lugares de las encuestas.

Redacción Bogotá

01 de julio de 2015 - 12:13 p. m.
Twitter @HoracioJSerpa / Twitter @HoracioJSerpa
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“En mis aspiraciones no estaba ocupar la Alcaldía de Bogotá, ni por encargo ni bajo otras circunstancias…”. Fue lo que dijo Rafael Pardo en marzo del año pasado, cuando lo designó el presidente Santos como alcalde encargado de la capital, tras la suspensión de Gustavo Petro. Hoy, 15 meses después, es el primero en ubicarse oficialmente en la puja por llegar al Palacio Liévano, al convertirse oficialmente en el primer candidato inscrito, con el respaldo del partido Liberal, La U y el Mira.

Si bien, en su larga trayectoria (más cercana al alto gobierno que a las administraciones locales) nunca vio a Alcaldía de Bogotá como uno de sus intereses políticos, fue la ‘palomita’ como alcalde encargado la que lo hizo cambiar de parecer. “Ese encargo me sirvió para tener la certeza de que en Bogotá se puede hacer mucho. Hay capacidad financiera, pero la ciudad necesita una dosis de gerencia y ejecución. No planteé esto como propósito de la candidatura de un partido, sino de una candidatura y una Alcaldía que una alrededor de Bogotá”.

Durante su inscripción reiteró su plan de tener una candidatura alrededor de Bogotá, al insistir en la necesidad de un gran acuerdo para convertir a Bogotá en una ciudad organizada y tener un gobierno que responda con firmeza, serenidad y gerencia a las necesidades de la gente. 

“Bogotá es una ciudad grande, de oportunidades, vibrante, llena de vida, con gente apasionada, diversa y tolerante, pero no está avanzando como debería, por culpa de la inseguridad, los trancones y el desorden. La gente reclama una ciudad organizada e incluyente en la que las obras se terminen, en la que apliquen las reglas para todos, en que la que gobierne un alcalde que una, que sume, no que divida, que reste. A estos reclamos la respuesta es firmeza y gerencia”, dijo Pardo.

De igual forma se comprometió públicamente alrededor de tres propósitos básicos: tener una sociedad más igualitaria; hacer de la ciudad el entorno ideal para sacar adelante proyectos y hacer de la capital una ciudad de talla mundial y, finalmente, poner al gobierno del lado de la gente.

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Y concluyó: “No es posible avanzar si el gobierno de la ciudad solo atiende de 8:00 a.m. a 5 p.m.; si el Transmilenio cierra a las 11:00 de la noche; si solo hay dos comisarías nocturnas; si la atención a los usuarios de salud termina a las 7:00 de la noche. Bogotá tendrá Gobierno las 24 horas, los 7 días de la semana”, puntualizó. (Vea: Rafael Pardo promete TransMilenio 24 horas de ser elegido alcalde de Bogotá)

Trayectoria

Rafael Pardo Rueda ha sido asesor, consejero, senador, ministro e incluso candidato presidencial. La mayoría de los cargos que ha ocupado en su vida política los ha desarrollado bajo una circunstancia particular: en medio de la crisis. La experiencia de Pardo se ha acumulado en la OEA, el Senado, la Presidencia. Ya probó y conoció por dentro la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Desde que nació, en noviembre de 1953, parece haber vivido en medio de una realidad agitada. El país sentía aún los coletazos del Bogotazo. Sus raíces políticas disímiles también son muestra de ello: su padre, Alberto Pardo, era conservador, y en contraste, su madre, Susana Rueda, a pesar de sus ancestros conservadores, fue liberal.

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Estudió economía en la Universidad de los Andes y se graduó en 1977. A pesar de sus raíces políticas, en los primeros años sólo se interesó en desarrollar su perfil académico. Apenas en 1986 comenzó su carrera política. Ese año, por invitación de sus colegas Fernando Cepeda Ulloa y César Gaviria, ingresó al gobierno Barco para dirigir el Plan Nacional de Rehabilitación, que se encargaba de hacer presencia estatal en las zonas marginadas del país y el cual tuvo que asumir cuando la violencia del narcotráfico arreciaba en el país.

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En 1988 lo designaron consejero de paz, en reemplazo de Carlos Ossa. Fue allí donde tuvo un gran reto y el primer cruce con el exalcalde Gustavo Petro: trabajó en la desmovilización del M-19 y del Quintín Lame, al tiempo que recibía amenazas de la mafia, que reclamaba un trato parecido. Trabajó bajo la presión del terrorismo, en tiempos de magnicidios.

En 1990 pasó a ser asesor de seguridad de Gaviria y posteriormente ministro de Defensa, mientras ideaba estrategias para ponerle coto a la criminalidad desbordada. En junio de 1991, la Asamblea Constituyente prohibió la extradición. Con escasos días de diferencia, Escobar y su ejército se entregaron en virtud de una política de sometimiento a la justicia que levantó ampolla.

Fue entonces cuando tuvo que enfrentar las críticas de todos los sectores de oposición, que veían el descaro de La Catedral y la fuga de Escobar. Supo enfrentar el vendaval con éxito y en 1993 le puso fin a la novela del capo. Luego se fue a estudiar a Harvard y en 1997 asesoró a Gaviria en la OEA. En 1998 saltó al periodismo y desde las trincheras de Noticias RCN, y luego en CM&, siguió con ojo crítico la “caguanización” del país, el fracaso de los diálogos de paz y el crecimiento de la violencia guerrillera. 

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Se cansó de los excesos de las Farc y volvió al abrigo de la política. Se había alejado del liberalismo por el fantasma del Proceso 8.000 y llegó al Senado en 2002, por el partido Cambio Radical, que encabeza Germán Vargas Lleras, hoy a cargo de la Vicepresidencia.

Fue uno de los alfiles de un uribismo que prometía una reforma política profunda. Un año duró la luna de miel. Las negociaciones con los paramilitares avanzaron y, a pesar de ser el ponente del proyecto de justicia y paz, se opuso a la rebaja de penas y a las concesiones propuestas por el Gobierno. Algunos lo tildaron de enemigo de la paz. 

Junto con Gina Parody se distanciaron del Ejecutivo. Volvió a las toldas liberales y en 2006 aspiró a ser el candidato a la Presidencia por su partido. En la consulta perdió contra Horacio Serpa, quien perdió con Álvaro Uribe.

En 2010 se volvió a postular a la Presidencia de la República, con la fórmula de Aníbal Gaviria, pero sus propuestas se perdieron entre el discurso de la seguridad de Juan Manuel Santos y el de la legalidad que promovía Antanas Mockus.

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Finalmente, tras la elección de Santos, Pardo Rueda llegó al gobierno de la Unidad Nacional en 2011, con la reestructuración de los ministerios. Desde noviembre de ese año asumió como Ministro de Trabajo, desde donde impulsó cambios en materia pensional. El año pasado fue alcalde encargado de Bogotá y ahora aspira ser alcalde titular. 

Por Redacción Bogotá

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