Una escena recurrente en el transporte público o en las calles del centro de la ciudad es la de ver a trabajadores informales, artistas callejeros, artesanos, mochileros, recicladores e incluso personas en condición de habitabilidad de calle, entre otros grupos poblacionales vulnerables, reuniendo, por medio de su trabajo o de la colaboración de los transeúntes, el dinero para poder solventarse una habitación en la cual pasar la noche y evitar la crudeza que supone amanecer a la intemperie, en el frío húmedo del asfalto.
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Así pues, los pagadiarios representan una alternativa viable para familias o personas solas, en condición de vulnerabilidad, y se han vuelto parte de la cotidianidad y el paisaje urbano de muchas localidades de la capital, particularmente las que se encuentran en el centro de la ciudad.
El periodo de pandemia agrietó la situación económica de cientos de hogares y si a eso se le suma los fenómenos de violencia en varias regiones del país que generan desplazamientos; la diáspora de migración que actualmente atraviesa el continente, y problemáticas sociales como la habitabilidad de calle o el consumo problemático de sustancias, la importancia de los pagadiarios para la población vulnerable, excluida o automarginada de la ciudad es superlativa.
Ejemplo de ello es el caso de Giovanny, un joven de 24 años que a diario merodea las calles del centro “retacando” lo de la pieza y lo de sus pipazos, pues es un confeso adicto del bazuco, que decidió irse de su casa y malvivir en las calles del centro, para costear su vicio y alejarse de su problemático núcleo familiar.
“Soy de Soacha y llevó acá en el centro varios años. Me salí de mi casa por situaciones de violencia, porque el marido de mi mamá le pegaba y cuando mi hermano y yo saltamos para defenderla, ella lo defendió a él y esa fue la ruptura. Luego nos pegamos a la pipa y ya llevamos acá en el centro como dos años. La sincera es que casi siempre me toca dormir en la calle, pero cuando puedo pago los $13.000 que me cobran en un pagadiario de los Laches o los $11.000 que me cuesta uno que queda por Las Cruces”, señala Giovanny mientras espera a que un joven que entró a un supermercado salga y le dé las monedas que le prometió.
Los $13.000 que paga Giovanny le otrogan el derecho de dormir en una cama ubicada en un cuarto compartido. “A veces me toca solo y otras con otros tres fulanos. A veces es difícil, porque llega mucho consumidor y no faltan los robos, las discusiones o las peleas. Por eso es mejor pagar el doble y dormir en una pieza solo, pero casi nunca se puede”, señala.
Otro ejemplo, en las antípodas del caso de Giovanny, es el de ‘Coco’, migrante de 36 años que llegó al país hace tres años, procedente de Maracaibo, en Venezuela, y se gana la vida como vendedor ambulante en varias plazas y parques del centro, de Teusaquillo y de Chapinero. “Apenas llegué, pagaba un arriendo de, más o menos, $500.000, porque me iba mejor en el trabajo, pero ahorita el trabajo está más complicado y desde hace año y medio me la paso en pagadiarios o inquilinatos”.
“Hoy pago entre $15.000 y $22.000 la noche, dependiendo si pago colchón, camarote para compartir o si me voy para una pieza solo. Es una alternativa que a las personas que estamos solas en la ciudad y en condiciones jodidas de plata nos ayuda mucho, sin embargo, a veces, o se come, o se paga la pieza; para las dos no hay”, señala Coco mientras pesca potenciales compradores de cigarrillos, dulces o chocolatinas que pasean por el parque de la Independencia.
Teniendo en cuenta casos como el de Giovanny y el de Coco, que representan dos de las situaciones más recurrentes de quienes residen en pagadiarios, el pasado 19 de noviembre, el Distrito presentó una estrategia intersectorial que busca identificar, focalizar y direccionar a los distintos servicios ofertados por la administración a más de 4.000 personas que habitan en inquilinatos tipo pagadiarios.
“Una de las metas fundamentales que tenemos es poder luchar de manera efectiva contra las formas de exclusión extrema en Bogotá, por eso debemos conocer la situación de la población que habita en pagadiarios y requiere de los servicios sociales del Distrito”, dijo el alcalde, Carlos Fernando Galán durante el evento de lanzamiento de la estrategia, en la cual estuvo acompañado de la secretaria de Planeación, Úrsula Ablanque, y del secretario de Integración Social, Roberto Angulo, cuyas carteras lideran la estrategia.
La idea tiene su origen en un hecho histórico, que tiene ver con que los usuarios de este tipo de servicios residenciales han estado invisibilizados en los registros oficiales durante décadas y al ser una población que en su mayoría debe lidiar con condiciones de vulnerabilidad complejas, se pretende generar un enfoque de inclusión e igualdad de oportunidades, que dignifiquen la vida de quienes residen en viviendas temporales.
“La estrategia ‘En pagadiarios’ aplicará una encuesta con la que caracterizaremos y validaremos las condiciones de quienes habitan estos lugares. Esta información servirá como instrumento de focalización para orientar la oferta de servicios sociales del Distrito”, confirmó, en el mes de noviembre, Úrsula Ablanque, secretaria de Planeación.
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La estrategia
La encuesta de la que habla la secretaria fue un trabajo intersectorial en el que participaron nueve entidades, que tomaron como punto de partida dos componentes fundamentales. Por un lado, está la visibilidad estadística, que estuvo a cargo de la Secretaría de Planeación, y se enfocó en la recolección, análisis y registro, durante 20 días, de la información de quienes habitan pagadiarios de las localidades de Santa Fe, La Candelaria y Los Mártires.
El segundo componente de focalización y oferta de servicios sociales está liderado por la Secretaría de Integración Social y garantizará a niños, jóvenes, personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGTBIQ+, personas mayores y migrantes el acceso a 23 servicios sociales, de los que 20 se concretarán en un plazo de uno a 10 días, mientras que los tres restantes (Ingreso Mínimo Garantizado, bono canjeable y acceso a comedor comunitario) se activarán tras obtener la clasificación de la encuesta.
Las soluciones habitacionales temporales en la ciudad se entienden como el alquiler de camas o habitaciones, y en Bogotá se han identificado varias modalidades, pero el inquilinato, tipo pagadiario, se ha insertado en el ADN del centro capitalino. En los inquilinatos que no se clasifican como pagadiarios, se puede pagar por semanas o meses, y han servido para las personas, por ejemplo, con desplazamiento interno. Los segundos se pagan a diario, con horarios de entrada y salida, y sin garantía de tenencia sobre el espacio. A ellos acuden personas o familias sin ingresos o de bajos niveles que no pueden acceder a vivienda propia.
En esas condiciones, según señaló el Distrito antes de poner en marcha la estrategia de encuesta y caracterización, viven miles de personas en los casi 650 pagadiarios identificados en la ciudad, de los cuales la gran mayoría (552) están ubicados en las localidades de Los Mártires, Santa Fe y La Candelaria. Con algunas particularidades: se estima que el 60,7 % de los inquilinos son migrantes, el 59 % llevan más de un año en estos sitios y el 41 %, un año o menos.
Los resultados
Pasado poco menos de un mes, con corte al 5 de diciembre, los resultados de la encuesta y la estrategia ‘En Pagadiarios’ fueron presentados este 10 de diciembre por el Distrito. De acuerdo con lo señalado por el Distrito, se encuestaron 286 pagadiarios que equivalen a 2.481 hogares y a 4.499 personas. Tras las encuestas, señala el Distrito, “logró enrutar a los usuarios a nueve servicios sociales que buscan garantizar la igualdad de derechos y mejorar sus condiciones de vida. Además, la entidad del sector social destacó que 1.100 hogares ya están en la ruta de ingreso a transferencias monetarias, previstas para ejecutarse en 2025.
Las encuestas se desarrollaron en un transcurso aproximado de 20 días. Para recolectar la información y realizar las respectivas visitas, el Distrito dispuso de un equipo de 160 personas compuesto por encuestadores, supervisores, coordinadores de campo, observadores y profesionales sociales que lograron adelantar el proceso de manera exitosa.
Terminado el proceso, con corte al 5 de diciembre, acorde a los resultados hallados, Integración Social activó rutas de atención de emergencia tras evidencias situaciones de desnutrición, urgencias de salud y casos de violencia y maltrato intrafamiliar, además de rutas de atención inmediata para casos de desescolarización, bonos alimentarios y atención psicosocial y rutas de atención prioritaria en lo que tiene que ver con transferencias monetarias para la población en circunstancias más complejas de vulnerabilidad.
En ese sentido, atendiendo a las necesidades más urgentes, la entidad contribuyó para que 28 personas pudieran matricular a sus hijos en jardines infantiles; 59 más se vincularan al Centro Abrazar (atención transitoria para niños, niñas y adolescentes migrantes), y otras 65 al Centro Amar (Orientación psicosocial a las personas de los sectores sociales LGBTI y con orientaciones sexuales diversas).
“Asimismo, 27 personas participan en el programa Creciendo Juntos, mientras que tres han accedido a alojamiento temporal y 31 reciben bonos canjeables. Además, un hogar cuenta con transporte terrestre, 21 bebés han recibido kits de higiene, y una persona ha sido atendida psicosocial y jurídicamente en la Casa LGBTI Diana Navarro. Finalmente, 43 jóvenes han iniciado el proceso de preinscripción en el programa Jóvenes con Oportunidades”, confirmó Roberto Angulo, secretario de Integración Social.
Por otro lado, se realizó la inscripción exitosa de 17 cupos en colegios distritales y 107 más que están en proceso de inscripción.
La mayoría de encuestados ingiere menos de dos comidas al día
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el hambre y la inseguridad alimentaria son una amenaza constante para la mayoría de la población encuestada. Así las cosas, los números revelados por el distrito señalan que el 74,5% de las personas encuestadas ingiere menos de dos comidas al día y solo una cuarta parre ingiere tres o más comidas al día.
Particularmente la encuesta señala que el 2,2% ingiere menos de una comida, el 23,3%, menos de dos, el 49,1, ingiere dos comidas y el 25,6& ingiere tres o más comidas al día.
Por otro lado, el gasto promedio de alimentación per cápita, al mes, es de $261.064, cuando, el promedio general en el país, de acuerdo con la ANDI, es de, aproximadamente, $839.000 por familia. En ese sentido, se espera que la oferta de comedores comunitarios y las rutas de acceso se fortalezcan durante el actual cuatrienio.
Atención en salud
Por su parte, la Secretaría de Salud señaló que, durante el proceso de encuesta y caracterización, atendieron los cuidados prenatales de 14 mujeres embarazadas y lograron poner al día en el esquema de vacunación a 126 niños. Durante el proceso, además, se iniciaron los procesos de afiliación para quienes no contaban con un seguro médico. “así, con el Modelo de Salud MAS Bienestar (que busca un acceso más equitativo a la salud) seguiremos acompañando esta estrategia para llegar a más personas vulnerables en la ciudad”, señaló Gerson Bermont, secretario Distrital de Salud.
Lo que viene
Si bien, tal y como indican las cifras, la mayoría de pagadiarios están ubicados en el centro de la ciudad, hay otros puntos claves de la ciudad en donde las condiciones de desigualdad, segregación y exclusión son una constante y, por ende, el uso de pagadiarios se ha expandido notoriamente, como es el caso de barrios como el María Paz o Patio Bonito en Kennedy, o sectores de la parte alta de Ciudad Bolívar o San Cristóbal, por citar algunos casos puntuales.
En ese sentido, según confirmó el Distrito, para 2025 se espera caracterizar y focalizar a la población que reside en pagadiarios en otras localidades claves en este aspecto. “La identificación empezará en enero con Teusaquillo y Barrios Unidos; seguido de Chapinero y Fontibón, para terminar por Kennedy y Suba. Esta apuesta de atención a la población en exclusión extrema hace parte del Plan de Desarrollo Distrital “Bogotá camina segura 2024-2027″.
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