Recolección de basuras, a paso lento

En medio de las fuertes críticas de los organismos de control luego del primer día del esquema de aseo público en la capital, el alcalde Gustavo Petro insistió en que lo importante en este segundo día es no caer en el “alarmismo” y que los ciudadanos no saquen la basura si no es el día que les corresponde según el horario de su zona.

La controversia por las basuras tiradas en las calles continúa. Mientras algunas zonas que ayer estuvieron invadidas de residuos, hoy amanecieron limpias zonas como Corferias, la carrera 13, la calle 26 y Modelia. Sin embargo, en otros puntos el panorama fue el contrario. Este es el caso del barrio La Estanzuela, en el centro de la ciudad.

El desorden de las basuras en algunas calles motivó más reacciones de los entes de control en la mañana de este miércoles. El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, aseguró que “es evidente el fracaso y la improvisación del alcalde” con el nuevo esquema de aseo. Añadió que los ciudadanos están recibiendo un pésimo servicio y la recolección artesanal pone en riesgo a los trabajadores encargados.

Al occidente de la ciudad, El Espectador visitó el parqueadero de Aguas de Bogotá, donde volquetas, operarios y conductores se alistaban desde las 4:00 a.m. para continuar con otra dura jornada. Uno de los trabajadores, que prefirió la reserva de su nombre, contó que su tarea el martes terminó a las 9:30 p.m., se demoró dos horas en llegar a su casa para comer, dormir apenas dos horas, y levantarse nuevamente a las 3:00 a.m. para empezar su labor.

Más allá de lo mediático que pueda resultar el pronunciamiento del Defensor del Pueblo y de la preocupación que tengan los ciudadanos al ver basuras en las calles, ¿Cuál es la situación que viven los operarios de Aguas Bogotá? Jhon Nemocón, uno de los trabajadores denunció que los turnos del martes fueron bastante largos y que esta sería una estrategia para aburrir a los nuevos empleados de la empresa pública. La razón de esta situación, según él, es que los antiguos trabajadores de las empresas de aseo privadas que fueron contratados en la filial del Acueducto, son los interesados en perpetuar hechos de abuso laboral.

Lo cierto es que los mismos habitantes de los barrios se han solidarizado con los trabajadores. Cuando la volqueta encargada de la recolección en el barrio La Estanzuela, llegó alrededor de las 7:15 a.m. los vecinos se quejaron del daño que han causado personas de otros sectores con sus basuras. “A los indigentes de San Andresito les han pagado para que traigan la basura y la rieguen acá en estas calles”, indicó Geovany Pulido, trabajador de un taller mecánico. Con los residuos extendidos y sin palas para recogerlos, la labor de los operarios es mucho más difícil. Tan sólo en la esquina de la calle 18 con carrera 8, los empleados tardaron casi 10 minutos apilando los desechos para meterlos en las canastas y subirlos en la volqueta. Además, “quién sabe qué clase de infecciones les puede dar porque la basura les cae en la cara”, añadió una vendedora ambulante del sector.

Aunque algunos celebran que sus zonas por fin tengan servicio de aseo adecuado, hay quienes creen que el alcalde Petro se adelantó un poco al empezar su esquema sin los vehículos adecuados. El mandatario por su parte, continúa optimista. Señaló que ayer 6.000 recicladores recolectaron el material aprovechable y lo pesaron en 380 puntos de la capital para recibir por primera vez el pago del Distrito por esta labor. Según Nohora Padilla, la líder de la Asociación de Recicladores de Bogotá, el valor por tonelada recogida será de $85.000.

Según cifras oficiales, ayer las empresas Aguas de Bogotá, Ciudad Limpia y Atesa lograron la recolección de casi 8.000 toneladas de residuos en la capital.
En cuanto a los operadores privados, este miércoles el senador del MIRA, Carlos Baena, pidió que se investigue si dejaron de recoger la basura en la ciudad, si cometieron alguna falla en la prestación del servicio o si realizaron algún tipo de operación tortuga antes del vencimiento de los contratos, de tal manera que el alcalde haga efectivas las cláusulas por incumplimiento.

En medio de las fuertes críticas de los organismos de control luego del primer día del esquema de aseo público en la capital, el alcalde Gustavo Petro insistió en que lo importante en este segundo día es no caer en el “alarmismo” y que los ciudadanos no saquen la basura si no es el día que les corresponde según el horario de su zona.

La controversia por las basuras tiradas en las calles continúa. Mientras algunas zonas que ayer estuvieron invadidas de residuos, hoy amanecieron limpias zonas como Corferias, la carrera 13, la calle 26 y Modelia. Sin embargo, en otros puntos el panorama fue el contrario. Este es el caso del barrio La Estanzuela, en el centro de la ciudad.

El desorden de las basuras en algunas calles motivó más reacciones de los entes de control en la mañana de este miércoles. El defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, aseguró que “es evidente el fracaso y la improvisación del alcalde” con el nuevo esquema de aseo. Añadió que los ciudadanos están recibiendo un pésimo servicio y la recolección artesanal pone en riesgo a los trabajadores encargados.

Al occidente de la ciudad, El Espectador visitó el parqueadero de Aguas de Bogotá, donde volquetas, operarios y conductores se alistaban desde las 4:00 a.m. para continuar con otra dura jornada. Uno de los trabajadores, que prefirió la reserva de su nombre, contó que su tarea el martes terminó a las 9:30 p.m., se demoró dos horas en llegar a su casa para comer, dormir apenas dos horas, y levantarse nuevamente a las 3:00 a.m. para empezar su labor.

Más allá de lo mediático que pueda resultar el pronunciamiento del Defensor del Pueblo y de la preocupación que tengan los ciudadanos al ver basuras en las calles, ¿Cuál es la situación que viven los operarios de Aguas Bogotá? Jhon Nemocón, uno de los trabajadores denunció que los turnos del martes fueron bastante largos y que esta sería una estrategia para aburrir a los nuevos empleados de la empresa pública. La razón de esta situación, según él, es que los antiguos trabajadores de las empresas de aseo privadas que fueron contratados en la filial del Acueducto, son los interesados en perpetuar hechos de abuso laboral.

Lo cierto es que los mismos habitantes de los barrios se han solidarizado con los trabajadores. Cuando la volqueta encargada de la recolección en el barrio La Estanzuela, llegó alrededor de las 7:15 a.m. los vecinos se quejaron del daño que han causado personas de otros sectores con sus basuras. “A los indigentes de San Andresito les han pagado para que traigan la basura y la rieguen acá en estas calles”, indicó Geovany Pulido, trabajador de un taller mecánico. Con los residuos extendidos y sin palas para recogerlos, la labor de los operarios es mucho más difícil. Tan sólo en la esquina de la calle 18 con carrera 8, los empleados tardaron casi 10 minutos apilando los desechos para meterlos en las canastas y subirlos en la volqueta. Además, “quién sabe qué clase de infecciones les puede dar porque la basura les cae en la cara”, añadió una vendedora ambulante del sector.

Aunque algunos celebran que sus zonas por fin tengan servicio de aseo adecuado, hay quienes creen que el alcalde Petro se adelantó un poco al empezar su esquema sin los vehículos adecuados. El mandatario por su parte, continúa optimista. Señaló que ayer 6.000 recicladores recolectaron el material aprovechable y lo pesaron en 380 puntos de la capital para recibir por primera vez el pago del Distrito por esta labor. Según Nohora Padilla, la líder de la Asociación de Recicladores de Bogotá, el valor por tonelada recogida será de $85.000.

Según cifras oficiales, ayer las empresas Aguas de Bogotá, Ciudad Limpia y Atesa lograron la recolección de casi 8.000 toneladas de residuos en la capital.
En cuanto a los operadores privados, este miércoles el senador del MIRA, Carlos Baena, pidió que se investigue si dejaron de recoger la basura en la ciudad, si cometieron alguna falla en la prestación del servicio o si realizaron algún tipo de operación tortuga antes del vencimiento de los contratos, de tal manera que el alcalde haga efectivas las cláusulas por incumplimiento.