Refrigerios escolares en Bogotá: todo un dolor de cabeza

El incumplimiento en la entrega de raciones y la calidad de los alimentos, los principales reparos. Se suman dudas en la contratación, a través de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, de la empresa que distribuirá casi 500.000 refrigerios diarios, pues ha sido cuestionada en otras ciudades.

Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7
19 de abril de 2017 - 11:00 a. m.
Refrigerios escolares en Bogotá: todo un dolor de cabeza

“¡Se lo advertí!”. Así, con tono de papá regañón, es lo que le está diciendo a la Secretaría de Educación todos los que señalaron las dificultades que enfrentaría con el cambio de modelo para adjudicar los multimillonarios contratos para la entrega de refrigerios escolares en los colegios distritales. Los efectos del cambio del proceso de contratación, en principio es bien intencionada, se están sintiendo. Esta semana, padres de familia y concejales contaron cómo 150.000 estudiantes se quedaron sin comer. 

Pero no es la única queja. También encendieron las alarmas por la calidad de los alimentos que están llegando a las instituciones y expresaron dudas por la forma cómo contrataron a la empresa que hoy es la responsable de distribuir casi el 70% de las raciones en los colegios del Distrito, la cual tiene un historial de escándalos en otras ciudades por posibles irregularidades en el suministro de refrigerios escolares. En resumen, tres temas preocupan a la comunidad académica y política: el incumplimiento de las entregas en algunas localidades, la idoneidad de algunos operadores y la calidad de los alimentos. (Lea: Las dudas sobre los nuevos contratos de refrigerios de colegios públicos)

Carlos Ballesteros, presidente de la Confederación de Padres de Familia, fue uno de ellos y desde antes de la adjudicación manifestó su inconformidad por el cambio en la forma de contratar a los nuevos proveedores y advirtió sus efectos. “Los temores de desabastecimiento que teníamos se materializaron el lunes 17 de abril en las localidades de Kennedy, Puente Aranda, Tunjuelito, Rafael Uribe Uribe, la Candelaria, Bosa y Fontibón, donde más los niños se quedaron sin refrigerios escolares”, indicó Ballesteros en los micrófonos de La W..

Frente a este tema, la Secretaría de Educación le dijo a El Espectador que desde la madrugada de ayer un equipo se trasladó a las plantas de ensamblaje para verificar y garantizar la entrega de los refrigerios escolares en todos los colegios de la ciudad. Además, informó que a esto “se sumó la eventualidad que, después de vacaciones o Semana Santa, siempre se entregan menos refrigerios escolares, dado que hay un gran porcentaje de ausentismo de los estudiantes”.

Cambio de modelo de contratación

Todos los reclamos tienen un antecedente. A principio de año, con el argumento de hacer más transparente y mejorar las condiciones de competencia en la adjudicación del multimillonario contrato de refrigerios para los estudiantes de los colegios distritales, la administración replanteó el método de contratación.

En palabras sencillas, hasta el año pasado 20 empresas se encargaban de comprar los insumos, empacar y distribuir casi 700.000 raciones al día. Este año la cadena se dividió y el Distrito hizo una licitación para seleccionar a los encargados de producir los alimentos y otra para escoger a quienes los almacenarán y distribuirán en los colegios. (Lea: Así cambiará, otra vez, la contratación de refrigerios escolares en Bogotá)

La idea de cambiar el modelo de contratación del Programa de Alimentación Escolar (PAE) de Bogotá suponía, en teoría, una oportunidad para incrementar la participación de productores especializados, mejorar la calidad y garantizar el cumplimiento de las entregas de los refrigerios. Para hacerlo, se adelantó el proceso a través del portal estatal Colombia Compra Eficiente. 

Las dudas y quejas por el cambio no se hicieron esperar. Padres de familia, excontratistas, docentes, rectores y concejales expresaron su preocupación antes de adjudicar los contratos. En varias oportunidades le advirtieron al Distrito la falta de capacidad de los operadores para elaborar y entregar los refrigerios a los niños y jóvenes de los colegios públicos de la ciudad.

Pese a ello, la secretaría de Educación siguió adelante y a comienzos de marzo, aunque logró contratar los proveedores para producir los 700.000 refrigerios diarios, no corrió con la misma suerte en la parte logística. En lo referente al almacenamiento, ensamble y distribución de los alimentos, solo logró contratar cinco empresas con capacidad para cubrir el 31% de la demanda (casi 200.000 refrigerios). Es decir, en su momento, no encontró quién distribuyera el 69% de los refrigerios.

Contrato abreviado

Como el asunto era urgente, y ya no había tiempo para abrir una nueva licitación, la Secretaría de Educación acudió a una herramienta para garantizar una contratación expedita: firmó un convenio interadministrativo con la Agencia Logística de las Fuerzas Militares por $20.938 millones, para que esta entidad se encargara de buscar a la empresa que se encargara de “prestar el servicio de operación logística para el almacenamiento, ensamble y distribución de refrigerios escolares de la matricula oficial del Distrito”. ¿Por qué con ellos? Pues a pesar de ser una entidad estatal, su régimen de contratación le permite adelantar procesos abreviados.

Y así fue. La Agencia Logística en menos de una semana le solucionó el lío a la Secretaría de Educación. El proceso lo abrió el 27 de marzo y lo cerró en los primeros días de abril, al cual solo se presentaron dos oferentes: Multimodal Express S.A.S. y Alimso Catering Services S.A. Al final, el 10 de abril le adjudicó un contrato por $19.891 millones a la empresa Multimodal Express S.A.S., para distribuir casi 500.000 refrigerios diarios

Aunque con el convenio, el Distrito pudo suplir rápidamente su necesidad, la forma cómo se hizo genera dudas. Al menos, así lo señala el concejal Roberto Hinestroza (Cambio Radical), quien luego de revisar los documentos del proceso encontró que, en apariencia, la empresa que descalificaron en el proceso (Alimso Catering Services S.A.) aparentemente era más sólida que Multimodal Express S.A.S., que fue la que ganó el contrato. Según el concejal, mientras la descalificada reportó que fue constituida en 2010 con un capital de $3.000 millones, la segunda la constituyeron en 2018, con $400 millones, es decir, con un respaldo económico mucho menor.

Sobre por qué se eligió Multimodal y no su competidor, hay que aclarar que el comité jurídico de la subasta inhabilitó a la empresa Alimso Catering Services S.A. por no presentar la garantía de seriedad, un documento que avala que tienen cómo ejecutar y responder por el contrato. Así las cosas, la única empresa proponente que cumplía con las exigencias contractuales era Multimodal Express S.A.S..

Reproches a Multimodal Express S.A.S.

Independientemente de los interrogantes que puedan surgir sobre la forma en que se adjudicó este contrato, la idoneidad de Multimodal Express S.A.S. está salpicada por polémicas en otros contratos de refrigerios escolares en el país.

Por ejemplo, en el 2011, en el municipio de Santa Ana (Magdalena), varias toneladas de alimentos que debía distribuir esta compañía, fueron encontrados enterrados en las inmediaciones de un colegio. En aquella oportunidad, Alfredo Duque Martínez, gerente de Multimodal, indicó que estos productos no se iban a entregar a los niños por temas de caducidad o mal estado de los empaques, y se falló en el proceso de destrucción del material.

A este caso se suma que Duque Martínez también figura como representante legal de la “Unión Temporal El Putumayo Somos Todos”, operador del Programa de Alimentación Escolar (PAE) del Putumayo. La Gobernación del departamento lo contrató el 23 de enero de 2017 por un valor casi $10 mil millones. Sin embargo, rectores, docentes y padres de familia han denunciado irregularidades con la prestación del servicio que van desde raciones insuficientes hasta alimentos en mal estado.

“A los alumnos apenas se les da un plato diario de comida, a veces ninguno, compuesto por una ración minúscula de arroz, acompañado a veces de una proteína (carne molida o un guiso de garbanzos aguado), y un trozo de papa o una tajada de plátano. En ocasiones, los menores reciben pan y un pedazo de queso extra”, reveló una denuncia hecha en la revista Semana, el 15 de febrero de este año.

El concejal Hinestrosa, además de mostrar su inconformidad por la elección de Multimodal Express S.A.S. como operador encargado de la mayor parte de la logística de los refrigerios escolares de Bogotá, también indicó que les solicitará a los entes de control que investiguen a la Agencia Logística de las Fuerzas Militares. “El contrato interadministrativo con la Agencia era por $20.938 millones, pero subcontrató por $19.831 millones, dejando en el tintero las razones por las cuales se restaron de este rubro casi $1.000 millones”, subrayó. 

"La calidad debe ser el objetivo"

En medio de esta polémica, la calidad de los alimentos que reciben los niños beneficiados con los refrigerios escolares también es tema de debate. El concejal Antonio Sanguino, aunque se mostró a favor de que la contratación de los operadores se hubiera hecho a través de Colombia Compra Eficiente, manifestó su preocupación, pues supuestamente no se tuvo en cuenta la calidad como un aspecto primordial para elegir a los nuevos contratistas.

“La Secretaría de Educación explicó que la motivación de la nueva contratación es favorecer las economías de escala; propiciar la especialización del trabajo, y lograr mayor eficiencia administrativa. Ante esta respuesta, considero equivocado el enfoque de la Administración respecto al PAE, en la que prioriza el precio y los aspectos administrativos, pero se olvida de la calidad de los alimentos que consumen los estudiantes de las instituciones públicas de la ciudad”, manifestó Sanguino.

Los nuevos contratos del PAE ya están en marcha y la correcta alimentación de los niños y jóvenes de Bogotá dependen del correcto funcionamiento de toda la cadena. La Alcaldía, la Secretaría de Educación, el Concejo y los entes de control deben garantizar que los operadores cumplan el trabajo por el que se les están pagando miles de millones de pesos, al fin y al cabo, con la comida no se juega, y menos cuando puede ser la única que pruebe un niño en todo el día. 

Por Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7

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