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En un año, en el que Bogotá será epicentro de grandes conciertos (Coldplay, Guns ‘n Roses, Festival Cordillera...) surge la pregunta: ¿económicamente, qué le quedará a la ciudad? Alrededor de cada evento hay oportunidades para aprovechar el espacio público y dinamizar la economía, pero faltaba ajustar las reglas. Prestar un parque o un escenario era una actividad regulada desde 2007 por un viejo manual, que venían “remendando” año a año. Ahora, el IDRD trabaja en su Protocolo de Aprovechamiento Económico (PAE), para el manejo de los 5.134 parques o escenarios, de forma más equitativa, que el año pasado generaron ingresos por $14.000 millones.
Tradicionalmente, cada escuela de fútbol en la cancha del barrio, un puesto de salpicón en la ciclovía o un gran evento en el estadio El Campín debía pagar una tarifa preestablecida, sin importar las condiciones particulares de cada actividad. Ahora, la idea es evaluar aspectos como las condiciones sociales y de infraestructura, con tarifas diferenciales.