El pasado miércoles un juez de control de garantías envió a la cárcel a un sacerdote acusado de haber abusado sexualmente desde el 2010 a un joven que para ese entonces tenía 13 años.
Todo empezó cuando el cura llegó a una parroquia del barrio San Martín en la que trabajaba una mujer limpiando la casa cural junto a su hijo. Desde ese entonces el párroco se habría aprovechado del menor durante los siguientes 3 años.
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En 2013, según el ente acusador, el padre Alfonso Gómez fue trasladado a otra parroquia del barrio San Benito. Sin embargo, allí también le ofreció trabajo a la mujer, y continuó abusando de su hijo hasta el año 2016, incluso cuando este ya había alcanzado la mayoría de edad.
Cinco años después, el joven fue asesorado por abogados que, respaldados con pruebas, pudieron presentar la denuncia ante la Fiscalía. De esta forma, oficiales de la SIJÍN capturaron al implicado al que se le imputaron los cargos de acceso carnal con menor de 14 años, actos sexuales con menor de 14 años, acto sexual violento y acceso carnal violento, todos agravados.
La contundencia de las pruebas fue tal, que el sacerdote no tuvo más remedio que aceptar los cargos, por lo que fue enviado a un establecimiento carcelario.