Se inicia plan piloto para instalar baños públicos

Este año Bogotá debe ponerse al día con una de las deudas más importantes que tiene con el espacio público: la falta de baños para la ciudadanía, un grave problema que se resume en la cifra de baños públicos por habitantes: uno por cada 70.619 capitalinos. El déficit llevó a que se interpusieran varias acciones populares para obligar al Distrito a suplir esta carencia, pues además Transmilenio fue sancionado en 2017 por la falta de estos para sus empleados.

Para empezar a cumplir con esa obligación, el Distrito anunció el comienzo de un plan piloto para ubicar los primeros baños públicos mediante la instalación de cabinas. Se trata de tres módulos de servicios sanitarios y de lavado de manos, que estarán dispuestos en cercanías a portales y estaciones de Transmilenio (TM) y paradas del SITP, que cuenten con un alto flujo peatonal. Los baños, a futuro, también serán ubicados en lugares turísticos o de interés cultural, espacios públicos y predios remanentes por obras públicas.

De acuerdo con el decreto que adopta el plan piloto para los baños, los espacios públicos en que estarán estos dispositivos serán determinados de acuerdo con criterios de localización definidos por el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP). Esta entidad también será la encargada de gestionar los instrumentos jurídicos para la adecuada ejecución del piloto y de hacer seguimiento a los tres módulos de prueba.

Sin embargo, la ubicación de los módulos no será definida por el DADEP. Según su directora, Nadime Yaver, los lugares serán seleccionados por la Secretaría de Planeación, aunque el DADEP se encargará de evaluar las condiciones de los lugares y, finalmente, decidir si se ubican o no allí. Un perfecto estado de salubridad y espacio suficiente para los módulos de lavado de manos son dos de las condiciones básicas para que el plan piloto tenga éxito.

La evaluación del plan tardará un año. Una vez se culmine dicho plazo, el DADEP presentará un informe del plan ante la Comisión Intersectorial del Espacio Público (CIEP), que evaluará la viabilidad técnica para la implementación total de los baños. Vale aclarar que el plan piloto se puede prorrogar por otro año.

Uno de los impulsores de esta medida fue el concejal Jorge Torres (Alianza Verde), quien en 2016 interpuso un incidente de desacato, luego de que en redes sociales se hiciera viral un video en el que se veía a una mujer orinando dentro de un articulado de Transmilenio, al parecer por falta de baños dentro del sistema. Según afirmó el cabildante, el Distrito no avanzó en el tema luego de cinco años de emitida una sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en la que ordenó a la Alcaldía adelantar acciones para dotar a la ciudad de infraestructura de baños públicos.

Aunque Torres destaca los avances que plantea el piloto, resalta que no está clara de quién es la responsabilidad de construir los baños, y considera que se “debería estimular que privados se interesen en instalar baños en la ciudad mediante una alianza público-privada (APP) u otra forma que no le genere cargas al Distrito ni a la ciudadanía. Sería ideal tener un servicio gratuito, en la medida de las posibilidades, para que todos puedan acceder a este servicio, que es cuestión de dignidad humana”, concluye el concejal.

Este año Bogotá debe ponerse al día con una de las deudas más importantes que tiene con el espacio público: la falta de baños para la ciudadanía, un grave problema que se resume en la cifra de baños públicos por habitantes: uno por cada 70.619 capitalinos. El déficit llevó a que se interpusieran varias acciones populares para obligar al Distrito a suplir esta carencia, pues además Transmilenio fue sancionado en 2017 por la falta de estos para sus empleados.

Para empezar a cumplir con esa obligación, el Distrito anunció el comienzo de un plan piloto para ubicar los primeros baños públicos mediante la instalación de cabinas. Se trata de tres módulos de servicios sanitarios y de lavado de manos, que estarán dispuestos en cercanías a portales y estaciones de Transmilenio (TM) y paradas del SITP, que cuenten con un alto flujo peatonal. Los baños, a futuro, también serán ubicados en lugares turísticos o de interés cultural, espacios públicos y predios remanentes por obras públicas.

De acuerdo con el decreto que adopta el plan piloto para los baños, los espacios públicos en que estarán estos dispositivos serán determinados de acuerdo con criterios de localización definidos por el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP). Esta entidad también será la encargada de gestionar los instrumentos jurídicos para la adecuada ejecución del piloto y de hacer seguimiento a los tres módulos de prueba.

Sin embargo, la ubicación de los módulos no será definida por el DADEP. Según su directora, Nadime Yaver, los lugares serán seleccionados por la Secretaría de Planeación, aunque el DADEP se encargará de evaluar las condiciones de los lugares y, finalmente, decidir si se ubican o no allí. Un perfecto estado de salubridad y espacio suficiente para los módulos de lavado de manos son dos de las condiciones básicas para que el plan piloto tenga éxito.

La evaluación del plan tardará un año. Una vez se culmine dicho plazo, el DADEP presentará un informe del plan ante la Comisión Intersectorial del Espacio Público (CIEP), que evaluará la viabilidad técnica para la implementación total de los baños. Vale aclarar que el plan piloto se puede prorrogar por otro año.

Uno de los impulsores de esta medida fue el concejal Jorge Torres (Alianza Verde), quien en 2016 interpuso un incidente de desacato, luego de que en redes sociales se hiciera viral un video en el que se veía a una mujer orinando dentro de un articulado de Transmilenio, al parecer por falta de baños dentro del sistema. Según afirmó el cabildante, el Distrito no avanzó en el tema luego de cinco años de emitida una sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en la que ordenó a la Alcaldía adelantar acciones para dotar a la ciudad de infraestructura de baños públicos.

Aunque Torres destaca los avances que plantea el piloto, resalta que no está clara de quién es la responsabilidad de construir los baños, y considera que se “debería estimular que privados se interesen en instalar baños en la ciudad mediante una alianza público-privada (APP) u otra forma que no le genere cargas al Distrito ni a la ciudadanía. Sería ideal tener un servicio gratuito, en la medida de las posibilidades, para que todos puedan acceder a este servicio, que es cuestión de dignidad humana”, concluye el concejal.