Segunda vuelta: la apuesta por legitimar la elección de alcalde de Bogotá

Toma forma la iniciativa que busca que exista segunda vuelta en la elección de alcalde en Bogotá. El proyecto de ley, que cursa en la Cámara de Representantes, fue aprobado por unanimidad, durante el primer debate que realizó la comisión primera. Aunque falta un largo camino, al menos la discusión ya arrancó de manera seria.

Pero ¿para qué la segunda vuelta en la capital? En los últimos 20 años solo Antanas Mockus ha superado el 50 % de la votación. El resto han ganado con votaciones por debajo de la mayoría absoluta, situación que los ha obligado a enfrentarse a una oposición fuerte, como quedó demostrado con Gustavo Petro y Enrique Peñalosa, a quienes quisieron revocar desde el inicio de sus mandatos.

El proyecto, que cuenta con el respaldo de la bancada de los 18 representantes a la Cámara por Bogotá, plantea modificar el artículo 323 de la Constitución, con el fin de que el ganador obtenga una votación mayor al 50 % más uno de los votos, tal como ocurre con las elecciones a la Presidencia. “La principal razón es darle legitimidad al proceso, ya que tanto Petro como Peñalosa dedicaron gran parte de sus primeros años a defenderse en vez de gobernar y eso tuvo graves consecuencias para la ciudad”, asegura Juan Carlos Posada (Partido Liberal), uno de los congresistas que presentó el proyecto.

No es la primera vez que se radica una propuesta como estas. Desde 2003, tanto en la comisión primera de la Cámara como en la del Senado han circulado cinco propuestas con las cuales se ha buscado legitimar la segunda vuelta en la elección de alcaldes, bien sea en Bogotá, en todo el país o en los municipios con más de 500.000 habitantes. Sin embargo, ninguna ha prosperado.

La última vez que se intentó fue el año pasado. El proyecto pasó el primer debate, pero lo archivaron por falta de tiempo para darle trámite. “Esta vez hay mejor ambiente en el Congreso. El año pasado había mucha resistencia en la bancada por Bogotá, pero en este caso, el tema ha sido el primer consenso entre todos los que fuimos elegidos para representar a la capital”, dijo José Daniel López (Cambio Radical), el otro representante detrás del proyecto.

Ambos congresistas tienen claro que apenas han dado uno de los ocho pasos que debe cursar el proyecto en el Congreso antes de convertirse en ley. Al tratarse de una modificación a la Constitución, el tema deben debatirlo la comisión primera y la plenaria tanto de la Cámara como del Senado. A pesar de esto, hay optimismo pues, contrario a otras veces, hoy los promotores sienten que hay mayor interés del Gobierno y de los partidos por sacar adelante el proyecto antes de elecciones del próximo año.

De acuerdo con el abogado penalista Héctor Wiesner, el buen ambiente podría obedecer a la apuesta que se ha hecho en contra de la corrupción, “porque ya no solo el candidato de una minoría tendría la posibilidad de llegar al poder, sino que ahora tendría que llegar a acuerdos con otros partidos para conseguir las mayorías. Esto lo obliga a ceder, lo que genera mayor gobernabilidad y consenso para una segunda vuelta”.

Las alianzas interpartidistas también le darían un respaldo al nuevo mandatario para sacar adelante su plan de Gobierno. “Las últimas dos administraciones han ganado casi con el 30 % de los votos, lo que es muy poco si se tiene en cuenta que en Bogotá solo participa la mitad de las personas habilitadas para votar. Esto se traduce en que ese 30 % realmente representa el 15 % de los ciudadanos aptos para votar”, manifiesta Claudia Candela, experta de ProBogotá.

La discusión

Superada la primera prueba, los promotores del proyecto ya trabajan en ajustes para llevarlo al segundo debate. Se conoce que a esta instancia llegará con una propuesta extra: que los candidatos que lleguen a segunda vuelta puedan hacer ajustes a sus programas de gobierno y de esta manera poder hacer alianzas con otros partidos.

Según el congresista Posada, también se estudia la opción de que solo haya una vuelta si un candidato consigue más del 40 % de la votación y supere en 10 % al segundo en votación. Si bien la iniciativa se planteó, ha generado divisiones. Por ejemplo, los dos representantes que lideran el proyecto no la respaldan. “A pesar de que se trataría de una diferencia enorme, sigue siendo una minoría. De hecho, la elección de Samuel Moreno cumple con esta regla y esto no evitó que tuviera problemas en su relación con la ciudad”, afirmó López.

Aunque, en principio, la iniciativa se plantea para Bogotá, también estudian la posibilidad de aplicarla en otras ciudades y departamentos del país. De acuerdo con Wiesner, esto obligaría a cambiar también la Ley 314, en la que se habla específicamente del tipo de elección, lo que sería beneficioso para la democracia. “Un gran ejemplo es Francia, en donde todas las elecciones de alcaldes y gobernadores tienen segunda vuelta. Lo más importante es la gobernabilidad y una segunda vuelta disminuye la posibilidad del uso de la revocatoria y esto cumple con lo establecido por la Corte, de que el criterio mayoritario es el que debe regir”.

Como todo, esta iniciativa también tiene contradictores, que argumentan lo costoso que le podría salir al país una medida como estas. No obstante, los defensores de la modificación apuntan a que en el caso de Bogotá no sería un gasto tan grande, salvo que se decidiera aplicar la medida en todo el país.

Para Wiesner, se vuelve “a la discusión de que la democracia cuesta” y en este caso sería para implementar una medida que es una necesidad para Bogotá, con el fin de garantizar legitimidad y estabilidad administrativa en el segundo puesto de elección popular más importante del país.

Toma forma la iniciativa que busca que exista segunda vuelta en la elección de alcalde en Bogotá. El proyecto de ley, que cursa en la Cámara de Representantes, fue aprobado por unanimidad, durante el primer debate que realizó la comisión primera. Aunque falta un largo camino, al menos la discusión ya arrancó de manera seria.

Pero ¿para qué la segunda vuelta en la capital? En los últimos 20 años solo Antanas Mockus ha superado el 50 % de la votación. El resto han ganado con votaciones por debajo de la mayoría absoluta, situación que los ha obligado a enfrentarse a una oposición fuerte, como quedó demostrado con Gustavo Petro y Enrique Peñalosa, a quienes quisieron revocar desde el inicio de sus mandatos.

El proyecto, que cuenta con el respaldo de la bancada de los 18 representantes a la Cámara por Bogotá, plantea modificar el artículo 323 de la Constitución, con el fin de que el ganador obtenga una votación mayor al 50 % más uno de los votos, tal como ocurre con las elecciones a la Presidencia. “La principal razón es darle legitimidad al proceso, ya que tanto Petro como Peñalosa dedicaron gran parte de sus primeros años a defenderse en vez de gobernar y eso tuvo graves consecuencias para la ciudad”, asegura Juan Carlos Posada (Partido Liberal), uno de los congresistas que presentó el proyecto.

No es la primera vez que se radica una propuesta como estas. Desde 2003, tanto en la comisión primera de la Cámara como en la del Senado han circulado cinco propuestas con las cuales se ha buscado legitimar la segunda vuelta en la elección de alcaldes, bien sea en Bogotá, en todo el país o en los municipios con más de 500.000 habitantes. Sin embargo, ninguna ha prosperado.

La última vez que se intentó fue el año pasado. El proyecto pasó el primer debate, pero lo archivaron por falta de tiempo para darle trámite. “Esta vez hay mejor ambiente en el Congreso. El año pasado había mucha resistencia en la bancada por Bogotá, pero en este caso, el tema ha sido el primer consenso entre todos los que fuimos elegidos para representar a la capital”, dijo José Daniel López (Cambio Radical), el otro representante detrás del proyecto.

Ambos congresistas tienen claro que apenas han dado uno de los ocho pasos que debe cursar el proyecto en el Congreso antes de convertirse en ley. Al tratarse de una modificación a la Constitución, el tema deben debatirlo la comisión primera y la plenaria tanto de la Cámara como del Senado. A pesar de esto, hay optimismo pues, contrario a otras veces, hoy los promotores sienten que hay mayor interés del Gobierno y de los partidos por sacar adelante el proyecto antes de elecciones del próximo año.

De acuerdo con el abogado penalista Héctor Wiesner, el buen ambiente podría obedecer a la apuesta que se ha hecho en contra de la corrupción, “porque ya no solo el candidato de una minoría tendría la posibilidad de llegar al poder, sino que ahora tendría que llegar a acuerdos con otros partidos para conseguir las mayorías. Esto lo obliga a ceder, lo que genera mayor gobernabilidad y consenso para una segunda vuelta”.

Las alianzas interpartidistas también le darían un respaldo al nuevo mandatario para sacar adelante su plan de Gobierno. “Las últimas dos administraciones han ganado casi con el 30 % de los votos, lo que es muy poco si se tiene en cuenta que en Bogotá solo participa la mitad de las personas habilitadas para votar. Esto se traduce en que ese 30 % realmente representa el 15 % de los ciudadanos aptos para votar”, manifiesta Claudia Candela, experta de ProBogotá.

La discusión

Superada la primera prueba, los promotores del proyecto ya trabajan en ajustes para llevarlo al segundo debate. Se conoce que a esta instancia llegará con una propuesta extra: que los candidatos que lleguen a segunda vuelta puedan hacer ajustes a sus programas de gobierno y de esta manera poder hacer alianzas con otros partidos.

Según el congresista Posada, también se estudia la opción de que solo haya una vuelta si un candidato consigue más del 40 % de la votación y supere en 10 % al segundo en votación. Si bien la iniciativa se planteó, ha generado divisiones. Por ejemplo, los dos representantes que lideran el proyecto no la respaldan. “A pesar de que se trataría de una diferencia enorme, sigue siendo una minoría. De hecho, la elección de Samuel Moreno cumple con esta regla y esto no evitó que tuviera problemas en su relación con la ciudad”, afirmó López.

Aunque, en principio, la iniciativa se plantea para Bogotá, también estudian la posibilidad de aplicarla en otras ciudades y departamentos del país. De acuerdo con Wiesner, esto obligaría a cambiar también la Ley 314, en la que se habla específicamente del tipo de elección, lo que sería beneficioso para la democracia. “Un gran ejemplo es Francia, en donde todas las elecciones de alcaldes y gobernadores tienen segunda vuelta. Lo más importante es la gobernabilidad y una segunda vuelta disminuye la posibilidad del uso de la revocatoria y esto cumple con lo establecido por la Corte, de que el criterio mayoritario es el que debe regir”.

Como todo, esta iniciativa también tiene contradictores, que argumentan lo costoso que le podría salir al país una medida como estas. No obstante, los defensores de la modificación apuntan a que en el caso de Bogotá no sería un gasto tan grande, salvo que se decidiera aplicar la medida en todo el país.

Para Wiesner, se vuelve “a la discusión de que la democracia cuesta” y en este caso sería para implementar una medida que es una necesidad para Bogotá, con el fin de garantizar legitimidad y estabilidad administrativa en el segundo puesto de elección popular más importante del país.