Finalmente, en la tarde de este miércoles, una juez de control de garantías envió a la cárcel a Miguel Camilo Parra Niño, presunto responsable de intentar asesinar con un hacha a su pareja, Ángela Ferro. Pese a que la defensa del procesado solicitó prisión domiciliaria, la juez descartó otorgarle ese beneficio.
La segunda parte de la audiencia comenzó a las 3:40 p.m. e inició con la intervención de la fiscal encarga del caso, quien argumentó por qué consideraba que el procesado debía ser enviado a la cárcel. “Parra es un peligro para la comunidad, no solo por lo que hizo sino también por el impacto que ha tenido esto en la sociedad. Además, también está en peligro la seguridad de la víctima, pues existen objetivos fundados de que Miguel Parra podría atentar nuevamente contra la víctima”, dijo la fiscal al inicio de la audiencia.
En medio de la diligencia, la fiscal también aseguró que Parra no había tenido intenciones de comparecer a la justicia tras cometer el crimen, pues al momento de ser capturado, el hombre había cambiado su aspecto físico y que, además, estaba huyendo. “Es que él se estaba alejando cada vez más. Comenzó en Mosquera y fue capturado en Fusagasugá y no en la zona urbana, sino en una vereda”, recalcó la funcionaria del ente acusador.
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Sin embargo, según la defensa de Parra, el hombre no estaba huyendo, sino que había tomado la decisión de alejarse por lo afectado que estaba. “La combinación entre la irá y el dolor lo transformaron en otra persona. No es un peligro para nadie. El Informe psicológico que se le hizo no evidencia que sea un tipo violento”, dijo el abogado del indiciado.
Además, según el defensor, el ente acusador no tenía pruebas contundentes para argumentar que Parra debía ir a la cárcel. “La Fiscalía no demostró pruebas suficientes para que se le dicte medida de aseguramiento en centro carcelario, pero sí se puede pensar en dictar una medida privativa en la residencia”, propuso el abogado.
No obstante, pese a los argumentos de la defensa, para la juez, Parra sí tuvo intención de huir, pues además de cambiar su aspecto, se estaba refugiando en veredas y había cambiado su número de celular para evitar ser encontrado por la Policía. Adicionalmente, tras conocer las investigaciones realizadas por la Fiscalía, la juez aseguró que antes del ataque, Ángela Ferro ya había sido violentada, física, emocional, sexual y económicamente por Parra.
Y un factor agravante, es el daño que sufrió el hijo de Ángela, quien fue amenazado y encerrado en una habitación por Parra el día del ataque. Además, fue el menor quien llamó a las autoridades después de que lograra salir de la habitación y, posteriormente, encontrara a su madre agonizando en la sala de la casa.
Con estos argumentos, la juez 69 del circuito penal envió a la cárcel a Miguel Camilo Parra, por el delito de tentativa de feminicidio agravado.