“Seríamos más eficientes con áreas de servicio exclusivo”, Uaesp

¿Cuál es la situación del sistema de recolección de basura en Bogotá?

Hoy tenemos una prestación del servicio eficiente, no como nos gustaría para la ciudad, pero eficiente. Tenemos dos prestadores y dos operadores del servicio. El Acueducto, que es el prestador que contrató con Aguas de Bogotá, tiene el 52 % de las zonas.

¿Qué es específicamente lo que hacen los operadores del servicio?

Recolección, limpieza, corte de césped y árboles y mantenimiento de aguas públicas. Esto lo harán ellos hasta que en la Uaesp (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos) determinemos cuál y cómo se implementará el nuevo esquema de aseo.

¿Por qué hay que determinar un nuevo esquema?

Por varias razones, pero la principal es que tenemos que acatar la Ley 142, que es la de servicios públicos, que dice que debemos acogernos a dos esquemas de prestación del servicio: libre competencia y áreas de servicio exclusivo. También, porque el esquema que debe regir en Bogotá, por orden de la SIC y de la Corte Constitucional debe contar con los principios básicos de la libre competencia y hoy no sucede así.

Usted dice que hay dos sistemas de recolección de basura: libre competencia y áreas de servicio exclusivo. ¿ Cuál le gusta más?

Ambos esquemas son buenos, pero creo que se lograría una eficiencia más clara aplicando áreas de servicio exclusivo.

¿Las áreas del servicio exclusivo era el modelo que tenía la ciudad antes de la administración de Petro?

En 2002 se llevó a cabo el proceso licitatorio y desde enero de 2003 empezó a operar este esquema, hasta finales de 2012.

Basados en los argumentos del exalcalde Petro, si ustedes vuelven a ese esquema estarían favoreciendo a los privados, que fue lo que buscó erradicar cambiando el sistema…

No, esa es una concepción errada, porque en libre competencia los privados o públicos pueden prestar el servicio mientras cumplan con los requisitos de la ley 142 y en áreas de servicio exclusivo en un proceso licitatorio. Pueden los públicos y privados presentarse y licitar para que se les adjudique una zona de la cuidad. En ambos escenarios tanto público como privado, entrarían.

¿La empresa pública de basuras que creó la administración anterior podría competir en esa licitación?

Esa es una decisión que debe tomar el Acueducto de Bogotá.

Cuando las empresas públicas que participan del proceso licitatorio hacen parte del Distrito, que se encarga de evaluar las propuestas, ¿no hay un conflicto de intereses?

No. Desde 1997 se creó la Unidad Administrativa Especial, que es una unidad aparte de los prestadores del servicio. Nosotros no somos prestadores del servicio, si fuéramos no podríamos hacer el análisis de cuál esquema le sirve a Bogotá, porque estaríamos siendo juez y parte. No somos parte de la junta directiva del Acueducto, ni participamos en sus esquemas y propuestas de prestación del servicio, son independientes.

Después de que el alcalde escoja el esquema, ¿cuánto se tardan ustedes en abrir la licitación?

Si esta semana se decide el modelo que va a regir en Bogotá, nosotros radicamos ante la Comisión de Regulación de Agua la verificación de motivos de áreas de servicio exclusivo y ellos tienen cuarenta días para decidir si se encuentran verificados los motivos para el área de servicio exclusivo. Cuando lo hagan, comienza un proceso licitatorio que puede durar de cuatro a seis meses.

¿ Eso quiere decir que quieren implementar el nuevo sistema de recolección de basura este año?

Sí, el ideal es que en diciembre ya tengamos el esquema de servicio de aseo en la ciudad.

En el cambio de esquema de Petro se establecieron multas a quienes no separaran las basuras y se hizo una campaña de concientización de la importancia de reciclar. ¿Eso se mantendrá?

Sí, pero se va a reforzar, lo que hay no se ha puesto en funcionamiento, como las multas, por ejemplo. Reforzaremos la cultura ciudadana, pues ningún proyecto de aseo en el mundo es exitoso si no partimos de eso. Asimismo , quien no separe los residuos tendrá sanciones y multas, sin excepciones, sean unidades residenciales, propiedad horizontal, sector industrial y comercial, va para todos.

¿Habrá un trabajo de educación ciudadana? ¿Qué tan consciente es la gente hoy de la importancia de reciclar?

Todos somos conscientes de que debemos reciclar, pero no basta con eso porque no se está reciclando. Queremos no solo impulsarlo en los hogares, sino también en las industrias, en que estas hagan productos con material reciclable y así mismo aporten más en el proceso.

¿Cómo está la vida útil del relleno Doña Juana?

Está programada para el 2022, pero con el nuevo esquema de aseo pretendemos que lleguen menos residuos y así extender su vida útil. Si los bogotanos reciclamos, las alternativas adicionales a rellenos pueden ser mucho más viables, por ejemplo la incineración, la hidrólisis, creemos que esas alternativas realmente las podamos tener.

¿Ve a Bogotá limpia o sucia?

Si hago un comparativo con años anteriores, la veo un poco más limpia. Todos los ciudadanos fallamos en no sacar la basura en los horarios que son. Por ejemplo, en Chapinero hay una ruta que llega a las 7 p.m., pero hay personas que desde las 3 sacan sus bolsas y de 3 p.m. a 7 p.m. llega el habitante de la calle, el reciclador que no es juicioso, abre la bolsa y bota la basura. Si lo hacemos en los horarios que son, no vamos a ver ese desorden.

¿Qué rescata del esquema de basura de la administración anterior?

Hay cosas buenas que rescatar, no en el esquema de aseo, sino en el tema de la población recicladora. Hicieron un censo a los recicladores y acciones afirmativas en esta población. Faltó un tema de control, no le hicieron un seguimiento a ese proceso tan importante que realizaron, porque si bien censaron a esa población, los dejaron sueltos. No tenían un control en el tema de pesaje, ni cómo se iba a comercializar su material.

¿Qué pretenden dejar en términos de sistema de recolección de basuras en Bogotá?

Primero, que Bogotá esté limpia y que no huela feo; segundo, que haya contenedores por debajo del suelo y en tercer lugar, organizar a los recicladores como empresarios.

¿Cuál es la situación del sistema de recolección de basura en Bogotá?

Hoy tenemos una prestación del servicio eficiente, no como nos gustaría para la ciudad, pero eficiente. Tenemos dos prestadores y dos operadores del servicio. El Acueducto, que es el prestador que contrató con Aguas de Bogotá, tiene el 52 % de las zonas.

¿Qué es específicamente lo que hacen los operadores del servicio?

Recolección, limpieza, corte de césped y árboles y mantenimiento de aguas públicas. Esto lo harán ellos hasta que en la Uaesp (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos) determinemos cuál y cómo se implementará el nuevo esquema de aseo.

¿Por qué hay que determinar un nuevo esquema?

Por varias razones, pero la principal es que tenemos que acatar la Ley 142, que es la de servicios públicos, que dice que debemos acogernos a dos esquemas de prestación del servicio: libre competencia y áreas de servicio exclusivo. También, porque el esquema que debe regir en Bogotá, por orden de la SIC y de la Corte Constitucional debe contar con los principios básicos de la libre competencia y hoy no sucede así.

Usted dice que hay dos sistemas de recolección de basura: libre competencia y áreas de servicio exclusivo. ¿ Cuál le gusta más?

Ambos esquemas son buenos, pero creo que se lograría una eficiencia más clara aplicando áreas de servicio exclusivo.

¿Las áreas del servicio exclusivo era el modelo que tenía la ciudad antes de la administración de Petro?

En 2002 se llevó a cabo el proceso licitatorio y desde enero de 2003 empezó a operar este esquema, hasta finales de 2012.

Basados en los argumentos del exalcalde Petro, si ustedes vuelven a ese esquema estarían favoreciendo a los privados, que fue lo que buscó erradicar cambiando el sistema…

No, esa es una concepción errada, porque en libre competencia los privados o públicos pueden prestar el servicio mientras cumplan con los requisitos de la ley 142 y en áreas de servicio exclusivo en un proceso licitatorio. Pueden los públicos y privados presentarse y licitar para que se les adjudique una zona de la cuidad. En ambos escenarios tanto público como privado, entrarían.

¿La empresa pública de basuras que creó la administración anterior podría competir en esa licitación?

Esa es una decisión que debe tomar el Acueducto de Bogotá.

Cuando las empresas públicas que participan del proceso licitatorio hacen parte del Distrito, que se encarga de evaluar las propuestas, ¿no hay un conflicto de intereses?

No. Desde 1997 se creó la Unidad Administrativa Especial, que es una unidad aparte de los prestadores del servicio. Nosotros no somos prestadores del servicio, si fuéramos no podríamos hacer el análisis de cuál esquema le sirve a Bogotá, porque estaríamos siendo juez y parte. No somos parte de la junta directiva del Acueducto, ni participamos en sus esquemas y propuestas de prestación del servicio, son independientes.

Después de que el alcalde escoja el esquema, ¿cuánto se tardan ustedes en abrir la licitación?

Si esta semana se decide el modelo que va a regir en Bogotá, nosotros radicamos ante la Comisión de Regulación de Agua la verificación de motivos de áreas de servicio exclusivo y ellos tienen cuarenta días para decidir si se encuentran verificados los motivos para el área de servicio exclusivo. Cuando lo hagan, comienza un proceso licitatorio que puede durar de cuatro a seis meses.

¿ Eso quiere decir que quieren implementar el nuevo sistema de recolección de basura este año?

Sí, el ideal es que en diciembre ya tengamos el esquema de servicio de aseo en la ciudad.

En el cambio de esquema de Petro se establecieron multas a quienes no separaran las basuras y se hizo una campaña de concientización de la importancia de reciclar. ¿Eso se mantendrá?

Sí, pero se va a reforzar, lo que hay no se ha puesto en funcionamiento, como las multas, por ejemplo. Reforzaremos la cultura ciudadana, pues ningún proyecto de aseo en el mundo es exitoso si no partimos de eso. Asimismo , quien no separe los residuos tendrá sanciones y multas, sin excepciones, sean unidades residenciales, propiedad horizontal, sector industrial y comercial, va para todos.

¿Habrá un trabajo de educación ciudadana? ¿Qué tan consciente es la gente hoy de la importancia de reciclar?

Todos somos conscientes de que debemos reciclar, pero no basta con eso porque no se está reciclando. Queremos no solo impulsarlo en los hogares, sino también en las industrias, en que estas hagan productos con material reciclable y así mismo aporten más en el proceso.

¿Cómo está la vida útil del relleno Doña Juana?

Está programada para el 2022, pero con el nuevo esquema de aseo pretendemos que lleguen menos residuos y así extender su vida útil. Si los bogotanos reciclamos, las alternativas adicionales a rellenos pueden ser mucho más viables, por ejemplo la incineración, la hidrólisis, creemos que esas alternativas realmente las podamos tener.

¿Ve a Bogotá limpia o sucia?

Si hago un comparativo con años anteriores, la veo un poco más limpia. Todos los ciudadanos fallamos en no sacar la basura en los horarios que son. Por ejemplo, en Chapinero hay una ruta que llega a las 7 p.m., pero hay personas que desde las 3 sacan sus bolsas y de 3 p.m. a 7 p.m. llega el habitante de la calle, el reciclador que no es juicioso, abre la bolsa y bota la basura. Si lo hacemos en los horarios que son, no vamos a ver ese desorden.

¿Qué rescata del esquema de basura de la administración anterior?

Hay cosas buenas que rescatar, no en el esquema de aseo, sino en el tema de la población recicladora. Hicieron un censo a los recicladores y acciones afirmativas en esta población. Faltó un tema de control, no le hicieron un seguimiento a ese proceso tan importante que realizaron, porque si bien censaron a esa población, los dejaron sueltos. No tenían un control en el tema de pesaje, ni cómo se iba a comercializar su material.

¿Qué pretenden dejar en términos de sistema de recolección de basuras en Bogotá?

Primero, que Bogotá esté limpia y que no huela feo; segundo, que haya contenedores por debajo del suelo y en tercer lugar, organizar a los recicladores como empresarios.