Sistema Integrado de Transporte ¿realidad o promesa?

Lo que Luís Eduardo Garzón prometió a principios del año pasado como el mejor regalo de cumpleaños para Bogotá se convirtió en eso, una promesa. La ilusión de tener paraderos organizados, buses numerados,  conductores uniformados que no excedan los 60 kilómetros por hora ni se pasen los semáforos en rojo y la completa reorganización de las 508 rutas que cubren la ciudad, con el tiempo, se convirtieron en simples proyectos.

Desde el 15 de agosto de 2006 Catalina Velasco Campuzano, ex Directora del Departamento Administrativo de Planeación Distrital; Justo Germán Bermúdez, ex Secretario de Tránsito y Transporte y el ex alcalde Luís Eduardo Garzón firmaron el decreto 319 en donde se estableció el Plan Maestro de Movilidad para Bogotá. Dentro de los proyectos se dictaminó el Sistema Integrado de Transporte Público que divide a la ciudad en ocho zonas o cuencas y busca reordenar el transporte de forma que los usuarios puedan transportarse de un lugar a otro de la ciudad, haciendo trasbordos, con un mismo tiquete.

Además el Sistema Integrado de Transporte estableció pasar de 66 empresas afiliadoras, que son las empresas de buses tradicionales que actualmente operan en la ciudad,  a ocho empresas operadoras como es el caso de Transmilenio. Según lo explico la ex secretaría de movilidad, Patricia Gonzáles, en una entrevista con El Espectador a finales del año pasado, “El objetivo es garantizar la calidad del servicio. Las empresas operadoras a diferencia de las afiliadoras tienen que responder por la flota y a diferencia de las tradicionales poseen un control total sobre sus vehículos.”

Pero, pese a la promesa de Garzón de entregar el Plan Maestro a la ciudadanía el 6 de agosto pasado y la posterior re afirmación  que le hizo a El Espectador Patricia Gonzáles en noviembre de que todo estaría listo para comienzos de este año, lo cierto es que en este momento el proyecto sigue en revisión. La Secretaría de Movilidad asegura que la pasada administración no dejó nada en concreto y que por esta razón están en un proceso de reingeniería. Si siguen así las cosas el Plan Maestro arrancaría solo hasta principios del  próximo año.

Por lo pronto, siguen las reuniones entre el Distrito y los trasportadores con el fin de llegar a un acuerdo. Hasta el momento, el  Sistema Integrado de Transporte sigue siendo un sueño para los bogotanos.

Lo que Luís Eduardo Garzón prometió a principios del año pasado como el mejor regalo de cumpleaños para Bogotá se convirtió en eso, una promesa. La ilusión de tener paraderos organizados, buses numerados,  conductores uniformados que no excedan los 60 kilómetros por hora ni se pasen los semáforos en rojo y la completa reorganización de las 508 rutas que cubren la ciudad, con el tiempo, se convirtieron en simples proyectos.

Desde el 15 de agosto de 2006 Catalina Velasco Campuzano, ex Directora del Departamento Administrativo de Planeación Distrital; Justo Germán Bermúdez, ex Secretario de Tránsito y Transporte y el ex alcalde Luís Eduardo Garzón firmaron el decreto 319 en donde se estableció el Plan Maestro de Movilidad para Bogotá. Dentro de los proyectos se dictaminó el Sistema Integrado de Transporte Público que divide a la ciudad en ocho zonas o cuencas y busca reordenar el transporte de forma que los usuarios puedan transportarse de un lugar a otro de la ciudad, haciendo trasbordos, con un mismo tiquete.

Además el Sistema Integrado de Transporte estableció pasar de 66 empresas afiliadoras, que son las empresas de buses tradicionales que actualmente operan en la ciudad,  a ocho empresas operadoras como es el caso de Transmilenio. Según lo explico la ex secretaría de movilidad, Patricia Gonzáles, en una entrevista con El Espectador a finales del año pasado, “El objetivo es garantizar la calidad del servicio. Las empresas operadoras a diferencia de las afiliadoras tienen que responder por la flota y a diferencia de las tradicionales poseen un control total sobre sus vehículos.”

Pero, pese a la promesa de Garzón de entregar el Plan Maestro a la ciudadanía el 6 de agosto pasado y la posterior re afirmación  que le hizo a El Espectador Patricia Gonzáles en noviembre de que todo estaría listo para comienzos de este año, lo cierto es que en este momento el proyecto sigue en revisión. La Secretaría de Movilidad asegura que la pasada administración no dejó nada en concreto y que por esta razón están en un proceso de reingeniería. Si siguen así las cosas el Plan Maestro arrancaría solo hasta principios del  próximo año.

Por lo pronto, siguen las reuniones entre el Distrito y los trasportadores con el fin de llegar a un acuerdo. Hasta el momento, el  Sistema Integrado de Transporte sigue siendo un sueño para los bogotanos.