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Sobrecostos, demoras y menos verde en peatonalización de la Séptima

Tras la entrada en funcionamiento de este importante corredor peatonal en el centro de Bogotá, un estudio identifica que se sembraron menos árboles de los esperados y que los plazos de ejecución de las obras se duplicaron, al igual que los costos.

19 de enero de 2021 - 11:09 p. m.
Sobrecostos, demoras y menos verde en peatonalización de la Séptima

La investigación encontró que en la segunda fase del proyecto de peatonalización de la Carrera 7ª. la arborización pasó de tener 108 árboles de siete especies, a solo 58 de tres especies.

“A partir de este dato se consideró necesario analizar el componente biosférico cuando los árboles estén maduros, porque de eso depende la atracción de la avifauna y de los procesos de absorción de CO2”.

Así lo advierte el ingeniero civil Andrés Felipe Montenegro, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Agrícola de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su investigación –adelantada en colaboración con el Instituto de Desarrollo Urbano de Bogotá (IDU)– estudió el manejo urbanístico y ambiental de la peatonalización de la Carrera 7ª. entre las calles 7 y 26, además de la integración con el patrimonio arqueológico en el tradicional centro de Bogotá.

Según el ingeniero, “el propósito del proyecto es revitalizar zonas con precarias condiciones urbanísticas y ambientales para crear espacios equitativos y asequibles que favorezcan las dinámicas de la zona e integren la riqueza patrimonial y cultural”.

El trabajo se adelantó en dos fases: la primera, entre las calles 10 y 13, se desarrolló entre 2013 y 2015, y aunque tendría un valor de poco más de 10.357 millones de pesos y un plazo de 10 meses, finalmente se ejecutó en 16 meses y con un costo de 15.031 millones.

La segunda fase, entre las calles 7 y 26, tenía un costo inicial de 34.382 millones para ejecutarse en 24 meses y terminó costando 41.821 millones y ejecutándose en 51 meses y 26 días, es decir que tuvo un retraso de 27 meses.

Componente urbanístico

“Entre la calle 13 y la 24 predomina la piedra royal veta y el adoquín en concreto rojo para paso peatonal y verde para el carril de bici-usuarios; entre la calle 7 y la 10 predomina la piedra muñeca y el MR42 color ocre, un tipo de pavimento hidráulico acorde con el paisaje de la zona”, puntualiza el ingeniero.

Otros elementos urbanísticos son bancas de madera, canecas, bolardos metálicos, alcorques para los árboles (oyo cavado al pie del árbol para almacenar agua de riego o de lluvia) y una serie de vitrinas y placas para la exposición de los rieles del tranvía que actualmente están en un alto grado de deterioro.

La investigación muestra que se hicieron hallazgos de rieles, cableado, tuberías y empedrados del siglo XVIII al XX. “El material arqueológico bajo las calles del centro histórico es un campo completamente inexplorado y repercutió en el cronograma y el presupuesto”, explica el ingeniero Montenegro.

Gestión ambiental

El trabajo encontró que se siguieron los lineamientos de manejo ambiental del IDU en los campamentos de obra, se protegieron los sumideros con mallas sintéticas y con limpieza periódica, y en total se generaron 19.000 m3 de residuos, 74 % por material de excavación y un 26 % por material de demolición, lo que equivale a unas 5,6 piscinas olímpicas.

Aunque durante la ejecución del proyecto no se hizo un monitoreo de calidad del aire específicamente, según la Estación de Monitoreo Sagrado Corazón, la más cercana al proyecto, las concentraciones de partículas contaminantes PM10 y PM2.5 se redujeron a menos de 30 microgramos por metro cubico. No obstante, el trabajo advierte que no es posible afirmar una correlación, por lo que se recomienda hacer un monitoreo periódico a la calidad del aire durante la ejecución de proyectos similares, por las implicaciones ambientales.

La investigación concluyó que no todas las calles se pueden peatonalizar; en este caso, como la incidencia en la población residente era mínima, el proyecto fue viable, pero en otros sectores se deben analizar antes aspectos sociales, económicos y de movilidad integral.

También indica que el deterioro del espacio urbano en el sector es muy acelerado por tratarse de un eje principal de personas y necesita atención permanente, que las enormes modificaciones en el diseño paisajístico y la reducción de los árboles puede llevar a consecuencias negativas de mediano y largo plazo, y que es urgente estudiar, aprovechar e identificar el patrimonio arqueológico de la ciudad.

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