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S.O.S. por espacio público

El defensor del espacio público asegura que el centro sigue siendo el gran reto que tiene la ciudad en esa materia.

Laura Ardila Arrieta
29 de septiembre de 2009 - 11:00 p. m.

Se cumplen 10 años de la existencia del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público distrital y uno de los balances clave a estas alturas es que, en esa materia, Bogotá sigue estando en deuda con sus ciudadanos. Mientras el estándar internacional señala que las grandes ciudades deben tener al menos 10 metros cuadrados de áreas comunes por habitante, en la capital colombiana apenas si se alcanza la cifra de 4,5 metros. Así se lo explicó a El Espectador Germán Darío Rodríguez, defensor del espacio público desde 2004. Rodríguez dice que, aunque se está trabajando en recuperarlo completamente, el centro sigue siendo el gran desafío y que la presencia de vendedores informales en los andenes no es la peor agresión al espacio público. Asimismo, el funcionario se refiere al problema en que se han convertido los cerramientos en algunas urbanizaciones y a la necesidad de que se garanticen zonas comunes en el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).

¿Cómo está Bogotá en materia de espacio público?

La ciudad está en un déficit. Todavía no alcanza el estándar internacional de 10 metros cuadrados de espacio público por habitante. Llegamos a 4,5 metros, aunque hay expertos que aseguran que son apenas tres, pero igual seguimos trabajando por mejorar ese aspecto.

Al respecto, la percepción de muchos es que lo que se logró en administraciones como la de Antanas Mockus se está perdiendo…

Voy a entrar en contradicción con esa percepción. Antes de 2003 era prácticamente imposible caminar por la séptima o la décima, en el centro, debido a la cantidad de vendedores informales. Hoy en día es viable hacerlo. Estamos trabajando con un plan maestro del espacio público desde 2005.

Pero no puede negar que ha habido una retoma en algunos sectores por parte de vendedores informales…

Así es, pero igual estamos trabajando en ello, desarrollando tesis contenidas en el plan de ordenamiento territorial de la ciudad.

Puntualmente, ¿en qué sectores se ha dado esa retoma?

En el centro. En la carrera séptima y en proximidades de las plazoletas de Las Nieves, la del Rosario y el Parque Santander.

¿Sigue siendo el centro el gran desafío del espacio público en Bogotá?

Es un reto muy importante.

¿Cuáles son las principales violaciones al espacio público?

Cada vez que se habla de deterioro en el espacio público se piensa en vendedores informales, no obstante hay unas agresiones peores, como las que cometen aquellos que usan los andenes como parqueaderos.

Otro escenario de conflicto son los parques privados de algunas urbanizaciones…

Así es y hay muchas querellas al respecto. Todos los conjuntos cerrados tienen la obligación de ceder las zonas verdes para uso público. Esas áreas no pueden estar limitadas en su utilización, pues el espacio público nos pertenece a todos.

¿De cuántas querellas estamos hablando?

Más o menos cien en cada una de las localidades.

¿Cómo garantizar que macroproyectos como el SITP, que supuestamente está por construirse, cuenten con los espacios públicos suficientes?

El metro contará con plazoletas, zonas adyacentes y otros elementos que generarán espacio público. El SITP es la nuez de un conjunto de componentes que tendrán que tener áreas adecuadas para el goce de los ciudadanos.

¿Cuáles son los puntos neurálgicos en los que hay más inconvenientes con las zonas públicas?

Las centralidades de cada una de las localidades. La plaza de Usaquén, el antiguo pueblo de Bosa… Recuperando esos centros estaremos sentando las bases para rescatar el espacio público de la ciudad.

Por Laura Ardila Arrieta

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