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Temor de los padres, el tropiezo para la semipresencialidad

Aunque unos colegios y jardines alistaron sus protocolos y esperan el aval del Distrito para el regreso gradual a las aulas, muchos siguieron con las clases remotas ante el temor de muchos padres, que se niegan a enviar a sus hijos al colegio.

Manuela Valencia Gómez
13 de octubre de 2020 - 02:00 a. m.
El reto de volver a las aulas es garantizar el autocuidado, sobre todo en niños pequeños.
El reto de volver a las aulas es garantizar el autocuidado, sobre todo en niños pequeños.
Foto: OSCAR PEREZ

Hoy los colegios oficiales y privados de Bogotá comienzan un nuevo ciclo académico, luego de la semana de receso. Para los de calendario A, este regreso se traduce en la última fase de un atípico año escolar. Para enfrentarlo, algunos centros educativos abrieron la posibilidad a sus estudiantes de volver a las aulas gradualmente, con el fin de prepararse para la nueva realidad académica del próximo año.

Sin embargo, la gran mayoría no se la jugaron por aplicar un modelo de alternancia, pues para ellos el factor más importante era que los padres estuvieran dispuestos a llevar a sus hijos, y en este aspecto no hubo mucho eco. De los 1.700 colegios y jardines privados que hay en la capital, solo 191 radicaron protocolos para el regreso a las aulas y 12 ya estaban operando desde antes de la semana de receso. Por su parte, de las 399 instituciones públicas, el Distrito ha empezado el proceso de registro apenas con 16.

Pese a que aparentemente no es un número significativo, para la subsecretaria de Educación, Deidamia García, el registro de estas instituciones enmarca un panorama alentador para enfrentar la nueva realidad. “Resaltamos que en medio de todo, más del 10 % de los jardines y colegios privados tienen la voluntad de hacer el proceso, aunque el miedo siga y ponga a pensar a las personas. Pero hay que ir venciendo el miedo gradualmente y prepararnos para ganar confianza en la comunidad educativa. Los niños necesitan el aprendizaje continuo más intencionado, nos toca adaptarnos al nuevo sistema, porque la educación nunca volverá a ser lo que era antes de la pandemia”, aseguró García.

¿Cómo va la alternancia?

De acuerdo con la funcionaria, para los que ya iniciaron con el modelo de semipresencialidad ha sido una tarea llena de retos, pero que ha servido para ir construyendo confianza y prepararse para el otro año con un nivel de actividad mayor. Para este fin, las instituciones no solo han invertido en la adecuación de los espacios, sino que se han ingeniado estrategias para hacer ver el autocuidado como un hábito divertido, en vez de una rutina llena de prohibiciones.

Es el caso del jardín infantil Crayola y Lápiz Bilingüe, que ha distribuido el tiempo de aprendizaje en alternancia con la presencialidad, dictando clases virtuales en la mañana y dando dos horas en la tarde para que los niños vayan a las aulas. “Las tareas de la tarde están dedicadas a la dimensión artística, ética, socioafectiva y valores del autocuidado. El jardín hizo todas las adecuaciones necesarias para el retorno, con un montaje lúdico, invitando a los niños a un viaje espacial, diciéndoles que el casco protector de ellos, como astronautas, es el tapabocas. Asimismo, toda la señalización del jardín es muy lúdica. Por ejemplo, con cohetes que indican dónde no deben permanecer para evitar aglomeraciones y dónde pueden lavarse las manos”, explicó Carolina Rincón, directora de la institución.

Por su parte, el rector del colegio Los Arrayanes, Ricardo Sánchez, su modelo de alternancia lo dividieron en fases. La primera inicia hoy con el regreso a las aulas sin clases de laboratorios, actividades artísticas que impliquen contacto físico y con una educación deportiva con actividades individuales.

¿Bogotá está lista?

Lo cierto es que con la reapertura gradual de sectores económicos y las movilizaciones del mes pasado, los contagios volvieron a dispararse y la ocupación de las UCI está por encima del 60 %. Este panorama no solo incrementa la desconfianza de los padres, sino que preocupa a la comunidad educativa.

Así lo argumentó Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani: “La presencialidad tiene ventajas indiscutibles a nivel emocional y social. Por ello es comprensible que se hagan todos los esfuerzos para retornar a ella. Sin embargo, nadie puede desconocer que Colombia todavía no ha controlado el virus. Una vez culmine la pandemia, será uno de los países con peor balance en el mundo, con mayor pobreza, desempleo y con uno de los niveles más altos de contagio”, argumentó.

Zubiría dijo que es clave impulsar los lineamientos para el modelo de semipresencialidad, basados en adecuar las instituciones, principalmente para la llegada de niños de educación inicial y primaria, que son los que no tienen total autonomía; seguir fortaleciendo la conectividad y entregar tabletas a todos los estudiantes de bachillerato; que se invierta en adecuación locativa y sanidad, y hacer pilotos en todos los colegios para el retorno seguro en 2021.

Opiniones divididas

Aunque en algunas instituciones la negativa de los padres de familia a llevar a sus hijos al colegio ha ganado en las encuestas frente a la posibilidad de la alternancia, para otros también es importante el regreso para incentivar una conducta socioafectivo en los niños. Natalia Valencia tiene una niña de 10 años y fue de las que votó por un regreso a las aulas, argumentando que el contacto social es una parte fundamental para el aprendizaje.

“Mariana ya no tiene las mismas notas que tenía en el colegio. Los niños se distraen mucho y por más que los padres queramos ser una figura de autoridad en el ámbito académico, no podemos reemplazar la labor de un docente en ese aspecto”, expresó.

Por el contrario, Mónica Caballero, madre de una menor de 14 y uno de ocho años, dice que, por ahora, prefiere mil veces más tener a sus hijos trabajando desde casa. “No quiero exponerlos al contagio, porque no sé cómo vaya a actuar el virus en ellos. Entonces, pese a que sé que extrañan las relaciones con sus amigos y compañeros, prefiero no permitir ese riesgo y compensarlo de otra manera, como que salgan al parque a practicar algún deporte, donde yo pueda verlos y garantizar, lo que más pueda, que se están cuidando”, afirmó.

En medio de esto, para el Distrito es fundamental que en lo que resta del año se sigan uniendo más instituciones al registro de sus protocolos en la página web de la Secretaría de Educación, con el fin de que el mes y medio que resta para culminar las actividades escolares sea la antesala a la realidad educativa del próximo año.

“Debemos ver estos últimos meses como un piloto de lo que será 2021, preparándonos para asumir la escolaridad en el marco de un nuevo modelo, en el que tenemos que conectar el cuidado con el derecho a la educación. Seguiremos verificando las condiciones y la adaptación de los espacios, como la demarcación de aulas para el distanciamiento, protocolos de ingreso y salida, así como una constante comunicación con las familias para seguir ganando confianza”, puntualizó la subsecretaria de Educación.

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Libardo(10892)13 de octubre de 2020 - 10:06 a. m.
No es el temor, es la responsabilidad. Es el autocuidado y la sensatez. No existe en el sector educativo, especialmente en el público y en algunos privados de garaje (esos que adatan una o varias casas), ambientes saludables ni siquiera en tiempos de salubridad pública. Y, durante estos meses no han hecho nada, aparte de hablar de aprendizajes. Aprendizajes vacíos por no mueven a la acción.
  • Libardo(10892)13 de octubre de 2020 - 10:07 a. m.
    Perdón, adaptan.
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