El arte en los procesos educativos es tan importante como las otras esferas y conocimientos. Con esto en mente, estudiantes del Colegio Nueva York llevaron el arte a otro nivel con la creación de más de 170 obras originales para una muestra que invita al público a explorar una experiencia estética que nace del corazón de niños y jóvenes.
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‘TEMPORA’ es una exposición y es un relato juvenil, resultado de un proceso artístico y pedagógico profundo, enmarcado en el Programa del Bachillerato Internacional.
Su curaduría fue guiada por la docente Lorena Martínez y enriquecida con la mirada de un curador externo, pero fueron los mismos estudiantes, de entre 15 y 18 años, quienes idearon el concepto detrás del nombre.
Inspirados por preguntas como “¿es sagrado el cuerpo humano?”, “¿la naturaleza merece reverencia?” o “¿los espacios que habitamos tienen valor simbólico?”, concluyeron que el arte mismo es una forma de lo sagrado.
¿Dónde verla?
La muestra está abierta al público hasta el 8 de junio, en el Centro Comercial Mall Plaza Bogotá. Las obras expuestas no se limitan a la técnica; “son catarsis visuales que expresan emociones profundas y personales: homenajes a familiares fallecidos, vivencias de enfermedades, duelos, trastornos alimenticios, violencia de género, fobias, y resiliencia deportiva”, señala el colegio.
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Y es que el arte cada vez cobra más relevancia en los procesos educativos, configurando lenguajes de expresión que los estudiantes aprovecharán en su vida adulta. “No solo desarrollan habilidades técnicas, sino inteligencia emocional, pensamiento crítico, empatía, autoestima y confianza”.
La selección de obras partió de 300 creaciones desarrolladas durante año y medio en los salones-talleres del colegio. De ellas, 170 fueron elegidas por los propios estudiantes bajo criterios curatoriales, sumándose también piezas de alumnos de preescolar, primaria y secundaria.
Estas incluyen exploraciones sobre historia de la moda, arte islámico, Romanticismo, biodiversidad, empatía y caligrafía creativa. Incluso, algunos exalumnos se sumaron con obras realizadas en sus estudios universitarios actuales.
Muchas piezas fueron construidas con materiales no convencionales como cables, plumas sintéticas, vidrio reciclado, juguetes, maniquíes, botones y electrodomésticos, demostrando que el arte también puede ser sostenibilidad y reinvención.
En palabras del colegio, el arte es “una forma de comunicación, una herramienta de transformación social, un puente entre generaciones”.
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Por Redacción Bogotá
