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Tras escena de la construcción de Vive Claro: argumentos de una polémica

¿Se puede llegar a un equilibrio entre entretenimiento para público masivo y conservación ecológica? Este es uno de los compromisos de Ocesa Colombia, que habilitará un nuevo “distrito cultural” en un predio con cierto valor ambiental.

Juan Camilo Parra

15 de julio de 2025 - 01:12 p. m.
Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra
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Medir los impactos que tienen grandes conciertos, con multitudes, ruido y luces, en espacios verdes es una tarea reciente, de la cual hay pocos referentes, salvo Rock Al Parque cada año. No obstante, una nueva temporada de espectáculos se avecina, en un nuevo escenario, que se levanta en un predio de Bogotá, con un método poco visto en Colombia, y que causa malestar entre vecinos y referentes ambientalistas. Pero ¿cómo se eligió el terreno? ¿Por qué ahí y no en otro lugar? ¿Qué debe cumplir Ocesa para mitigar los impactos? ¿Qué pasará en los años que dure el contrato de arrendamiento del predio? Estuvimos en la obra y esto fue lo que encontramos.

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Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

Desde 2023, Ocesa Colombia firmó un contrato con la Beneficencia de Cundinamarca para disponer del lote ubicado en la carrera 60, entre las calles 26 y 53, en una zona estratégica denominada Centro Bolivariano. ¿Su plan? Restaurar el terreno y adecuar un espacio para un nuevo escenario multipropósito para la ciudad. Aunque hablaron de obras livianas y de bajo impacto, la dimensión de lo hoy se edifica aviva algunas críticas: una especie de auditorio al aire libre, para 49.600 espectadores (19.600 en gradas de 12 metros y 30.000 en la grama). La construcción está casi terminada.

Luz Ángela Castro, CEO de Ocesa Colombia, dice que llegaron allí en búsqueda de un sitio para presentar el Circo del Sol y que, de paso, respondiera a una serie de eventos de talla mundial, que Bogotá estaba dejando pasar. “Tuve un reto difícil de afrontar: desarrollar los conciertos de Harry Styles y de Dua Lipa, que generaron controversia, porque efectivamente se llevaron a cabo en un espacio en el que las condiciones no eran las mejores (Salitre Mágico). El desarrollo de la industria y de nuestro negocio, de alguna manera, estaban limitados y supeditados a los términos de uso de un estadio, que tiene como prioridad el fútbol, dicho por la misma ley de espectáculos públicos”.

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Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

El Circo del Sol, que usualmente se presentaba en Salitre Mágico, tras siete versiones, no se podía seguir haciendo allí, por una evolución del negocio del parque. “Fuimos a la zona donde estaban las oficinas del Ministerio del Deporte, la bolera, el parque de los artesanos y a algunos terrenos en el norte, pero cuando el espacio queda fuera del orbe central y no tiene un sistema de transporte urbano cerca es difícil que sirva para una programación adecuada, porque a la gente le queda difícil llegar y salir de allí”. Fue en esa búsqueda que encontraron el predio del Centro Bolivariano, que ofrecía no solo la posibilidad de hacer el espectáculo circense, sino de montar una estructura temporal, tipo ‘scaffolding’ (poco usada en Colombia), similar a una tribuna o grada temporal.

Pero no todos están convencidos de que ese lugar fuera el adecuado para ese fin. Por ejemplo, para Roxana Sarmiento, de la Veeduría del Plan Maestro del Parque Simón Bolívar, este predio tiene otra vocación: “Es el lote número 14 del plan maestro y se pensó como parte del parque. Aunque avanzan los trabajos, a la fecha no se ha hecho una evaluación integral de los impactos y siguen poniendo placas de cemento, en contravía del POT”. A su crítica se suma la que hace Mónica Naar, edilesa de Teusaquillo, por la forma en que se otorgaron los permisos. “Las obras excedieron los límites de una intervención liviana. La Curaduría Cuarta negó licencia para cerramientos y aun así avanzaron. La inspección debe hacer cumplir esa decisión”.

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Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

¿Qué tipo de terreno es?

Patricia Bejarano, bióloga de Conservación Internacional, aclara que el terreno es parte de la estructura ecológica principal de Bogotá: “No es humedal, pero sí tiene valor ambiental. El suelo estaba compactado por años de pastoreo, lo que alteró el ciclo hídrico y debilitó la vegetación, compuesta, en su mayoría, por especies exóticas como acacias”. Frente a esto, Conservación Internacional acompaña un proceso de restauración ecológica, que comprende la siembra de 363 individuos vegetales y la activación de 18 hectáreas, que no serán ocupadas por estructuras.

“Vamos a monitorear la biodiversidad. El parque Simón Bolívar tiene más de 150 especies de aves registradas. Aquí solo hemos contado 41. Esperamos que la restauración aumente esa cifra”, afirma Bejarano.

Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

Sobre esto, Ocesa espera que la Secretaría de Ambiente acompañe estos procesos, como sucede con Rock al Parque, para mitigar, entre otras alertas, el impacto en las especies de aves. “El único referente que tenemos de biodiversidad en Bogotá afectada por ruido de conciertos es lo que ocurre en el Parque Simón Bolívar. La Secretaría logró identificar 18 especies en la reciente edición del Rock al Parque, que se mueven, obviamente, pero regresan. Aquí vamos a evidenciar qué va a ocurrir y eso sí lo vamos a acompañar”.

Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

Para finalizar, la bióloga apunta: “en lo personal pienso que es interesante que la ciudadanía esté activa y pendiente de estos procesos, porque esta zona es el verdadero centro de Bogotá y tiene una relevancia en la estructura ecológica principal, que es un concepto que le da un armazón verde y de servicios ecosistémicos a la ciudad”.

Legalidad y temporalidad del proyecto

Desde lo jurídico, la abogada Catalina Hernández aclara que las estructuras no requieren licencia de construcción, como lo indica la edilesa, al ser una estructura desmontables. Además, el POT restringió allí los usos inmobiliarios y exige que del área el 75 % sea verde y, en este caso, Ocesa endurecerá menos de seis hectáreas de las 24 disponibles. “En el concepto de las secretarías de Ambiente y Planeación quedó claro que el uso de este terreno es recreativo, cultural y de esparcimiento, es decir, se pueden hacer eventos al aire libre y tener tránsito de personas, pero en un ambiente en el que, sin lugar a dudas, se recupere un valor ambiental o natural. Se requiere permiso por evento, no licencia urbanística. Cada actividad pasa por el SUGA del Distrito, donde se evalúan evacuación, capacidad de carga y respuesta a emergencias”, precisó la abogada.

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Vive Claro, construcción del nuevo escenario musical en Bogotá
Foto: Jose Vargas Esguerra

El ingeniero estructural Juan Carlos Merizales asegura que esta es una obra que se ha realizado en todo el mundo. “La empresa que construye este tipo de escenarios y graderías es Nussli, una corporación Suiza con más de 80 años en el mercado. Nosotros revisamos los diseños y cumplen con todos las características de este tipo de construcción, que no es tradicional en Colombia. No es del día a día, pero sí es una estructura novedosa, que se usa en México, Suiza y, en general, en Europa ampliamente”.

Etapa de construcción del nuevo centro de eventos Vive Claro, escenario para conciertos de Ocesa
Foto: El Espectador - José Vargas

Estas graderías construidas por Nussli, son similares a un andamio, que se utilizan para crear gradas o tribunas, especialmente para eventos o espectáculos públicos. Para Vive Claro, fueron diseñadas para soportar miles de personas y específicamente para las condiciones climáticas de Bogotá.

Las normas que aplican para este tipo de estructuras son las de sismorresistencia, ya que, al no ser convencionales, no están reglamentadas en el país. “Es una estructura que cumple las cargas que exigen las normas colombianas. Se usaron como referente las ambientales, de viento, de sismos y la norma de sismorresistencia NSR-10. Con el diseño, al no estar reglado en Colombia el sistema scaffolding, usamos como referente el reglamento europeo”, agregó el ingeniero.

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Daniela Rugeles, project manager de Nussli (empresa suiza a cargo de las gradas), enfatiza: “Es nuestra primera obra en Colombia de esta magnitud y se consideraron todos los factores, desde el clima hasta la carga estructural. Las gradas no están ancladas al suelo, están sobre un sistema modular. Es una estructura usada en eventos como el concierto Adel Arena en Munich, con más de 80.000 personas, la Fórmula 1 o los Juegos Olímpicos”.

Etapa de construcción del nuevo centro de eventos Vive Claro, escenario para conciertos de Ocesa
Foto: El Espectador - José Vargas

La concejala Quena Ribadeneira dijo este lunes que recogió más de 1.000 firmas, que respaldan la petición de priorizar el proceso policivo que cursa en la Inspección 13C, de Teusaquillo, por presuntas infracciones urbanísticas no autorizadas, en predios del Centro Bolivariano.

El 14 de julio, la Sociedad Colombiana de Ingenieros pidió revisar lo que se hace en el predio. “Según la poca información técnica disponible, el proyecto lo presentan como una estructura temporal (...). Sin embargo, debido a su escala, al alto nivel de ocupación previsto y a su permanencia, resulta fundamental verificar si los procesos de diseño, revisión y supervisión técnica cumplen con la Ley 400 de 1997 y en la normativa nacional vigente”.

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Tecnología y mitigación

En medio del debate sobre la nueva estructura en un predio con valor ecológico, lo cierto es que el documento con el que la Secretaría de Ambiente sustentó que esta zona no es un humedal, sí hace recomendaciones de conservación: “el sector, pese a no presentar características de humedal, ofrece áreas verdes con potencial de conectividad ecológica. El área se constituye como un espacio verde de la ciudad, cuya área y ubicación proporcionan valores para disminuir la fragmentación de ambientes ecológicos”.

Para mitigar el impacto, Ocesa asegura que se han implementado soluciones como ecopavimento; un sistema drenante que sustituye el uso de tierra negra, y un plan de ruido con estándares internacionales. Castro añade que “el objetivo es ampliar la oferta cultural, no dividirla. Habrá programación para niños, exhibiciones y experiencias interactivas. Además, tenemos 1.000 parqueaderos y convenios con centros comerciales para evitar congestión”.

El contrato con Ocesa con la Beneficencia de Cundinamarca dura cinco años. “Una vez finalice, el terreno quedará sin estructuras. Solo el enriquecimiento ecológico permanece”, asegura la CEO de Ocesa. Al preguntarle si la empresa que representa está interesada en quedarse más tiempo, respondió: “Ya lo veremos”. El debate sigue abierto y en especial, una pregunta clave: ¿puede convivir el entretenimiento masivo con la restauración ambiental?

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Etapa de construcción del nuevo centro de eventos Vive Claro, escenario para conciertos de Ocesa
Foto: El Espectador - José Vargas

Por Juan Camilo Parra

Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com
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