La Fase I del tren de cercanías empieza a construirse en el año 2011 y cubriría las rutas de Fontibón, Mosquera y Facatativa; en el 2013 se iniciaría la fase II con un recorrido de Chía, Cajicá y Zipaquirá y en el 2015 se daría paso a la fase III con el trayecto de Tocancipa y Briceño.
La primera etapa tendrá un costo de $513 mil millones, la segunda $449 mil millones y la tercera $209 mil millones En mayo próximo estará definida la empresa intenventora.
El gobernador de Cundinamarca, Andrés González, indicó que el tren de cercanías es el complemento del sistema de transporte, “es un medio ecológico que se utilizará con energía eléctrica”.
El tren tendrá 16 intersecciones y comunicará a Bogotá con los municipios aledaños en menor tiempo de lo acostumbrado hoy en día.
Desde que comenzaron a tambalear las intenciones de la administración distrital de apoyar el proyecto del tren de cercanías, González incluyó en su agenda una serie de citas con las embajadas de China, España y Brasil. Su objetivo, buscar recursos para el proyecto. Un consorcio conformado por firmas chinas y brasileñas le manifestaron su interés de avalar la iniciativa económica y técnicamente.
“Nos han ofrecido, en principio, la financiación de al menos el 85% del proyecto. Además, el consorcio también ha manifestado sus intenciones de financiar el metro, pues está muy interesado en apoyar a Latinoamérica”, dijo González.
Según el gobernador, este nuevo apoyo, sumado a las ya existentes vías férreas, hacen el proyecto más factible que antes. Para González, en este punto la materialización del tren de cercanías depende más de la voluntad política que de cualquier otra cosa. “El Alcalde siempre ha tenido una actitud positiva y constructiva en este tema, aunque sé que hay otros funcionarios que no se han subido ni al tren y ni al metro, son mandos medios reacios al cambio”, aseguró el gobernador.
A finales de la semana pasada el secretario de Hacienda, Juan Ricardo Ortega, dijo que si el Distrito financiaba el tren no tendría los recursos suficientes para realizar las obras del metro, una de las obras pilares de la administración de Samuel Moreno. Ante esta nueva alternativa Ortega dijo que “la discusión está basada en los detalles. No me parece conveniente comenzar a hablar de una posible financiación cuando todavía no se conocen los costos reales, ni tampoco qué porcentaje tendrá que asumir el Distrito y cuál la Nación”.
Además, insistió en que lo que se debe analizar en este momento no es quién está dispuesto a prestar el dinero, sino si existen los medios para pagarlo.
Según Jesús Torres, de la Consultoría Colombiana S. A., quien dirigió el estudio técnico sobre el tren de cercanías, el proyecto costaría en promedio $2,2 billones. Bogotá tendría que asumir todo lo referente a construcción de puentes, pasos a desnivel e infraestructura dentro del área urbana.
Al respecto, Moreno aseguró que en ningún momento la administración distrital se ha “bajado del tren”. “Hay que cuantificar la inversión. Hay que revisar el tema de las vigencias futuras. Hay que saber exactamente cuáles son las fuentes adicionales con el fin de adelantar el meto y el tren, de manera simultánea. Hasta que haya un estudio total y absolutamente concluido no podemos dejar de lado ningún proyecto”.