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El cadáver de Francisco Cifuentes fue encontrado en el segundo piso del edificio en el que vivía, en el barrio San Patricio, en el nororiente de la ciudad. Aparentemente, David Emanuel Manotas Char, su vecino, lo asesinó con arma blanca luego de que Cifuentes le recriminara por el ruido que salía de su apartamento. Ayer, en audiencia pública, el juez 22 de control de garantías del circuito de Bogotá le dictó medida de aseguramiento a Manotas, que ahora deberá afrontar un juicio por homicidio agravado.
Luego de insistentes llamados de los vecinos a la Policía, Manotas fue capturado en la madrugada del lunes en la calle 100 con carrera 45, dos horas después de la muerte de Cifuentes. Al parecer, una vez se produjo el deceso, Manotas trató de emprender la huida. Ante la negativa del vigilante del edificio a dejarlo salir, el acusado rompió la puerta del inmueble y salió corriendo “sin camisa ni zapatos, luego de haber arrastrado el cadáver para empujarlo por el tercer piso”, afirmó la Fiscalía. En el apartamento de Manotas, los investigadores encontraron rastros de heroína y cocaína.
Según los mismos testimonios, Manotas era insoportable para la comunidad del edificio por la recurrencia con la que organizaba fiestas e ingería drogas. Un vecino, al que el ente acusador no individualizó, afirmó que en la noche del domingo escuchó “una discusión muy acalorada. Cifuentes le decía que llevaba un año aguantándoselo, mientras Manotas le respondía que no volvería a ocurrir”. Esto habría sucedido después de que el acusado produjera un alto nivel de ruido durante algo más de 72 horas.
Camilo Casas, amigo cercano de la víctima, dijo en declaraciones a Blu Radio que “Francisco tuvo que intervenir para que David Manotas no abusara de su empleada. Generalmente hacía fiestas y ponía música a muy alto volumen. Francisco mandó cartas a la administración y no hicieron nada. No sabemos por qué la Policía no controló a Manotas ante las quejas de la comunidad”.
La defensa de Manotas sostuvo, durante la audiencia de imputación de cargos, que el deceso se habría producido después de una riña entre el acusado y Cifuentes. Una prueba de ello sería que la puerta de la vivienda de Manotas estaba rota a la hora del levantamiento del cadáver. Al parecer, ante el desespero que le produjo que su vecino no bajara el volumen de la música, Cifuentes rompió la puerta. La defensa pidió además la reclusión de Manotas en un centro psiquiátrico, pues alegó que padecía esquizofrenia, paranoia y adicción a las drogas. La solicitud fue negada por el juez de garantías.