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Un polémico aval a torres de energía

La ANLA le dio luz verde a una de las rutas que la Personería denunció por afectar la Reserva de la Cuenca Alta del Río Bogotá. CAR tampoco la consideró la más apropiada.

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Verónica Téllez Oliveros
23 de enero de 2015 - 01:41 a. m.
Un polémico aval a torres de energía
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Desde finales de 2013 está avanzando un proyecto de transmisión de energía en 13 municipios del departamento y cinco de Boyacá, el cual, sin embargo, preocupa especialmente a Subachoque porque las torres pasarán por parte de la Reserva Forestal de la Cuenca Alta del Río Bogotá. La más reciente decisión que causa controversia en este plan es que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) le dio su aval a una de las rutas, pese a que es la que afecta mayor parte del área protegida.

En julio del año pasado, El Espectador contó que la ANLA estaba realizando el diagnóstico ambiental de alternativas sobre el proyecto para elegir una de ellas. Entonces, Diego Rocha, personero de Subachoque, le dijo a la entidad: “Es necesario que evalúen otras opciones (de recorrido para construir las líneas de transmisión) que no impliquen impactos ambientales irremediables dentro de la Reserva Forestal de la Cuenca Alta del Río Bogotá, de carácter nacional”.

En la región central del país no hay un riesgo inminente de apagón, como lo ha reconocido el Gobierno, pero el propósito de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) con la construcción de la subestación Chivor II y Norte 230 kW es mejorar la confiabilidad del suministro de energía en esa zona del país. La ejecución está a cargo de la Empresa de Energía de Bogotá.

Las dos alternativas de trazados para la primera parte del proyecto (que en 2013 presentó la Empresa de Energía a la ANLA) fueron la Ruta Norte 2, que va desde Tenjo, pasando por Subachoque, hasta Gachancipá, y la ruta Gachancipá-Toncacipá. Sin embargo, la empresa se inclinaba por la primera y explicó a este diario que eso se debía a que solamente este corredor es viable, “ya que otros trazados presentan serias restricciones en materia predial, limitantes ambientales e impactos sociales”.

También en 2013, la ANLA le sugirió a la Empresa de Energía analizar posibilidades de trazado en la ruta Gachancipá-Tocancipá, pues en la zona por donde pasarían las torres de energía no existen áreas protegidas. Sin embargo, en noviembre de 2014 la entidad entregó el resultado del diagnóstico ambiental y aprobó mediante una resolución la primera alternativa, que es la que más resistencia ha generado en Subachoque. Según la autoridad, esta opción genera menor intervención de municipios (19) y afecta en menor proporción predios y viviendas rurales.

Pero el personero presentó un recurso de reposición contra la decisión de la ANLA. Uno de sus reclamos es que la autoridad no comparó las otras propuestas de la Empresa de Energía ni tuvo en cuenta un informe realizado por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) sobre las rutas propuestas, ya que ni siquiera lo menciona en la resolución de noviembre de 2014. Justamente, la CAR indicó que la alternativa que incluye la Ruta Norte 2 no se consideraba la más viable.

En el concepto, expedido por la CAR en octubre de 2014, la Corporación dijo que la Ruta Norte 2 “es la que afecta en mayor proporción el área de la Reserva de la Cuenca Alta del Río Bogotá (46%)” y que “así mismo afecta áreas de alta importancia para la preservación de la biodiversidad, como lo son los cerros occidentales de Tabio y Tenjo”. Por estas razones, su conclusión fue que, si bien esta opción representa los menores valores socioeconómicos, pues afectaría a un menor número de habitantes, “no se considera como la más apropiada en términos ambientales”.

La alternativa que la CAR vio con buenos ojos fue una que la Empresa de Energía no había propuesto inicialmente: la B (ver gráfico). Para la corporación, esta ruta tiene los menores valores de ocupación en el área de reserva (un 10% frente al 46% de la Ruta Norte 2). También “representa afectaciones ambientales con valores inferiores a la Ruta Norte 2 y Ruta A” y por ello tiene “impactos relativamente intermedios en los aspectos socioeconómicos, que resultan manejables. De esta forma, se considera que ésta constituye la ruta más viable”.

Por ahora habrá que esperar la respuesta de la ANLA frente a los señalamientos del personero Diego Rocha. También se sabe que la administración de Tabio se ha manifestado en contra del proyecto por motivos ambientales. De mantenerse en firme la decisión de la autoridad ambiental, la Empresa de Energía tendría que pedir al Ministerio de Ambiente que le quite a la Reserva de la Cuenca Alta del Río Bogotá el porcentaje que actualmente incluye el proyecto de las torres de energía y cables de alta tensión de la subestación Chivor-Norte.

 

 

vtellez@elespectador.com

 

Por Verónica Téllez Oliveros

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