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Con la participación de 17 entidades nacionales y distritales (entre ellas el IDIGER y la Empresa de Acueducto), el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, lideró el Comité Conjunto Nacional para el Conocimiento del Riesgo y el Manejo de Desastres, para emitir una orientación técnica al Consejo Nacional de Gestión del Riesgo sobre la declaratoria de desastre en Bogotá por sequía y desabastecimiento de agua.
Tras varias horas de reunión, los comités nacionales de Conocimiento y Manejo votaron de manera unánime no declarar una nueva situación de desastre y recomendaron acogerse a la declaratoria vigente por el fenómeno El Niño (Decreto 037-2024). Así lo explicó Carlos Carrillo. “(Sin embargo), vamos a incluir unas acciones dentro del Plan de Acción Específico (PAE) del Decreto 037. Esto quiere decir que vamos a buscar la financiación para tomar medidas de conocimiento y reducción del riesgo ante esta situación”, indicó.
Al detalle, el comité nacional concluyó que, bajo las condiciones actuales, manteniendo el racionamiento de agua hasta marzo de 2025 y haciendo un monitoreo constante de las medidas, no existen evidencias fácticas para tal declaratoria.
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De esta manera, recomendaron aunar esfuerzos enfocados a explorar aguas subterráneas y coordinar la entrega de información por parte del Acueducto de Bogotá a las entidades nacionales para hacer seguimiento a la situación hidrológica.
La posición del Distrito
Ante esta decisión de voto unánime, la gerente general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, Natasha Avendaño, expresó su conformidad y la importancia de la misma, “porque se demostró que las acciones que se han venido tomando de manera articulada para reducir la presión sobre el sistema Chingaza han dado resultado. Estaremos atentos a acompañar las mesas técnicas para definir las acciones que se van a implementar”.
Por su parte, el director del Idiger, Guillermo Escobar, respondió que desde Bogotá se sugerirán acciones para el Plan de Acción Específico (PAE), sino también “todas las acciones que hemos venido acordando en las mesas de trabajo. El seguimiento cada 15 días de todos estos procesos de como avanzamos en precipitaciones, operación del sistema de abastecimiento, las condiciones que viene observando el Ideam y efectivamente ofrecer una mejor condición de atención a la población capitalina”.
El planteamiento inicial
El viernes 4 de octubre, el presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de X sobre la actual crisis hídrica que atraviesa Bogotá y los municipios aledaños, proponiendo se decrete la situación de desastre y así juntar presupuestos nacionales, distritales y municipales, con las acciones que la ciudadanía pueda desarrollar en beneficio del ahorro y la reutilización de agua.
“La ciudad amerita un proceso de emergencia, dado que las actuales lluvias no devolverán el embalse Chingaza a sus niveles normales antes de la nueva temporada de sequía en enero”, señaló el primer mandatario.
Casi diez horas después, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, respondió y acogió la propuesta, invitándolo, incluso (y a sus equipos), para revisar todo tipo de iniciativas. “Presidente, trabajemos juntos por el agua. En Bogotá hemos tomado medidas basadas en evidencia. Estamos listos a sentarnos con usted y el Gobierno nacional para revisar cómo se podrían complementar”, manifestó Galán.
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En ese orden de ideas, cinco días después se dieron cita en la Casa de Nariño, donde la Alcaldía presentó las medidas que han tomado y su impacto. “Vamos a avanzar en el análisis de alternativas como reutilización de aguas lluvias y aguas tratadas por la planta de tratamiento de Salitre para usos no potables, así como estudios de utilización de aguas profundas, fuentes alternativas para abastecer municipios de la Sabana y la activación de instancias técnicas que nos permitan construir un camino de solución no sólo para los próximos meses sino para el mediano plazo”, detalló Galán.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM) ha alertado sobre la posibilidad de una transición hacia el fenómeno La Niña en los próximos meses, lo que podría resultar en un aumento de las lluvias en las regiones Andina y Caribe.
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