
Iniciativa Colmena, una de las ganadoras del concurso, que busca reutilizar las fachadas de las bodegas para darles una segunda oportunidad.
Foto: Andrés Álvarez
Por años, la Zona Industrial de Bogotá fue una selva de desolación y un retrato de un decadente motor industrial, en pleno corazón de la capital. Allí se fundieron motores, se levantaron fábricas de textiles y se amasó buena parte del músculo productivo del país. Pero el tiempo, la deslocalización paulatina de las fábricas, el arribo de las zonas francas y los cambios en la economía la fueron dejando vacía: bodegas cerradas, muros corroídos, calles amplias en las que antes deambulaban camiones ahora no tienen propósito alguno.
Hoy, ese...

Por Miguel Ángel Vivas Tróchez
Periodista egresado de la Universidad Externado de Colombia interesado en Economía, política y coyuntura internacional.juvenalurbino97 mvivas@elespectador.com
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