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“¿Y hoy cómo estamos de agua? (…) ¿Saben si habrá suministro esta noche?”. Estas preguntas son pan de cada día en el conjunto residencial El Verderón etapa 1, ubicado en el barrio Bosa La Paz, en Bogotá. Los habitantes llevan dos años esperando a que conecten sus redes a la tubería principal del Acueducto y, de esta manera, poner fin a la rutina de tener que esperar a que llenen los tanques de almacenamiento de la urbanización para que el agua llegue a sus apartamentos.
Según los vecinos, antes de ocupar los inmuebles, la constructora –la Fundación Compartir, que ha edificado también en municipios como Funza, Soacha y Cali– les aseguró que el abastecimiento inicialmente sería en carrotanque, mientras el Distrito les aprobaba los diseños de las redes. La ansiedad de cumplir el sueño de tener casa propia los llevó a aceptar la condición. No obstante, lo que sería temporal, hoy es permanente y la solución sigue en veremos.
“Esos edificios los entregaron sin que la red estuviera conectada a la tubería del Acueducto. La promesa fue que en pocos meses se normalizaría el servicio, pero seguimos igual. Podemos pasar hasta tres días sin recibir agua”, asegura Mauricio Romero, inquilino de uno de los 225 apartamentos que conforman la unidad residencial. Y agrega: “Vivimos en constante racionamiento y en medio de la incertidumbre, pues no se sabe cuándo hay agua”. Así, tareas tan cotidianas y corrientes como descargar la cisterna, bañarse, lavar ropa o cocinar, pueden convertirse en algo verdaderamente engorroso.
Para contar con el suministro deben esperar a que la constructora envíe cada tanto un carrotanque para llenar el depósito del conjunto. Luego, con un sistema de motobombas se habilita el servicio para los apartamentos. Sin embargo, las dificultades no se presentan sólo cuando falta el líquido, también cuando los tanques están llenos. “Por la presión con que llega el agua, frecuentemente se rompen los tubos. Cada semana hay uno diferente (…) También tenemos casos de apartamentos inundados, pues cuando no hay agua, la gente deja las llaves abiertas y cuando se restablece el servicio, se presentan los accidentes”, indica Yanina García, administradora de El Verderón, quien no descarta denunciar a la constructora.
A pesar de las dificultades, parece que algunos vecinos se sienten conformes, pues al no contar con suministro regular, tampoco pagan factura, ya que el abastecimiento corre por cuenta de la Fundación Compartir. “Mucha gente lo ve como una ventaja y no se quejan”, añade Romero.
Según la administradora del conjunto, pese a no contar con un servicio tan básico, la constructora vendió los apartamentos en $93 millones. Los inquilinos pagan hasta $650 mil. “Acá nos prometieron que apenas terminaran las vías y la segunda etapa nos conectaban el agua, pero nada. Siempre hay una excusa”, manifiesta García.
Para conectar el servicio a las redes oficiales del Acueducto, el urbanizador debe contar con diseños aprobados y las redes construidas y recibidas a satisfacción por la entidad. Consultada por El Espectador, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá declaró que el servicio no se ha prestado en El Verderón, ya que el urbanizador continúa con el proceso de revisión de los diseños de las redes, los cuales deben ser aprobados por la entidad. Tal paso, agrega, se ha retrasado porque la Fundación Compartir no ha subsanado las observaciones técnicas.
En abril de 2016, el Acueducto abrió un proceso por robo de agua contra el urbanizador, dado que se comprobó que había una conexión no autorizada realizada por el proyecto a las redes oficiales.
¿Qué responde la constructora?
A través de un comunicado firmado, Rafael Nieto Parra, gerente de hábitat de la Fundación Compartir, asegura que “ya se encuentra en los trámites finales” para comenzar la ejecución del acueducto para el conjunto.
En la información, el urbanizador sostiene que las inconformidades de los residentes respecto al suministro de agua se remontan a julio del año pasado. Sin embargo, contrario a dificultades en el abastecimiento o la presión, sostienen que el inconveniente obedece a que el líquido estaba llegando sucio a sus apartamentos.
Agrega que, desde que entregaron los inmuebles a los copropietarios, han garantizado la entrega de un líquido de “óptima calidad para consumo y uso humano”. Referente al acueducto, la Fundación declara que ha “hecho seguimiento constante” e incluso –contrario a lo informado por la Empresa de Acueducto– manifiestan que los diseños de las redes ya fueron aprobados.
“La Fundación Compartir ha venido adelantando los diseños hidráulicos y sanitarios del proyecto de vivienda, los cuales ya fueron aprobados. Paralelamente se han desarrollado los estudios de suelo en el predio para la instalación del acueducto y alcantarillado en El Verderón (…) Ahora continuamos con la firma de la carta de compromiso para iniciar el trámite de entrega de las obras a la interventoría Zona 5, para ultimar este proceso”, sostiene Nieto Parra. La constructora dio un parte de tranquilidad a los habitantes de El Verderón, asegurando que el servicio de agua “continuará entregándose de manera normal y continúa”.
No obstante, otra cosa piensa la administradora del conjunto: “Lo que nos dijeron es que nos van a instalar –más o menos en 40 días– un tubo provisional para que se mantenga llenando el tanque y no nos haga falta el agua, como hasta ahora ha sucedido”.
Mientras la Fundación avanza con el proceso y la administración del conjunto decide si lleva el caso ante la justicia, las 225 familias que residen en El Verderón esperan una solución definitiva: que el agua al fin llegue de forma regular y sin problemas hasta sus casas.