
Están aumentando los operativos para atender las quejas ciudadanas frente al ruido.
Foto: Cortesía
Desplazados por el ruido. Así se sienten cientos de habitantes de Bogotá de sur a norte. Aunque la Ley 2450 llegó como un consuelo para los bogotanos agobiados por el alto volumen en zonas de rumba, casos como el de Catalina Benavides*, quien sufre hiperacusia y es atormentada por el ruido de una discoteca que funciona hace seis años al lado de su casa, en Chapinero; el de Lina Castañera, de La Marichuela (Usme), cuya madre murió siendo dependiente de las gotas para dormir, y la molestia de los vecinos de la calle 93 con 11, a quienes las...

Por Juan Camilo Parra
Periodista egresado de la Universidad Externado de colombia con experiencia en cubrimiento de orden público en Bogotá.jparra@elespectador.com
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