Víctimas, mujeres vulnerables y trabajadoras sexuales regresan al colegio en Bogotá

A los 47 años Teresa Rodríguez volvió al colegio. No terminó sus estudios porque a su mamá no le gustaba que ella estudiara y ante las malas relaciones con ella a los 15 dejó la casa. 

Tampoco la ha tenido fácil. Rápidamente, viviendo en la calle, comenzó a prostuirse y después de eso cualquier tipo de futuro profesional no estaba dentro de sus planes. Pero, la nueva motivación es su hijo. Aunque el vive en Valle del Cauca y ella en Bogotá le llamó la atención la idea de terminar su bachillerato. 

“Me di cuenta de que no pude aprovechar muchas cosas cuando era joven. La prostitución no es fácil, a veces consigo para pagar el lugar donde vivo y a veces paso hambre. Espero que mi hijo venga a verme graduar en diciembre. Luego, me gustaría estudiar veterinaria, soy amante de los animales”, manifestó Rodríguez. 

En Bogotá, las mujeres vulnerables que no terminaron la educación básica tienen un programa especial. Desde hace un año, la Secretaría de Educación inauguró el proyecto para asegurar el regreso al colegio de madres cabeza de hogar víctimas de violencia intrafamilar,  del conflicto armado y trabajadoras sexuales que quieren terminar sus estudios. 

Al igual que los programas para adultos y los horarios flexibles para menores con dificultades para ir al colegio, esta población cuenta con un programa de apoyo en la Casa a Todas, en la que les facilitan los trámites para terminar sus estudios, además de recibir ayuda psicosocial y jurídica. 

Las mujeres interesadas se pueden acercar al centro y solicitar la inscripción. Luego de esto el colegio Panamericano recibe los certificados de estudio y realiza una prueba de suficiencia para determinar en cuál de los seis ciclos, en que estan divididos los once grados de la educación básica, debe ingresar la anspirante. 

Dentro de los programas de formación a los que asisten las mujeres se dan talleres del empredimiento enfocados a la pintura y la belleza, con el fin de que las mujeres tengan opciones económicas al terminar de estudiar. 

“Aquí trabajamos para transformar la vida de ellas, pero poco a poco nos damos cuenta de que ellas también nos cambian. Es inevitable no involucrarse en sus vidas, no conocerlas y apreciar que son madres ejemplares, mujeres valientes y soñadoras”, manifestó Clara Liliana Rodríguez, una de las maestras del programa. 

Hasta el momento, 40 mujeres han logrado terminar sus estudios de bachillerato bajo esta modalidad. En proceso se encuentran mujeres entre los 18 y los 65 años de las localidades  Rafael Uribe Uribe, Usme, San Cristóbal y hasta Engativá, que asisten al centro de formación en Los Mártires. 

A los 47 años Teresa Rodríguez volvió al colegio. No terminó sus estudios porque a su mamá no le gustaba que ella estudiara y ante las malas relaciones con ella a los 15 dejó la casa. 

Tampoco la ha tenido fácil. Rápidamente, viviendo en la calle, comenzó a prostuirse y después de eso cualquier tipo de futuro profesional no estaba dentro de sus planes. Pero, la nueva motivación es su hijo. Aunque el vive en Valle del Cauca y ella en Bogotá le llamó la atención la idea de terminar su bachillerato. 

“Me di cuenta de que no pude aprovechar muchas cosas cuando era joven. La prostitución no es fácil, a veces consigo para pagar el lugar donde vivo y a veces paso hambre. Espero que mi hijo venga a verme graduar en diciembre. Luego, me gustaría estudiar veterinaria, soy amante de los animales”, manifestó Rodríguez. 

En Bogotá, las mujeres vulnerables que no terminaron la educación básica tienen un programa especial. Desde hace un año, la Secretaría de Educación inauguró el proyecto para asegurar el regreso al colegio de madres cabeza de hogar víctimas de violencia intrafamilar,  del conflicto armado y trabajadoras sexuales que quieren terminar sus estudios. 

Al igual que los programas para adultos y los horarios flexibles para menores con dificultades para ir al colegio, esta población cuenta con un programa de apoyo en la Casa a Todas, en la que les facilitan los trámites para terminar sus estudios, además de recibir ayuda psicosocial y jurídica. 

Las mujeres interesadas se pueden acercar al centro y solicitar la inscripción. Luego de esto el colegio Panamericano recibe los certificados de estudio y realiza una prueba de suficiencia para determinar en cuál de los seis ciclos, en que estan divididos los once grados de la educación básica, debe ingresar la anspirante. 

Dentro de los programas de formación a los que asisten las mujeres se dan talleres del empredimiento enfocados a la pintura y la belleza, con el fin de que las mujeres tengan opciones económicas al terminar de estudiar. 

“Aquí trabajamos para transformar la vida de ellas, pero poco a poco nos damos cuenta de que ellas también nos cambian. Es inevitable no involucrarse en sus vidas, no conocerlas y apreciar que son madres ejemplares, mujeres valientes y soñadoras”, manifestó Clara Liliana Rodríguez, una de las maestras del programa. 

Hasta el momento, 40 mujeres han logrado terminar sus estudios de bachillerato bajo esta modalidad. En proceso se encuentran mujeres entre los 18 y los 65 años de las localidades  Rafael Uribe Uribe, Usme, San Cristóbal y hasta Engativá, que asisten al centro de formación en Los Mártires.