El futuro del esquema de aseo y la recolección de basuras en Bogotá sigue siendo incierto. Mientras el Distrito insiste en la necesidad de mantener el modelo de Áreas de Servicio Exclusivo -ASE- (en la que se asigna un operador por zona), el panorama actual apunta a que en febrero (cuando termine el contrato vigente desde 2018), retorna la libre competencia, en la que cada operador decide cómo, dónde y a quién le prestan el servicio. ¿El riesgo? Varios sectores, que se pueden considerar poco rentables para los privados, podrían quedarse sin servicio.
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Por eso, la última carta de la UAESP es el recurso de reposición que radicó hace unas semanas ante la Comisión de Regulación de Agua y Saneamiento (CRA), para que la autoridad reconsidere el rechazo a la solicitud que hizo Bogotá, de mantener el modelo ASE. Vale recordar que entre los argumentos de la CRA para la negativa estaban que el Distrito no demostró que las ASE fueran “indispensables”; que el modelo financiero presentaba inconsistencias, y que se “incorporaba en la tarifa actividades que no se pueden cobrar a los usuarios”, entre otras.
Cada uno de los argumentos los refuta la UAESP en su recurso de reposición, pues, según la directora de la entidad, Consuelo Ordoñez, las observaciones fueron superadas. “Aclaramos las inquietudes. Son temas que, en el fondo, no son insalvables”. Agregó que pidieron una audiencia a la Comisión para socializar la estructura del esquema de aseo, con los nuevos ajustes de basura cero y área limpia. “Lamentable no hemos podido hablar con la Comisión, porque no se dieron esas mesas de trabajo, que pudieron ser muy eficientes para explicar. Pero una vez lleguemos a un acuerdo, las ASE será lo que Bogotá necesita”, concluyó.
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Dicha reunión, por lo que se conoce, no se realizarán, ya que la CRA había señalado que en este tipo de trámites (reposición) “no procedían las mesas técnicas”, sino la solicitud expresa de audiencias, “las cuáles no fueron presentadas por la UAESP”. Dichas audiencias se realizan con el fin de “garantizar la independencia de las decisiones regulatorias”. Este diario preguntó a la Comisión sobre cuándo se daría dicho encuentro e indicaron que la solicitud está en proceso de evaluación.
¿Y quién recogerá la basura?
En la Alcaldía esperan que en agosto la Comisión de Regulación dé una respuesta. En caso de ser favorable, como es la apuesta, la ciudad estructuraría una nueva licitación, en la que ya no serían cinco sino seis zonas exclusivas por adjudicar y las localidades más cercanas al relleno Doña Juana, podrían tener una tarifa más económica.
De ser negativa, tienen un plan B que consiste en presentar una nueva actuación, para insistir en mantener el modelo actual. No obstante, es claro que sería imposible tener una licitación antes de febrero, que termina el contrato actual. Por esta razón, como es probable que, al menos, durante el primer semestre del 2026 se aplique el esquema de libre competencia, en el que cada hogar elige quien le presta el servicio de aseo, aprovecharán para hacer ajustes en la nueva solicitud.
Esta situación no quiere decir que la ciudad se quede sin el servicio de recolección, como lo afirma Alejandro Carranza, director de Proceraseo, entidad que agremia a los cinco actuales operadores de aseo, que seguirán prestando el servicio. Pero sí existe un temor: que cerca de 400 mil familias (1 millón de personas) de algunos barrios de Usme, Ciudad Bolívar, Tunjuelito, Usaquén, Kennedy, Engativá o Chapinero podrían estar en riesgo de quedarse sin el servicio, al estar en zonas de difícil acceso, en zonas rurales o periferias, así como vías en mal estado.
Ricardo Felipe Herrera, experto en temas de aseo y exasesor del Distrito, señaló que es probable que los operadores no cubran todas las zonas, porque no son rentables. “Y mal haríamos en obligarlos a que vayan. Está bien, eso no es ilegal. Pero el alcalde sí tiene mecanismos legales y alternativas que la Ley 142 le da para llegar allá y prestarle el servicio a la comunidad”.
Sobre este panorama, la directora de la UAESP respondió que, de momento, están planeando como los prestadores registren sus Áreas de Prestación de Servicio (APS) ante la Superintendencia de Servicios Públicos. “En sus contratos de condiciones uniformes deberán establecer las rutas y frecuencias de recolección. Tenemos que fortalecer la subdirección de Recolección, Barrido y Limpieza, para estar en una relación conjunta con la Superintendencia, verificando que las APS incluyan esas zonas de difícil prestación”, dijo Ordóñez.
Mientras la CRA estudia el recurso de reposición y fija la fecha de la audiencia, la entidad distrital acotó que en estos siete meses trabajarán en temas de liquidación de los contratos y reversión de los elementos asociados a las concesiones, como lo son los 10.000 contenedores de basura que hay en la ciudad. De estos, la mitad, que son para materiales aprovechables, se mantendrán en colegios, conjuntos residenciales, etc. Con los 5.000 restantes, que están en el espacio público, verificarán junto con las alcaldías locales sus condiciones para ver cuáles mantienen, retiran o reubican. Eso sí, Consuelo Ordóñez aclaró que los cerca de 500 carros de basura, que hoy prestan el servicio, no pasarán a la entidad, pues eso no quedó establecido en la licitación. Serán los operadores quienes asuman la responsabilidad de mantenerlos.
Recicladores
Dentro de plan de la Alcaldía de mantener el esquema ASE, tiene dos agregados: el programa de basura cero-bandera del presidente Gustavo Petro- y el concepto de área limpia. Estos ajustes pretenden estimular la reducción hasta en un 30 % de la basura que llega al relleno sanitario más grande de Colombia, Doña Juana y prolongar su vida útil 37 años más, de manera eficiente y segura.
Sin embargo, algunas organizaciones de recicladores se han sentido excluidos con este modelo, especialmente con el que tiene que ver de los ‘Ecopuntos’: compartimentos de reciclaje donde las personas puedan llevar residuos y son administrados por ellos A la fecha, de las 382 organizaciones registradas, 58 están vinculados recogiendo materiales aprovechables. Según Consuelo Órdóñez, cada uno tiene la meta de registrar en su catastro 5.000 usuarios. “Si lo logramos, es como si Pereira completa estuviera separando residuos en la fuente”.
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Pero ¿y los demás? ¿Incluso los cerca de 27.000 que están en el Registro Único de Recicladores de Oficio? Este es uno de los reclamos de Magda Quisquella Barinas, recicladora y representante legal de Ecoalianza. “Decirnos que nos van a entregar unas rutas selectivas es desconocer las rutas históricas que ya están establecidas. Entonces, les hemos dicho, fortalézcanlas. No todos los compañeros están organizados”.
En respuesta, Ordóñez dijo que siguen invitando a las restantes 324 organizaciones. “Incluso con ellos estamos invirtiendo los recursos del Incentivo al Aprovechamiento y Tratamiento de Residuos Sólidos (IAT). Qué se paga un poquito en la factura, pero se recauda y se invierte con ellos. Por ejemplo, el año pasado logramos invertir $14.400 millones con cinco organizaciones que van a recibir bodegas, equipos y vehículos, para fortalecer su actividad. Y en este momento invitamos a las organizaciones para que presenten los proyectos, porque tenemos cerca de $80 mil millones para fortalecerlos”.
UAESP alista licitación
En Bogotá hay 668 puntos críticos de acumulación de residuos (liderado por Engativá, con 153; Kennedy, con 71; y Bosa, con 61), por cuenta del arrojo clandestino de basura, escombros, elementos voluminosos (muebles, colchones, retales, llantas etc.) y aprovechables, que no se pueden enterrar en el relleno Doña Juana. Para dar solución a esta problemática, la Uaesp, como responsable de este tipo de recolección, anunció que en agosto saldrá una licitación pública para ser adjudicada a finales de este año y de esta manera, en 2026, tener operadores que recojan esos residuos especiales. De igual manera, las denominadas brigadas ‘Caza regueros’, también recogen estos residuos e identifican a los infractores.
Está claro en que el Distrito seguirá su apuesta de renovar el esquema de Áreas de Servicio Exclusivas (que es excepcional), ya que, a través de este modelo, dicen, garantizan mayor cobertura y eficiencia en la labor de mantener limpia la ciudad. Sin embargo, el panorama sigue siendo complejo y es casi seguro el retorno del esquema de libre competencia (el que se aplica en el resto del país). En este caso, el reto para la administración de Carlos Fernando Galán es claro: concentrarse en que un millón de personas, que por la geografía e intereses económicos, no se queden sin un servicio fundamental.
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