Publicidad

Ya no huele a ‘maracachafa’

Un decreto firmado esta semana por el alcalde Samuel Moreno restringe el uso de sustancias psicoactivas en la ciudad.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
El Espectador
04 de diciembre de 2008 - 11:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Pese a que según la ley un ciudadano común tiene derecho a llevar consigo una dosis personal de estupefacientes, desde ahora, por decisión del alcalde Samuel Moreno, los bogotanos no podrán consumir estas sustancias dentro   o alrededor de plazas, parques públicos, establecimientos educativos, jardines infantiles e instituciones de salud. Así lo establece el decreto 411 de 2008, firmado este martes por el Alcalde Mayor y la secretaria de Gobierno, Clara López.       

La norma tiene como fin velar por la integridad física de los niños y hacer respetar el espacio público, como lo establece el Código de Policía. Según la secretaria, la idea con este decreto es que los parques y entornos escolares sean lugares libres de psicoactivos. “Igual que está sucediendo con el consumo  cigarrillo —que desde ayer fue prohibido en sitios públicos cerrados por la resolución 1956 del Ministerio de la Protección Social—  lo que queremos hacer con las sustancias alucinógenas es restringir su uso. Esto no significa que se esté en contravía de la sentencia de la Corte Constitucional, que reglamenta el porte de la dosis personal. A lo que nos oponemos es a que este tipo de sustancias  se consuman en ciertos lugares”, explicó López.

La iniciativa surgió después de escuchar las quejas de los ciudadanos en los 17 consejos locales presididos por el Alcalde y su gabinete durante este año. Según López, “en esas reuniones era recurrente escuchar a las madres de familia, estudiantes y líderes locales quejándose porque se sentían incómodos de llevar a los niños a los parques o transitar por ciertas zonas debido a la presencia de personas que consumían sustancias alucinógenas en pleno espacio público”.

En el artículo uno del decreto dice: “Restringir el consumo de estupefacientes, sustancias psicoactivas y tóxicas, en cualquier cantidad, así sea ésta considerada como dosis de uso personal, dentro y alrededor, en un radio de dos cuadras, de plazas y parques públicos de cualquier orden, establecimientos educativos públicos y privados, jardines infantiles e instituciones de salud”.


Según lo establecido en la sentencia C-221 de 1994: “Es dosis para uso personal la cantidad de marihuana que no exceda de 20 gramos; la de marihuana hachís que no exceda de cinco  gramos; de cocaína o cualquier sustancia a base de cocaína, la que no exceda de un gramo”.

Quien desacate la nueva norma recibirá una sanción pedagógica que consistirá en: “La imposición de medida correctiva de trabajo en obra de interés público, de carácter ecológico, de pedagogía ciudadana o de asistencia humanitaria y compromiso de cumplir las reglas de convivencia ciudadana”.

Para el presidente del Concejo de Bogotá, Hipólito Moreno, este decreto es “importante, oportuno y absolutamente necesario. Va direccionado a que las familias puedan compartir al aire libre sin este tipo de contaminantes”.

La norma también establece que los alcaldes locales y comandantes de Policía deberán evaluar bimensualmente el desarrollo y cumplimiento de este decreto y realizar un informe que entregarán a la Subsecretaría para Asuntos de Convivencia y Seguridad Ciudadana de la Secretaría de Gobierno.

Contrario a lo que dice la canción, los parques de Bogotá ya no olerán a ‘maracachafa’.

Por El Espectador

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.