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La clonación del perro que vivió 16 años fue encargada a la empresa coreana Sooam Biotech Research Foundation, que cuenta en sus registros con más de mil animales duplicados en los últimos años. Entre ellos uno de los perros que murieron en los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York. El nuevo cachorro fue bautizado con el mismo nombre de su antecesor. Aunque nació el pasado 13 de julio, apenas ahora se reveló la noticia. “A pesar de que el perro que nace es genéticamente igual y hereda también sus habilidades, que se parezca o no desde el punto de vista conductual dependerá del entorno”, comentó a la agencia Efe Daniel Jacoby, representante en Latinoamérica del laboratorio coreano.
La clonación del perro reabrió los debates éticos. Leonardo Sepiurka, de la Sociedad de Medicina Veterinaria de Argentina, señaló a la agencia de noticias que el problema con la clonación de animales surge cuando “se entra en el terreno del esnobismo, porque este proceso no sólo supone contar con los recursos económicos necesarios, sino partir de premisas a veces falsas, como que el animal clonado será igual”.
El experto explicó que, aunque el animal clonado puede lucir igual al anterior en una foto, el papel del entorno en que se desarrolle cualquier ser vivo determina muchas de sus características. De otra parte, Sepiurka cuestionó el despilfarro de dinero cuando hay “tantos animales en búsqueda de afecto y capaces de brindar un inmenso cariño sin límites e incondicional”.
Ante los reclamos éticos, el representante de la empresa coreana respondió que la clonación de mascotas “no rompe ninguna ética. Los métodos que utilizamos no son invasivos. Al contrario, ayudan a que ese amor, afecto perdido, vuelva al seno familiar”.