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Un grupo de arqueólogos descubrió los restos de un antiguo barco de recreo egipcio, conocido como thalamagos, enterrado a varios metros de prfundidad en el lecho marino del Mediterráneo. La embarcación, de 35 metros de largo y siete metros de ancho (de los cuales se conservan 28 metros), se habría hundido hace 2000 años en el Puerto Magno de Alejandría, que quedó sumergido en el mar tras numerosos terremotos.
“La particularidad del barco reside en su casco de fondo plano con una quilla dura en la proa y una curva redondeada en la popa”, se lee en el sitio web de Franck Goddio, el científico que dirigió la excavación. En un principio el equipo, cuando encontró los restos del barco, pensó que la madera provenía de dos embarcaciones diferentes, debido precisamente a esa estructura poco uniforme, un diseño que le habría permitido navegar en aguas poco profundas.
Goddio, quien lideró al equipo del Instituto Europeo de Arqueología Submarina (IEASM, por sus siglas en francés), en colaboración con el Ministerio egipcio de Turismo y Antigüedades, tiene una teoría sobre el naufragio. El arqueólogo plantea que el barco pudo haber sido utilizado a lo largo de los canales de Alejandría, como lo escribió el geógrafo e historiador de la Antigua Grecia, Estrabón.
“Los grafitis en griego, hallados en la carlinga central, datan de la primera mitad del siglo I d. C. Estos refuerzan la hipótesis de que el barco fue construido en Alejandría; habría contado con un camarote lujosamente decorado y, al parecer, se propulsaba únicamente con remos”. El vehículo habría tenido una capacidad para 20 remeros.
Pero el barco pudo haberse hundido durante la destrucción del templo Isis en la isla de Antirhodos, alrededor del año 50 d.C, lo cual sugiere que se le dio un uso ritual. “Es sumamente emocionante porque es la primera vez que se descubre una embarcación de este tipo en Egipto”, dijo Goddio a The Guardian. “Diversos autores antiguos, como Estrabón, ya mencionaban estas embarcaciones y también estaban representadas en cierta iconografía, pero nunca antes se había descubierto una embarcación real”.
Aunque Goddio y sus colegas desean continuar con la investigación, pero, siguiendo las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el barco permanecerá enterrado en el lecho marino, para garantizar su conservación.
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