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Hacía finales de noviembre del año pasado el mundo de la ciencia fue sacudido. A través de su canal de YouTube el científico chino He Jiankui anunció que había usado la técnica de edición genética Crispr/cas9 para que unas gemelas nacieran inmunes al VIH.
El anunció hizo que los científicos temblaran alarmados. No solo por la forma en cómo se avisó el procedimiento, que debió ser por medio de una publicación científica aprobada por pares y no por Youtube, sino porqué aún hay mucha incertidumbre sobre los alcances negativos que puede tener este refinado tipo de edición de los genes. Porque aún no se han resuelto profundos dilemas bioéticos sobre si ya se debe usar el Crispr/Cas9 en humanos.
Pero lo cierto es que incluso con todos los cuestionamientos que le cayeron a Jiankui encima, incluyendo un arresto domiciliario, su pronunciamiento abrió la puerta para que otros científicos se lanzaran a hacer lo mismo. Desde Rusia el biólogo molecular Denis Rebrikov ya afirmó que tiene la intención de editar genomas de embriones humanos este año para desactivar el gen CCR5 e implantarlos en mujeres infectadas con VIH. La técnica que usará, por su puesto, es la Cripspr/Cas9.
Ante la falta de seguridad actual sobre el uso de esta técnica en humanos tres asociaciones internacionales que promueven el uso responsable de las técnicas de edición genética (la de Europa, la de Estados Unidos y la Japón) publicaron una declaración conjunta al respecto.
El documento, firmado por la Association for Responsible Research and Innovation in Genome Editing (ARRIGE), la Genome Writers Guild (GWG) y la Japanese Society for Genome Editing (JSGE), afirma que “la edición del genoma mediada por CRISPR es una herramienta poderosa para modificar la secuencia de ADN en el sitio objetivo en el genoma, pero desafortunadamente, todavía no podemos controlar completamente los resultados de los experimentos de edición del genoma. En algunos casos, grandes eliminaciones, inserciones, inversiones o reordenamientos inesperados pueden ocurrir alrededor del sitio objetivo y, quizás, en otras partes del genoma”.
Los expertos explican, además, que los experimentos con esta técnica en animales han demostrado que es un procedimiento difícil de controlar, más en embriones humanos. “Debido a esas incertidumbres técnicas, es imprudente y éticamente inaceptable transferir este riesgo e incertidumbre actuales a los seres humanos. Se necesita más discusión para evaluar el riesgo-beneficio desde puntos de vista científicos, médicos, éticos y sociales, y para los padres y los bebés que nacerán sin el consentimiento previo para editar su secuencia genómica”, señalan.
Por ejemplo, un artículo publicado recientemente en la revista Nature Medicine reportó que cuando las personas no tienen el gen CCR5 de forma natural, hay un riesgo del 21% de que todas las causas de muerte se incrementen. Esto, comenta el documento, es una muestra de que se necesita la “prudente supervisión, la deliberación y la consideración ética que permitan en el futuro un uso seguro y razonable de la edición del genoma en los embriones humanos, pero tal como están las cosas, este experimento es altamente irresponsable y debe evitarse”. (Acá: Las 10 noticias sobre la técnica de edición genética CRISPR)
Finalmente, las tres asociaciones hacen un llamado a las autoridades para que vigilen de cerca anuncios y experimentos como los de Jiankui o los que pretende hacer el ruso Rebrikov.
“Nosotros nos unimos en esta declaración común para solicitar firmemente la implementación urgente de un marco más completo para la regulación internacional de las actividades de edición de genes humanos en embriones, evitar la aplicación de estas poderosas tecnologías en embriones humanos antes de que se consideren seguros, útiles y aceptables, y para iniciar un debate amplio y abierto con todas las partes interesadas, incluido el público”, comentan.
“Los organismos internacionales como las Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud también deben cooperar y trabajar con los estados soberanos para promover o actualizar las declaraciones universales existentes con el mismo objetivo. La revolución de la edición del genoma de CRISPR tiene un tremendo potencial para traer beneficios y curas a la humanidad. Pero su uso indebido y deliberado también puede traer inquietud, ansiedad y desconfianza. Como sociedad, debemos enfrentarnos a cualquier intento de usar estas técnicas de manera prematura, peligrosa e irreversible en los seres humanos”.
— ARRIGE (@ArrigeOrg) 14 de junio de 2019