"Autopistas del odio", así se extiende este sentimiento a través de redes sociales

A través de matemática, investigadores diseñaron un mapa de cómo se extiende la aversión en línea. Gracias a esta información plantean una manera de combatir las narrativas e ideologías que, aseguran, están detrás de la aparición de crímenes de odio en el mundo.

- Redacción Ciencia
22 de agosto de 2019 - 12:00 a. m.
Este estudio, publicado recientemente en la revista Nature, reveló que el odio se extiende a través de grupos autoorganizados de distintos tamaños. / Pixabay
Este estudio, publicado recientemente en la revista Nature, reveló que el odio se extiende a través de grupos autoorganizados de distintos tamaños. / Pixabay

Facebook, Instagram y Twitter son un campo ideal para sembrar odio. Gracias al anonimato y la despersonalización que ofrecen las redes sociales, la antipatía, el repudio y la oposición fácilmente se materializan en palabras y acciones que la sociedad no aceptaría comúnmente. Porque en estas plataformas es más fácil acercarse a otros que aborrezcan lo mismo, rodearse de ellos y reafirmar una verdad construida por el colectivo. Esas condiciones bien las conoce Neil Johnson, profesor de física de la Universidad George Washington, Estados Unidos, quien ha dedicados sus últimos años a encontrar una cura para el odio en línea través de la matemática. (Lea: El manual de anatomía nazi que todavía es consultado por cirujanos)

Para ello, lo primero que construyó el experto y su equipo de investigación fue un mapa que pudiera definir cómo interactúa el odio en las redes sociales. El hallazgo fue una especie de “autopistas del odio” capaces de saltar entre plataformas. Es decir, si Facebook bloquea la página de un grupo extremista, su interconexión le permitirá cruzar a otra red. Al igual que si no tuviera fronteras ni de idiomas o continentes.

Teniendo en cuenta esta dinámica, los investigadores diseñaron un mapa del odio donde se evidencia que este sentimiento se extiende por medio de grupos que se organizan en pequeñas o grandes cantidades. Gracias a ello, “hemos descubierto una forma de usar las matemáticas de redes, de comprender el universo del odio y de saber cuáles son sus debilidades. Por tanto, hemos averiguado cómo combatirlo”, aseguró Johnson para el diario El País de España.

La estrategia del físico es distinta a la que acostumbra a usar Facebook. Identifican el personaje malvado, lo sacan de la plataforma, eliminan su perfil y comentarios y con ello, supuestamente, la ideología que defiende.  Los investigadores insisten en que el golpe debe concentrarse en grupos y comunidades pequeños que giran en torno a la ideología, expulsándolos de la red, al igual que a miembros por azar. Esto desestabilizaría el orden de sus dinámicas.

Aunque esa no es el único remedio propuesto. El antiodio, así lo llaman los autores del estudio publicado en Nature, insisten en que las redes sociales pueden servir también para acercar a grupos que difieren ideológicamente. Esas mismas diferencias, de hecho, podrían utilizarse para alimentar entre ellos debate y un cuestionamiento de sus certezas. “Al igual que el odio se extiende así, también puede hacerlo el "antiodio", sostuvo el físico para el mismo periódico.

Por - Redacción Ciencia

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