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Los primeros días de 2026 estarán cargados de oportunidades para los amantes de la observación astronómica. Al menos cuatro eventos que serán visibles desde la Tierra con instrumentos adecuados podrán vivirse durante enero.
El primero de ellos ocurrirá el 2 de enero, cuando podrá observarse plenamente el asteroide Harmonia 40, que fue descubierto hace más de 150 años, en el siglo XIX. Esta roca tarde más de 1.000 días en darle la vuelta al Sol en su propia órbita y periódicamente se puede observar desde la Tierra en su mejor punto.
Ocho días después, el 10 de enero, ocurrirá algo similar con Júpiter, el planeta gigante de nuestro sistema solar. Ese día estará en su mejor punto de observación desde la Tierra.
Estos dos eventos tienen algo en particular. Ocurrirán debido a un momento conocido como oposición, en el que se cumplen varios factores que favorecen la observación. Uno es que la Tierra se encuentra ubicada entre la órbita del asteroide o de Júpiter, en estos dos casos, y el Sol.
Cuando eso pasa, nuestro planeta tiene una posición privilegiada durante las noches, porque la parte que no está iluminada por el Sol, está dirigida hacia el objeto que queremos observar. Y este, a su vez, está plenamente iluminado por el Sol. Esto brinda las condiciones ideales para su observación.
Superluna y lluvia de estrellas
Enero también tendrá la primera superluna del año, conocida como luna de lobo completa. Ocurrirá el 3 de enero. ¿Por qué se considera una superluna? Estos eventos ocurren cuando la luna está en su fase llena, observándose la mayor parte de su superficie iluminada, y coincide con algo llamado perigeo: el momento en el que el satélite natural se encuentra más cerca de nuestro planeta.
Esas dos condiciones hacen que se observe más grande que una luna llena habitual, por lo que recibe el nombre de superluna. Será la primera de 2026, apenas en la tercera noche del año.
Con esta también llegará la lluvia de asteroides conocida como Cuarántidas. De acuerdo con la NASA, esta ya está ocurriendo, entre el 28 de diciembre y el 16 de enero. Sin embargo, se trata de un fenómeno muy difícil de observar y que tiene un pico el 3 y 4 de enero.
Para observarla, se requiere estar en un punto alejado de las ciudades, para evitar la contaminación lumínica, y que se encuentre despejado. Su observación es mucho más fácil en el hemisferio norte, pero este año será particularmente difícil debido a la superluna, que acaparará gran parte de la iluminación observable desde la Tierra.
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